- La vivienda, la emergencia climática, las políticas feministas y la atención a las personas mayores son los grandes retos que les esperan a la capital alavesa, como subraya el portavoz de Elkarrekin Vitoria-Gasteiz, Óscar Fernández.
¿Qué le parecen las explicaciones que ofreció el alcalde de Gasteiz esta semana en comisión, a petición de toda la oposición, para conocer si el Ayuntamiento iba a conceder o no la licencia para explorar gas en Subijana?
-Nos parece que son insuficientes porque hay una oposición mayoritaria, y no solo en el Pleno de Gasteiz, sino en Juntas Generales, como se evidenció el miércoles. El PNV se ha quedado solo defendiendo el proyecto de exploración de gas y nos parece que son insuficientes porque al final tiene que servir al mandato de esa oposición política mayoritaria, y, sobre todo, a la de la ciudadanía de Gasteiz, que ya ha mostrado su rechazo a la exploración.
¿Le ha sorprendido que el PSE rechazara en Juntas Generales el proyecto para buscar gas?
-No. Yo creo que en este caso lo que se evidencia es que ahora mismo el único que defiende ese modelo energético, que es caduco, dañino y obsoleto, es el PNV. Se han quedado solos en ese camino de convertir Vitoria-Gasteiz en la Gas Capital y nosotras lo que pedimos al alcalde es que abandone ese camino y que avance hacia un camino de la Green Capital de verdad y que apueste por las energías renovables.
¿Cree que el grupo de los socialistas en el Ayuntamiento también dirá ahora que no a este sondeo?
-Yo creo que en consonancia de lo que ocurrió en Juntas Generales, debería de ser así. Debería mostrar una oposición firme a este proyecto, tal y como lo estamos trabajando en otras instituciones, como en el Congreso de los Diputados, con esa Ley de Cambio Climático y Transición Energética, porque la apuesta que se está haciendo es por las energías renovables y no por seguir invirtiendo dinero público en nuevos yacimientos de hidrocarburos.
Teniendo en cuenta el rechazo político que ha suscitado este proyecto, ¿considera que el Gabinete Urtaran concederá finalmente la licencia?
-Yo espero que no. Yo creo y espero que se dé cuenta de que está solo en este camino y que tiene que dejar de ser el alcalde del Partido Nacionalista Vasco para ser el de la Green Capital de verdad, que esperamos de él. Por lo tanto, espero que deniegue esa licencia, que lo único que quiere perpetuar es un modelo caduco.
Y si el equipo de gobierno finalmente la concede, ¿qué hará Elkarrekin? ¿Apoyará los presupuestos de Vitoria?
-Nosotras ya lo hemos dejado bastante claro, incluso antes del debate presupuestario. Cuando conocimos esa solicitud de licencia, que encima nos enteramos porque este grupo y este concejal preguntó en comisión por ella, y nos llevamos la desagradable sorpresa de ver cómo Shesha había solicitado esa licencia de exploración, que es la fase previa a la explotación. No nos engañemos. Entonces, nuestra postura la hemos dejado clara. Nosotras, desde Elkarrekin, no podemos llegar a ningún acuerdo presupuestario, a ninguno que desde nuestro puesto de vista pueda avanzar hacia una reconstrucción de una ciudad verde y justa que deseamos desde Elkarrekin, si por la puerta de atrás se le concede a Shesha esta licencia de gas porque es hipotecar el modelo energético de Vitoria-Gasteiz para las próximas décadas.
El presidente del ABB, José Antonio Suso, declaró en una entrevista a este diario que le costaba entender que se condicionen las cuentas de Vitoria "por algo que no tiene nada que ver con ellas". ¿Está de acuerdo con ello?
-No. Los presupuestos del Ayuntamiento son la máxima expresión de qué modelo de ciudad queremos e, insisto, no podemos llegar a ningún acuerdo presupuestario que vaya a favor de la reconstrucción de una ciudad verde y justa si, por otro lado, le concede la licencia de gas. Esa concesión sería hipotecar para las próximas décadas el sistema energético, en detrimento de uno que es caduco y dañino.
¿Hasta qué punto es importante el gas para hacer una transición energética, como defiende Urtaran?
-Desde Elkarrekin ya hemos dicho que es un error situar al gas como una energía de transición. Estamos viendo cómo el sistema energético mundial está abandonando todo lo que es el sistema de hidrocarburos, toda la energía fósil, y que por lo que se está apostando es por todas las renovables, que son más rentables, tanto social como económicamente. Y si queremos apostar por una verdadera transición energética, tiene que asentarse en tres patas: la primera es el ahorro energético y la segunda es la eficiencia energética. Y estas dos van unidas a que no podemos seguir con el consumo energético actual. Tenemos que reducirlo y esto va a ir en consonancia de la calidad de vida y en favorecer la competitividad de nuestra empresa y de nuestra industria.
