La transformación digital y el marketing online siguen siendo algunas de las asignaturas pendientes de los comercios rurales, aunque muchos de ellos están tachando esas tareas de la lista gracias a una nueva edición, la tercera, de Transformación digital rural, un proyecto promovido por la Diputación Foral de Álava que este año ha venido marcado por el covid-19 y que la pasada semana celebró su acto de clausura.
El alumnado de Marketing y Publicidad y Gestión de Ventas de Egibide y Ciudad Jardín ha colaborado con los responsables de empresas ayudándoles a realizar un estudio de mercado, el plan de marketing, el posicionamiento del negocio, la presencia en redes sociales, o la puesta en marcha de venta online de sus productos o servicios. Alumnos como Lorena Marquínez (Egibide), han trabajado codo con codo con la empresa Disfrútate de Izarra, nacida en 2019 con el objetivo de ofrecer charlas para padres y madres sobre sexualidad, relajación de cuencos tibetanos, meditaciones, etc. "Ahora estoy complementando mis estudios con un grado de Marketing en Bilbao", anuncia.
Su experiencia con Disfrútate fue "muy positiva", porque tuvieron la oportunidad de empezar de cero. "Las otras empresas con las que trabajamos ya tenían su rodadura, y empezar de cero me pareció bastante más interesante, porque no había nada predefinido y teníamos más rango de actuación".
De por sí, reconoce que era una actividad interesante. Comenzaron con la web, con la que Sonia Bastida, la propietaria, sigue en estos momentos. En esta era covid valora además como esencial estar presente en el mundo online, porque "el consumidor está cada vez más digitalizado. El covid nos ha dado, desde el punto de vista de los negocios, el empujón para ver que es más necesario aún", resume.
En el caso de Disfrútate, Sonia está ahora intentando hacer las charlas que ofrece a través de plataformas digitales, aunque por supuesto no todo se puede digitalizar. "Está costando un poco, porque siempre se necesita el cara a cara para ciertas cosas, pero se sigue adelante", añade Lorena.
La propia Sonia se suma también a esta percepción. Asegura que ella tenía como proyecto hacer las redes sociales y la web, y "ellos me han dado el impulso para pasar al mundo digital". Al principio hacía la línea de la formación a padres de forma presencial, después intentó hacerla por videoconferencia, pero "los padres, al igual que el resto de la población, no están muy preparados para las nuevas tecnologías y no tuvieron mucho éxito". También ha potenciado las demás líneas de negocio y otros mercados.
Por ejemplo, en Vitoria ha abierto un local para dar de forma presencial las relajaciones con cuencos tibetanos porque no se pueden dar por Zoom, y esta plataforma la ha reservado a charlas educativas relacionadas con la sexualidad a parejas, a grupos de amigos, de una edad entre 30 y 45 años. Y los lazos que ha creado con Lorena y con el profesorado, que "han estado 24 horas al día para lo que necesitara", son tan estrechos que adelanta que si en el futuro crece pensará en ella y en los nuevos alumnos que han participado en la empresa. "Es mi cantera para futuros trabajadores", sonríe.
A ella, y también a Roberto Rabasco, de Orvium, les gustaría por lo tanto que se siguiera haciendo este programa porque "ayuda mucho. A los que somos pequeñitos nos hace falta esa ayuda, porque el mundo digital es muy cambiante", se reafirma Sonia.
Roberto, por su parte, habla de su plataforma online para la publicación de artículos científicos con cariño. "Fue una experiencia muy satisfactoria, porque somos una empresa tecnológica y una presencia digital de nuestro negocio es algo muy importante". Al surgirles la oportunidad de asistir a este curso, tuvieron claro que querían participar y aprender.
"Tener claro el modelo de negocio y cómo quieres expresar a lo que te dedicas al mundo es básico a la hora de querer captar clientes, ampliar tu negocio y avanzar", resume él. Y es que han aprendido mucho en esta andadura. En su caso, saben que este es el camino por el que quieren seguir. Es más, a raíz del curso han abierto un departamento en el que han entrado dos personas nuevas y se van a enfocar en toda esa parte, para que lo aprendido en este tiempo no caiga en saco roto y se genere más tracción en ese area.
En otro orden de cosas, Roberto reconoce y valora que en muchos cursos echan en falta la personalización a cada caso, que no siempre es posible, pero en esta ocasión ve con buenos ojos que han tenido tiempo dedicado a ellos mismos. Y esto no habría sido posible sin profesores como Jesús Campos (Ciudad Jardín), que recuerda que todos los años tienen un límite de participantes (15-20 empresas de distintos ámbitos). Este año, además, han entrado empresas del parque tecnológico, como Orvium, "pero todas son del ámbito rural, de las cuadrillas". Él desgrana el proceso, ya que las 20 empresas las dividen entre Egibide y Ciudad Jardín.
Aunque este año reconoce que, dada la situación, ha supuesto "más esfuerzo", subraya que todo ha ido bien, porque además han incorporado algunas novedades. "El proyecto cada vez está más redondo para que esa semillita que es el plan de marketing digital no se siembre en un terreno baldío", sostiene Jesús.
Como reto para la siguiente convocatoria incorporarán, ya anuncia, la gestión del conocimiento que hará que las empresas que están durante esos cuatro meses, sigan profundizando en los conceptos. "Cada año vamos siendo más autoexigentes", porque es una forma de acercar a los alumnos a las empresas. "El resultado está siendo maravilloso", porque afirma que el objetivo es crear sinergias entre el mercado online y el onlineoffline. Por lo tanto, y dado que empresas, alumnos y profesores están "encantados", el objetivo ahora es seguir, y dar la bienvenida próximamente a una nueva remesa de empresas.