l profesor del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), Alfonso Alday, lleva años trabajando en la excavación, estudio e interpretación de los dólmenes del valle de Kuartango y "entre las conclusiones más novedosas obtenidas últimamente es la que, efectivamente, aunque conocíamos la existencia desde hace 150 años de cuatro dólmenes en Kuartango, hoy sabemos que cada una de esas construcciones es diferente de las demás", cuenta cuando acaba de terminar una nueva campaña. Y es que ahora es cuando se ha comprobado que "son diferentes en estructuras, en tamaños, en monumentalidad y en historia, con lo cual ahora ese paisaje antiguo se nos revela mucho más rico cuando lo visitamos".
Alday coordina los trabajos arqueológicos que están poniendo en valor los dólmenes de Kuartango, pero no está solo en esta labor. Luis Miguel Martínez Torres, del Departamento de Geología, arqueólogos profesionales y otros investigadores y alumnado de la entidad universitaria participan también en las labores de campo, en la reconstrucción virtual de los yacimientos y en la política didáctica que se pondrá a disposición de quienes gusten de visitar el lugar.
El Ayuntamiento de Kuartango, la Diputación Foral de Álava y el Gobierno Vasco, empujando todos en la misma dirección, dan el apoyo administrativo y económico necesario, según destaca la propia universidad al término de la campaña.
Contextualizando espacio y tiempo, el profesor explica que hay que darse cuenta que los dólmenes "estuvieron en vigor alrededor de unos dos mil años". Y en ese tiempo se produjo una evolución cultural en muchos sentidos. La fase más antigua se corresponde con lo que se llama el Neolítico avanzado, unos cinco mil años atrás. Es decir, "cuando las comunidades llevaban ya un largo tiempo desarrollando la agricultura y la ganadería". Habían transformado el paisaje, habían transformado Kuartango precisamente para extender los campos de labor y las zonas de pasto.
Más tarde, en una segunda fase, "la que llamamos Calcolítico, se caracteriza por el conocimiento del metal. Es cuando las sociedades comienzan a tener importantes excedentes en lo que producen, tanto de agricultura como de ganadería y se inician otras actividades como pueden ser la sal y la metalurgia. Precisamente en este valle de Kuartango encontramos algunos de los primeros vestigios de metales del territorio vasco".
Es, por tanto, toda una historia de fases, que se está estudiando e interpretando gracias al trabajo de los arqueólogos y el respaldo institucional. "Todos empujando en el mismo sentido y siempre escuchando mucho, teniendo en cuenta las voces de los vecinos de la zona".
Tanto es así que "la semana pasada estuvimos reunidos con los vecinos de Anda, de Andagoia y de Katadiano, explicándoles con detalle cuál es el proyecto, recogiendo sugerencias, contestando sus dudas... Es decir, que en todo lo que hacemos tenemos en cuenta sus opiniones y nos preocupamos de que ellos, como primeros guardianes del legado prehistórico, conozcan las singularidades del valle". Para Alday, "esto es importante para que no parezca que por allí andamos unos arqueólogos que hacemos nuestros estudios y desaparecemos. No es ese nuestro interés".
Desde otro punto de vista más científico, "quizás los arqueólogos hemos dado la impresión de que aquellas sociedades, en un momento determinado, construían dólmenes, entierran a sus allegados y, siglos después, abandonan los panteones a su suerte. Pero eso, especialmente en este valle, no fue así".
Precisa el profesor que lo que se sabe de Kuartango es que erigían dólmenes, enterraban, y debieron estar centurias sin usarlos; los reocupaban pero antes reorganizaban la estructura, y podían cambiarla completamente, moviendo las losas remonumentalizándolos. Eran espacios muy vivos. "A veces ponemos el ejemplo de las catedrales, con sus distintas fases. Pues aquí es igual. Nos estamos dando cuenta, y es evidente, que aquellas gentes construían, reconstruían, modificaban, condenaban o arruinaban los monumentos. Y esto es muy interesante, porque a veces pensamos que la aparente desidia que tienen los dólmenes es solo a causa del tiempo o de nuestro abandono hacia ellos". Y exclama, "¡Qué va!, fueron las propias sociedades prehistóricas quienes modificaron y a veces destruyeron esas tumbas".
La interpretación es que lo hacían porque "detrás de todo dolmen hay toda una ideología y unas expectativas sociales que van cambiando". De la misma manera que, en gran parte de Europa, en un momento dado, y no se sabe por qué, deciden hacer dólmenes deciden abandonarlos y, a veces, destruirlos. Como hubo un cambio de percepción sobre su valor también hubo un cambio en "la liturgia que acompaña a los dólmenes, como nosotros hemos realizado en relación a los ritos cristianos. Se ve en el tipo de ajuares que acompañan a los inhumados o en el derecho a enterrarse en estos recintos". Y matiza que "esto es general. No pasa solo en el valle de Kuartango, fue habitual en muchos rincones de Europa. Lo que pasa es que en Álava todavía no lo habíamos contado así, pero ocurrió en Kuartango lo mismo que en Rioja Alavesa y en otras geografías. Son monumentos para la eternidad, ¡pero bueno una eternidad cambiante!".
De esta manera se va conociendo en profundidad a aquellas sociedades que poblaron, en este caso concreto, el valle de Kuartango. Y junto al conocimiento también se trabaja en la puesta en valor de lo encontrado. Y es que "ese es uno de los objetivos primordiales del proyecto. Primero cuidar el patrimonio, adecentarlo, comprenderlo bien y para eso lo excavamos. Pero nada tiene sentido si después no somos capaces de transmitirlo a la sociedad".
La idea es que se pretende hacer una ruta para ver los cuatro dólmenes de Kuartango, colocando una serie de carteles explicativos, al menos cinco, explicando cosas generales y también particulares. "Interesa también darnos cuenta que, detrás de los dólmenes, hubo una sociedad compleja. Queremos hacer aquello visitable, el valle es bonito de por sí y creemos que puede convertirse en un buen foco de atracción tanto para vecinos de Álava como de regiones cercanas porque es muy fácil acceder y muy enriquecedor empaparse de su patrimonio. Esa es una pata básica en este proyecto", añade Alfonso Alday.
Autores. Alfonso Alday, profesor del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la Universidad del País Vasco, coordina los trabajos arqueológicos que están poniendo en valor los dólmenes de Kuartango. Luis Miguel Martínez Torres, del Departamento de Geología, arqueólogos profesionales y otros investigadores y alumnado de la entidad universitaria participan también en las labores de campo, en la reconstrucción virtual de los yacimientos y en la política didáctica.