Previsiblemente, este es el último año para seguir adelante con los sondeos de extracción de gas, ya que el anteproyecto de Ley de Cambio Climático prohíbe la exploración y explotación de nuevos yacimientos de hidrocarburos fósiles o la ampliación de los ya existentes.
-Lo que vemos aquí es que Shesha y el Gobierno Vasco tienen muchas prisas en un proyecto que encima estaba casi en un cajón, prácticamente ya olvidado, y lo han vuelto a abrir. Vemos que hay prisas porque hay esa ley estatal que va a prohibir la explotación de nuevos hidrocarburos para avanzar hacia otro modelo energético, más limpio, más verde y más saludable para el planeta y para las personas. No tiene sentido que sigan con esta solicitud cuando se están trabajando en el Congreso de los Diputados cambios tan importantes como esa Ley de Cambio Climático. Por eso también en el Pleno, en base a una moción, vamos a llevar alternativas para que el gobierno de Urtaran suspenda esta concesión de la licencia, teniendo en cuenta que hay diferencias de criterios a nivel urbanístico, porque ya conocemos que el plan urbanístico local (el PGOU) prohíbe esta explotación de hidrocarburos. Entendemos que no solo tiene que defender lo que dice el plan general, sino que tiene que paralizar esta licencia hasta que no se resuelvan otros cambios, como son los que se están produciendo en el Congreso.
El alcalde también ha resaltado la ventaja de que sea un "gas de kilómetro cero", si se consume el que se produce en este municipio.
-Es una situación que no se ajusta a la realidad. En la próxima década los retos que tenemos son importantísimos y no solo por la pandemia que estamos sufriendo, sino por la pandemia climática a la que nos vamos a enfrentar. La única energía kilómetro cero que podemos potenciar en una GreenCapital tiene que ser la de las renovables. Lo que no tiene sentido es que haya una invasión de una torreta de una estación de gas cada dos kilómetros, que es lo que pretende Shesha en nuestro municipio, en vez de la de placas solares.
¿Cómo van las negociaciones del proyecto presupuestario? ¿Ha habido algún tipo de acercamiento en los últimos días?
-De momento lo que conocemos es el proyecto del equipo de gobierno y ahora estamos en fase de analizarlo y de realizar propuestas, pero nuestras condiciones las hemos dejado sobre la mesa y la principal, que hemos hecho pública, es que se deniegue la solicitud de la licencia. Si desatascamos esta situación, seguiremos trabajando por la reconstrucción de una ciudad más verde y justa y por esa Vitoria que tiene que ser más social y acabar con esos problemas que teníamos antes de la pandemia, como el derecho a la vivienda, la atención a las personas más vulnerables, a las personas mayores o propuestas feministas.
Aunque la oposición haya hecho piña a la hora de rechazar la extracción de gas, ¿cree que alguna formación cederá al respecto y dará luz verde a los presupuestos?
-Yo espero que no porque ningún votante ecologista entendería que una formación aprobara en Vitoria unos presupuestos manchados por el gas, que van a hipotecar el modelo energético.
La pasada semana, el proyecto presupuestario se desglosó por concejalías, ¿qué impresión le causó todo ello a Elkarrekin?
Lógicamente, estamos en una situación complicada por la pandemia. Entendemos que todavía tiene varias carencias en algunas cuestiones. Hay mucho que avanzar en la situación climática y en este caso, en políticas verdes. No hay ninguna propuesta de vivienda desde el Ayuntamiento y ya en el acuerdo presupuestario de este 2020 llegamos a un acuerdo para poner en marcha el Observatorio Municipal de la Vivienda, gracias a iniciativa de Elkarrekin, lo que va a crear una imagen real de la vivienda para poder corregir los problemas de alquiler que hay ahora en la ciudad y sus altos precios. Vemos que hay que seguir por ese camino para seguir expandiendo el derecho a la vivienda en nuestra ciudad. Otro recorte brutal que ha habido ha sido en las ayudas a la rehabilitación, que son tan importantes para ese ahorro y eficiencia energética. El año pasado hubo un recorte de un millón de euros, y nosotros incrementamos en medio millón de euros más. El presupuesto final fue de 1,5 millones y el gobierno municipal se comprometió a que en este 2021 en los presupuestos hubiera 2,5 millones de euros y en lugar de eso, hay medio millón de euros. También vemos problemas en las atenciones sociales. Creemos que hay que seguir avanzando, pero no solo en el aspecto económico, sino mejorando la gestión que se hace de la atención a los más vulnerables de nuestra ciudad. Y, lógicamente, lo que no tiene sentido es el recorte drástico que ha habido en otros aspectos, como en Emakumeen Etxea, el Observatorio LGTBI+ y en políticas feministas.
