- La Casa del Vino de Laguardia ha confirmado las buenas noticias a los viticultores del Rioja y del Txakoli, aunque también es verdad que la situación causada por las tormentas se ha superado con mucho trabajo a cargo de los agricultores y un mayor coste en el uso de productos para evitar los males más temidos por los productores, como son las enfermedades fúngicas. Según el último informe del Servicio de Viticultura y Enología, la segunda quincena de julio ha resultado tranquila en los viñedos riojano-alaveses. Las condiciones meteorológicas han sido las propias del verano, con fuertes calores durante algunas jornadas y ausencia de lluvia.
La mejor noticia es que a estas alturas de campaña se puede dar prácticamente por superados los momentos de mayor riesgo respecto a enfermedades fúngicas, concretamente mildiu y oídio.
Las condiciones favorables desde finales de mayo para el desarrollo de estas enfermedades han obligado a los viticultores a emplearse a fondo para combatir una amenaza que podría haber supuesto una merma importante en cantidad y calidad de la uva.
La viña, en las zonas más tempranas al este y sur de Rioja Alavesa, se halla en estos momentos en el principio del envero (estado fenológico M1) es decir, empezando los granos a tornar a lo que será su color definitivo. Mientras, en los viñedos más al oeste y norte de la comarca, por su situación más retrasados, las uvas van llenando los espacios en el racimo, lo que se conoce como cerramiento del racimo (estado L).
Quiere esto decir que si las condiciones veraniegas se mantienen dentro de la normalidad estaremos en escenario de vendimia en las fechas que vienen siendo habituales en los últimos años, con unos días de adelanto con respecto a lo que sucedía antaño.
En lo que respecta a sanidad, el viñedo presenta un excelente estado general, sin incidencias que reseñar en cuanto a plagas o enfermedades. Fisiológicamente, algunas viñas empiezan a acusar déficit de agua del invierno. En aquellos viñedos con menos fondo o en pendiente, donde las lluvias de junio no llegaron a alcanzar en profundidad, en un año en el que tampoco el cuajado fue bueno, los rendimientos serán limitados.
En todo caso, la mayoría de viñedos disponen de vegetación abundante y muestra de uva suficiente para alcanzar las producciones máximas amparadas esta campaña por el Consejo Regulador de la DOC Rioja: 6.175 kilos por hectárea para las variedades tintas y 8.550 por hectárea para las de uva blanca.
La segunda quincena de julio ha sido fresca en el valle de Ayala a excepción de la semana del 19 en la que algunos días los registros ascendieron por encima de los treinta grados. La ausencia de lluvia en julio ha sido la nota predominante; las pocas reservas acumuladas en junio se están agotando y la viña empieza a acusar la sequía.
El viñedo se encuentra en su gran mayoría en el estado fenológico de cerramiento de racimo (L). A estas alturas, dadas las excelentes y buenas condiciones generales, no parece que las temidas enfermedades de oídio o, peor en esta zona, de mildiu, puedan truncar la excelente sanidad actual del viñedo.
En cuanto a previsiones de cosecha, el probable poco volumen de uva para esta campaña se va ratificando, más mientras el déficit acumulado de agua persista.
La mayoría de viñedos disponen de vegetación abundante y muestra de uva suficiente para alcanzar las producciones máximas.
La segunda quincena de julio ha sido fresca en la zona del valle de Ayala, a excepción de la semana del 19