- El lúpulo ofrece la oportunidad de diversificar y potenciar la agricultura para poder tener productos de valor que van orientados a las empresas de producción de cerveza local.
¿Cómo ha ido la producción este año?
-En comparación con años anteriores, la de 2020 ha sido una cosecha más baja debido a una climatología complicada en primavera por granizo y al ataque del mildiu. No obstante, los resultados de este año no deben tapar el hecho de que veníamos de un año 2019 estupendo en cuanto a adaptación del cultivo y todo apunta a que volverá a serlo.
¿Cómo se valora la experiencia desde que comenzó la plantación?
-La experiencia está siendo muy positiva porque estamos observando que el cultivo se va adaptando bien a las condiciones agroclimáticas de Euskadi, aunque necesitamos algo de tiempo para estar completamente seguros. Además, estamos comprobando que hay una demanda por parte de las cerveceras del País Vasco por un lúpulo local para producir cerveza local o KM0.
¿Se puede hablar de Álava como un territorio potencialmente interesante para ese cultivo?
-Realmente, se puede decir que toda Euskadi es un territorio potencialmente interesante. Se está cultivando muy bien en Gipuzkoa también. No vemos ninguna limitación agroclimática, salvo que el suelo no se encharque, que no sean zonas donde hiele mucho y que sean parcelas aireadas para evitar la proliferación de hongos. Álava tiene una extensión y unas condiciones que hacen que este territorio sea especialmente apto para este cultivo.
¿Se ha realizado seguimiento del programa durante estos años? ¿Qué opinan el resto de socios y quiénes son?
-Se empezó con el ensayo de Berantevilla en 2017 y anualmente se hace un seguimiento de producción y calidad de las seis variedades que se están probando y que en parte fueron seleccionadas por el interés de las cerveceras. Son socios de este proyecto Uaga (que es el líder), Neiker, AZTI, AGA, Boga, Olbea, La Salve, Gar&Gar y el agricultor Ángel López de Torre. Y colaboran EGE (Asociación de Cerveceros Vascos), HAZI y la Licorería Olañeta.
¿Es un cultivo costoso de inicio? ¿Qué cálculos realizan de inversión por hectárea?
-Las inversiones iniciales son altas, pero es una alternativa rentable. La demanda está aumentando y es un nuevo cultivo que permite al sector diversificarse.
¿Ha habido más agricultores interesados?
-Sí. Hay agricultores en Álava y Gipuzkoa que ya están produciendo lúpulo y también hay más interesados en este cultivo.