- No son tiempos para muchas alegrías, ni para los que están de vacaciones ni para los que trabajan. Los bares de la capital alavesa eran conscientes de que el coronavirus iba a cambiarlo todo durante estas no fiestas, pero pasadas las dos primeras jornadas el balance a pie de barra de los hosteleros es más duro de lo que se anticipaba. "Esperábamos día malos, pero han sido todavía peores", lamenta Javier Castresana tras la barra del Café Victoria.

En el centro de la ciudad, el sol que azotaba las calles permitía al menos disfrutar de las terrazas, casi todas con mesas libres, y tomar algo viendo a los escasos blusas que se habían animado a acercarse a la Virgen Blanca. Pero las imágenes del interior de los establecimientos evidenciaban de forma muy clara que el de ayer no era un 5 de agosto cualquiera. "Hoy era el mejor vermú del año, en el que más gente teníamos", recuerda Castresana, que asume que esta situación va a suponer "un palo" para los bares.

También junto a la Plaza Nueva, en la esquina con la calle Dato, en el Aldama su responsable reconoce que la afluencia de un 4 y 5 de agosto normal y corriente está muy lejos de lo que ha vivido estos últimos días. "La gente se lo toma con prudencia y responsabilidad. Evita aglomeraciones y al no haber los eventos habituales de un 5 de agosto hoy la ciudad ha despertado tarde" explica Ernesto Aldama, para quien esta situación es similar "a si empezaras de cero con el negocio, viendo cuánta gente tienes cada día y sin saber muy bien qué previsiones de turnos hacer ni qué te vas a encontrar al día siguiente". Más lejos, a la entrada de la calle Cuchillería, en el Txistu también admiten que "esperábamos poca gente y es lo que ha habido" tanto la tarde y noche del día 4 -"nosotros cerramos pronto, a eso de las 23.30 horas, porque no queríamos problemas", apuntan- como ayer. "Los ingresos que tenemos en estas fechas son los que nos permiten afrontar mejor el invierno. Sin ellos, nos espera un invierno duro", asume Maki tras la barra del bar.

Por su parte, en El Colmado del Toloño ven que "la gente sale pero tiene miedo". "Hay poco movimiento, y el día 4 además con la calle cerrada por la tarde nos afectó", lamentan en el bar, apenas un par de minutos después de que la Policía Local pasara por la zona para contar que todos los locales tienen fuera el número de mesas que figura en sus licencias.

"Es como si acabaras de abrir el negocio. No sabes qué previsiones hacer de un día a otro"

Aldama

"El 5 de agosto era el mejor vermú del año. Llevamos dos días muy malos"

Café Victoria

"Estar así es un palo muy gordo, sobre todo por no poder sacar a las empleadas del ERTE"

Txistu

"El cierre de la calle

la tarde del 4 de

agosto nos afectó mucho"

El Colmado del Toloño