La realidad LGTBI+ ha marcado la historia reciente desde múltiples perspectivas. Y el empleo de estas siglas, que no deja de ser reciente, ha permitido enfatizar la diversidad de identidades sexuales y de género que existen, así como hacer visibles deseos, saberes o malestares que durante demasiado tiempo habían permanecido negados, reprimidos y patologizados.

Sin embargo, el hecho de que bajo este gran paraguas haya tantos cuerpos y formas de habitarlos como aquellos y aquellas que no se ajustan a la cisheteronormatividad sigue siendo un motivo de controversia y discusión.

Punto de partida

Es el punto de partida que la asociación gasteiztarra Lumagorri ZAT plantea en Ni normales, ni dóciles, una exposición que repasa la historia del colectivo desde mucho antes de que existiese como tal y trata de responder a numerosas cuestiones "no sin sembrar dudas sobre el extraño futuro que se avecina".

¿Estas formas de vivir el género y el deseo han sido así desde siempre? ¿Cómo se han vivido o se viven en otras culturas? ¿Ser mujer u hombre es un determinante biológico? ¿Quién ha encarnado las disidencias a la norma sexo-genérica a lo largo de la historia?

"Esas excepciones a la norma existen y siempre han existido a lo largo de la historia y de las culturas, aunque no se llamasen gays, lesbianas o trans", resume Sejo Carrascosa, integrante de Lumagorri ZAT, que ha presentado la muestra este martes junto a Julen Eizagirre, también miembro del colectivo.

A través de una docena de paneles explicativos, la muestra cuenta con una introducción conceptual sobre el sistema sexo-genérico, visibiliza diferentes personajes históricos que vivieron el deseo y el género fuera de la norma, repasa la situación pasada y presente de otras culturas y también diferentes hitos como la represión de los regímenes totalitarios, la irrupción del activismo o la epidemia de VIH-Sida.

"Paradoja"

Además, no pasa por alto una situación actual marcada en el mundo, según Carrascosa, por esa "paradoja" que representan -por un lado- los avances sociales del colectivo y el auge de los discursos de odio y las agresiones -por otro-.

La exposición muestra también numerosos rostros LGTBI+ conocidos de la actualidad, una sección que busca poner el foco en la enorme diversidad que también hay dentro del propio colectivo, y plantea una suerte de juego -una rayuela- para representar la rigidez de la norma cisheterosexual.

La sala multiusos de la casa de asociaciones Simone de Beauvoir va a acoger hoy martes por la tarde (18.00 horas) una presentación pública de la muestra, que ha contado con la colaboración del servicio municipal de Igualdad.

A partir del 10 de enero y durante un mes estará expuesta en Emakumeen Etxea, con visitas guiadas en euskera y castellano.