El proyecto presupuestario plantea un endeudamiento de 19 millones de euros. ¿Es suficiente para afrontar la crisis generada por la pandemia?
-Yo creo que nada es suficiente, pero también hay que tener un poco de cabeza en una situación tan delicada como esta. Nosotros vamos a analizarlo y si hay la posibilidad de que pueda haber un mayor endeudamiento, así lo llevaremos al equipo de gobierno. Pero tenemos que ir paso a paso, porque desde Elkarrekin hacemos unas propuestas realistas y acordes, sobre todo, a la situación actual y eso es lo que vamos a llevar.
¿Qué tipo de Presupuestos necesita, a su juicio, la ciudad?
-A mi juicio, lo que necesita la ciudad son unos presupuestos acordes a los retos que tiene Vitoria-Gasteiz en la próxima década, para saber qué modelo de ciudad queremos. Y también es cierto que nos tenemos que centrar a corto plazo en la repercusión de la pandemia, es decir, en la protección social de todas las personas derivadas de la crisis económica por el cierre de empresas o similar. Por eso, tiene que ser una Vitoria que atienda a las necesidades que antes he comentado: vivienda, por las 10.000 vacías que hay y las ayudas a la rehabilitación; políticas feministas para seguir avanzando en igualdad, y para eso no tiene que haber recortes; y todo el tema de protección social. Seguimos insistiendo en que haya un servicio, como el de ayuda a domicilio (SAD), que tiene que llegar a ser 100% municipal, como dice el Decreto de Cartera, y trabajar en otro sistema de gestión que lo mejore, tanto el propio servicio como las condiciones laborales. Por eso nuestra apuesta es la gestión directa del SAD.
¿Qué echa de menos en ellos?
-Echamos de menos un poco más de ambición: climática, social y feminista. Creemos que el equipo de gobierno ha creado unos presupuestos bastantes continuistas. Es más, nos hemos llevado alguna desagradable sorpresa, como el que se siga apostando por macroproyectos como la reforma del campo de fútbol de Mendizorroza. Aunque ahora la partida inicialmente es de 100.000 euros, también es cierto que tiene créditos de compromiso de hasta 8 millones de euros. Teniendo en cuenta que los créditos de compromiso para la rehabilitación de vivienda son de cuatro millones de euros, pues imagínate. Por eso decimos que son insuficientes para avanzar hacia la ciudad que queremos.
¿En qué falla la ciudad que en 2012 fue 'Green Capital'?
-Consideramos que estamos viviendo de las rentas de la Green Capital. En los últimos años no se ha avanzado. Seguimos teniendo autobuses que ni siquiera son híbridos, sin apostar por una estrategia agroalimentaria que vaya hacia consumir lo que producimos y sin avanzar en esa estrategia de transición energética, como en el potencial que tiene Vitoria-Gasteiz en la instalación de energías renovables, como en la solar, concretamente. Y seguimos sin avanzar en la estrategia de biodiversidad y sin tener un protocolo ante situaciones de mala calidad del aire. A pesar de esa imagen de Green Capital de la que nos sentimos orgullos, todavía quedan muchos retos para liderar políticas medioambientales a nivel europeo.
En resumen, ¿qué es lo que más le gusta de este borrador presupuestario y lo que menos?
-Algo que consideramos positivo es que hay proyectos, que impulsamos en el acuerdo presupuestario, y que se mantienen. Entre ellos, El Áncora -el edificio de la antigua panificadora de Abetxuko-, que por la pandemia tuvimos que paralizar este año, pero conseguimos con el equipo de gobierno que se incluyera para los fondos europeos. Es un proyecto muy interesante para cerrar el Anillo Verde por Abetxuko y para instalar la casa de iniciativas del propio barrio y para la recuperación del antiguo molino y que tenga conexión con el proyecto de Basaldea. Por contra, en el apartado más negativo, es que nos parece muy insuficiente para los retos que tiene Vitoria-Gasteiz en los próximos años, más allá de todos los problemas que va a derivar la pandemia. Las políticas son bastante continuistas y no van a afrontar los retos reales de la próxima década de Vitoria.