Tras superar todos los trámites burocráticos y las esperas y medidas de seguridad generadas por la pandemia, para la puesta en marcha del nuevo ‘hostel’ impulsado y propiedad de la Comunidad de Caballeros Herederos de las Reales Salinas de Añana- Gatzagak, S.A, el pasado viernes la plaza se vistió de lujo con numerosos vecinos y visitantes para proceder a su apertura oficial.

Se trata de un edificio de obra nueva, construido sobre lo que en su día fue sede del Banco de Bizkaia, lugar donde estuvo el primer teléfono público de la localidad, tienda de ultramarinos y hasta sastrería. Ahora es un edificio nuevo, blanco y en uno de los espacios más populosos del pueblo.

El nuevo hotel -pronunciado ‘jóstel’ de manera popular- es un albergue “pero hemos querido entrar en la catalogación que hace Europa. Así, estos albergues están dotados con más servicios y atenciones”, explica el presidente de la Comunidad de Caballeros, Valentín Angulo.

distribución

El edificio cuenta con cuatro plantas. En la primera está el acceso al alojamiento, la cocina, el almacén. Por escalera o por ascensor se accede a la planta superior que tiene el bar y el comedor y acceso desde la plaza y el siguiente piso está dedicado al alojamiento.

Para ello cuenta con cinco habitaciones: una para matrimonio con servicio completo, otra cuenta con seis literas y las otras tres tienen cuatro literas cada una de ellas. Los servicios son comunes.

Por último, la cuarta planta tiene una habitación con baño completo y una zona común con espacio para el esparcimiento, cuarto para lavadoras y secadoras y donde habrá un microondas, una cafetera y otros elementos al servicio de las personas alojadas.

Explica el presidente que “las gestiones para poderlo abrir nos han supuesto dos añitos, más uno más por el tema de la pandemia. En realidad, tenía que haber estado abierto el año pasado”. Pero al final “hoy (por la jornada inaugural), es un alegrón tremendo ver la plaza del pueblo llena de gente”. Y eso que aún no está a pleno rendimiento.

Cuenta Valentín Angulo que “aunque se han equipado ya las habitaciones, aún no está lista la tarifa de precios, porque con los retrasos que ha ocasionado al hospedaje el tema de la pandemia hay limitaciones para el alojamiento si no se trata de unidades de convivientes o burbujas familiares”.

Sin embargo, lo que sí está funcionando muy bien “es el restaurante que para el domingo ya tenía el cartel de completo. Creo que en el pueblo teníamos carencia de que hubiera un espacio más de restauración”, ya que acuden muchas personas a visitar el Valle Salado.

Con el fin de darle una gestión profesionalizada, la Comunidad ha encomendado la gestión a una empresa a largo plazo, a diez años. “Para facilitarles el comienzo tienen unos meses de carencia para el alquiler. Después comenzará con 1.000 euros y con el tiempo se irá incrementando para que al llegar al décimo año la renta sea de 2.000 euros al mes”.

Atractivo

Para Añana, la apertura del hostel es algo muy importante. “Aunque las casas rurales tienen el éxito que les corresponde, el tema de hospedaje con un tono asequible, con unos precios cómodos, se convierte en algo muy atractivo”, y habla que el alojamiento por persona y día podría rondar los 17-18 euros, “con desayuno incluido, imagino”.

El Valle Salado y la asociación Gatzagak son, al mismo tiempo, “complementarias y una misma. Cuando se produjo el declive del Valle Salado fue Gatzagak quien recogió las riendas” y aunque “inicialmente dependemos de las aportaciones económicas de las diferentes administraciones, al constituirse la Fundación Valle Salado, de la que formamos parte como patronos, conformamos una unidad” junto con el ayuntamiento que se encarga de todo lo que son los accesos, el estacionamiento y los servicios, dos consejerías del gobierno vasco y dos departamentos de la Diputación Foral de Álava (Medio Ambiente y Cultura, en ambos casos). La presidencia recae en la Diputación.

Habitualmente este patronato impulsa numerosas actividades a lo largo del año que atraen a miles de visitantes, pero durante la pandemia, los actos se han limitado por seguridad.

“Las gestiones para poder abrirlo nos han supuesto dos años, uno más de lo pensado”

“El restaurante ya está funcionando muy, muy bien para quien esté interesado”

Pte. de la Comunidad de Caballeros