Riesgos. La Confederación Hidrográfica del Ebro informa de que el baño, con precaución, está permitido en ríos y pantanos, pero prohibido, por ejemplo, en canales y balsas de riego por su peligrosidad. Muchos bañistas se acercan este verano a sus aguas debido al cierre de piscinas o al retraso en su apertura por la pandemia del coronavirus.
Lugares. En Álava, además de las piscinas, existen numerosos lugares a los que los ciudadanos se acercan en verano para darse un chapuzón. En Campezo está el área recreativa de Fresnedo, un embalsamiento del río Ega, a un kilómetro del centro de Santa Cruz en dirección hacia Maeztu. En esta última localidad, en el río Barrón, la zona llamada de los Pozilones. Otra zona de baño es el parque de Espejo, bañado por el río Omecillo en el que también se practica la pesca, el piragüismo y el senderismo. Más al sur, también en Valles Alaveses se encuentran la cascada y la zona de baño del río Ayuda, en el lugar denominado Linares. Cerca está Armiñón y el río Zadorra. En Kuartango, en el río Baias, también los vecinos saltan al cauce del río y en Sarria está Zaldilbartxo. El río Herrerías, en Retes de Llanteno, en Ayala, también cuenta con una zona que siempre atrajo bañistas, lo mismo que los pantanos de Landa y Garaio.
- Una parte del territorio alavés está bañado por aguas del río Ebro y en él desembocan otros que cruzan buena parte de Álava. Aunque parte de la gestión de esos cauces y riberas está encomendada a la agencia vasca del agua URA, la seguridad es tarea de todos y este año existe una preocupación añadida a causa de la pandemia del coronavirus. Por ello, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) informa de que este verano, con el retraso en la apertura de muchas piscinas y las elevadas temperaturas, se ha incrementado la presencia de bañistas que buscan aguas bajo las que refrescarse. Una situación que puede acarrear problemas en el caso de hacer un uso indebido y sumergirse en lugares no permitidos como los canales de regadío.
Para evitar esos riesgos, la CHE ha elaborado un documento en el que reconoce el derecho a disfrutar del agua, pero también alerta de lo que se puede y no hacer y de las prohibiciones existentes. Así, recuerda la confederación que el baño en ríos, lagos y embalses es uso común de las aguas, y por lo tanto, no requiere ninguna autorización. Sin embargo, bañarse en el medio acuático siempre entraña peligros debido a las corrientes, variaciones de caudal y temperatura, vegetación, etc. Por lo tanto y ante todo aconseja a los bañistas ser responsables.
En otros lugares recomienda mayores precauciones. Es el caso del baño cerca de los órganos de desagüe de las presas y junto a tomas de agua, por los posibles arrastres. Por ello, por el peligro que tienen, son espacios prohibidos. También existe peligro aguas abajo de las centrales hidroeléctricas por las posibles variaciones bruscas de caudal que se realizan para garantizar la presencia de agua en el río. Y avisa de que es importante evitar el baño en esas zonas.
Los espacios acuáticos que primero comenzó a utilizarse ante el cierre de piscinas fueron los canales y balsas de riego. La confederación advierte, no obstante, de que es muy peligroso entrar en ellos, ya que hay corrientes, succiones en la zona de salida del agua y orillas resbaladizas. "Entrar en esos lugares es poner el riesgo la salud y la vida", subrayan los responsables de la entidad. También está prohibido el baño en algunos espacios naturales, como recogen sus planes de gestión y hay existen igualmente espacios donde se toma el agua de abastecimiento a poblaciones en los que podría estar prohibido el baño por razones de salubridad.
En territorio alavés hay abundantes lugares donde darse un baño en verano. Uno de los espacios más conocidos y populares es el área recreativa de Fresnedo, en Santa Cruz de Campezo. Es un embalsamiento del río Ega, a un kilómetro del centro de Santa Cruz en dirección hacia Maeztu, con dos zonas de esparcimiento unidas por un puente de madera. Se trata de un lugar muy cuidado, con fuente de agua potable, mesas y bancos, asadores y zonas de juegos y deportivas, así como baños y duchas. En la zona de Maeztu, en el río Barrón, en la zona llamada de los Pozilones siempre ha sido costumbre bañarse en sus aguas, algo que se hace especialmente este año ante el cierre de las piscinas de localidades vecinas. También está abierto el parque de Espejo. Bañado por el río Omecillo es un lugar apropiado para el baño, pero especialmente destinado a la pesca y actividades de ocio, como piragüismo y senderismo.
Más hacia el sur, en la misma comarca de Valles Alaveses, se encuentran la cascada y la zona de baño del río Ayuda, en el lugar denominado Linares. Cerca está Armiñón y el río Zadorra. Allí no es que se haya acondicionado una zona de parque y de baños, pero los jóvenes de la localidad siempre han tenido en su orilla un trampolín para saltar al río y zambullirse en sus aguas. Lo mismo sucede en Kuartango, en el río Baias, también existe esa afición por saltar al cauce del río desde la zona donde se encuentra el frontón municipal y en Sarria se cuenta con otra zona que antaño era lugar habitual de bañistas, en el área denominada Zaldilbartxo.
El río Herrerías, en Retes de Llanteno, en la comarca de Ayala, también cuenta con una zona que siempre atrajo bañistas, lo mismo que los pantanos en las playas de Landa, en Arrazua-Ubarrundia, y Garaio, cerca de Vitoria, en la actualidad con limitación de aforo debido a la covid-19.