- ¿Cuándo interiorizaron, al margen de la decisión oficial, que las fiestas no iban a poder celebrarse, al menos tal y como siempre las hemos entendido?

-Bueno, ya desde marzo cuando sale todo esto, la gente se empezó a poner en lo peor, Vitoria es una ciudad pequeña y quien más y quien menos ha estado involucrado en la preparación de las fiestas. Una vez que ves que San Prudencio se suspende, que a la semana San Fermín se suspende también, pues ya empiezas a pensar que las fiestas de Vitoria van a tomar el mismo camino.

¿Han tenido ocasión, aunque no se hayan podido reunir presencialmente, de debatir la situación entre las cuadrillas, de palpar las sensaciones?

-En las cuadrillas hay incertidumbre, no saben qué van a hacer. Los políticos están improvisando, hoy es A y mañana es B, no saben por dónde van a actuar, y las cuadrillas están esperando a que se les diga algo. Desgraciadamente a día de hoy -la entrevista se realizó el lunes- no les podemos decir nada.

¿Se han planteado algo con respecto al paseíllo, el evento en el que las cuadrillas más se mezclan con la ciudadanía y quizá el que más las define? ¿Han pensado en un formato reducido, o en si tiene sentido hacer un paseíllo sin gente?

-No lo hemos hablado, pero yo personalmente entiendo que el paseíllo como tal no se va a poder hacer. Somos muchos blusas y neskas, el público en general y las txarangas. Yo entiendo que uno de los actos grandes a los que se refiere el alcalde será ese.

Sí hay otros actos que pueden admitir más margen de actuación, como la ofrenda floral o la exhibición de las pancartas de las cuadrillas. ¿Se podría trabajar en la celebración de esos eventos?

-Yo en las pancartas sí he pensado, porque al final es un acto al que vas, pones tu pancarta, y la ve la gente que va por la calle. Podría celebrarse. Con respecto a ir solo una representación de las cuadrillas a las ofrendas, yo personalmente veo un problema, somos cuadrillas familiares en muchos casos y te planteas por qué uno sí y otro no. Yo como integrante de Los Desiguales creo que tenemos que ir todos, y si no vamos todos, evidentemente para mí no se debe hacer. Lo primero es la salud de la gente, y no podemos ir por la calle mirando para atrás para hacer las cosas cuando no viene nadie, o no entrar a este bar porque hay gente. En las fiestas de Vitoria la gente tiene que salir con alegría y a disfrutar, no pensando en que no le saluden o le den un beso.

¿Sería posible sacar adelante algunos de los actos que organiza cada cuadrilla por separado?

-Las fiestas de Vitoria son en cuatro calles, en cuatro plazas, y se junta allí todo el mundo. A mí me resulta extraño hacer un concurso en la plaza del Arca y vallarlo para que la gente no pueda entrar y no pueda disfrutar... Al final, las fiestas de Vitoria están para que las disfruten las neskas, los blusas y evidentemente la gente que está en Vitoria. Si la gente no puede disfrutar no tiene sentido hacer un acto de esa magnitud. A los vitorianos y a los vascos en general nos gusta celebrar las fiestas en la calle, a los bares apenas entramos, nos relacionamos en la calle y nos gusta estar con la gente. Si nos juntamos mucha gente y no nos van a dejar, tampoco tiene mucho sentido hacerlo.

¿Podría haber un mayor control en la propia convivencia dentro de las cuadrillas, en las comidas, por ejemplo?

-Los restaurantes son espacios cerrados y depende de lo que se le deje hacer a la hostelería, de las medidas de seguridad que tengan, y de la capacidad de los restaurantes de dar esos servicios. En un restaurante en el que normalmente entran cien personas igual pueden entrar treinta o cuarenta como mucho. Además, no sé si el restaurante se querría arriesgar a esas cosas en un ambiente festivo.

¿Van a mantener algún contacto con la Federación de asociaciones de Neskas y Blusas, o con otros agente festivos, para consensuar medidas?

-No, a día de hoy no hemos tenido contacto con nadie.

¿Ven viable el txupinazo controlado que plantea el Ayuntamiento?

-Viable es, porque es una plaza enorme, la cierras y ya está. Pero vamos a lo que decía antes, la imagen puede ser lamentable. El ejemplo grande de que las fiestas de Vitoria se hacen para la gente es la bajada de Celedón, cómo se rompe de alegría la gente al ver bajar el muñeco, cómo cruza Gorka la plaza con sus acompañantes, es lo más grande de las fiestas. Si ese acto lo quitas... A mí me preocupa qué idea tienen los políticos con este acto. Somos conscientes de que estamos en una alarma sanitaria y de las condiciones en las que estamos, pero no me gustaría que se aprovechasen para la foto, que digan que qué cosa mas bonita han organizado, sin que la ciudad esté presente.

Tienen la oportunidad de hacer una especie de simulacro de fiestas el día de Santiago. ¿Han pensado en la posibilidad de testar hasta qué punto se puede llevar a cabo un programa adaptado a la pandemia para aplicarlo una semana después?

-La verdad es que no hemos planteado el día 25 por separado, porque cuando hablamos de fiestas hablamos de todo, pero tenemos un ejemplo importante en Pamplona, a ver si tienen la misma idea de fiestas que nosotros. El tamaño de las fiestas de Vitoria y de San Fermín no es comparable, pero nos puede dar una idea de si esto es viable o no. El día 25, en todo caso, habrá que dar una vuelta para ver cómo lo hacemos, es el día de los blusas y las neskas, y veremos cómo lo podemos hacer sin txarangas.

Hablamos de las fiestas de 2020, pero lo cierto es que a medio plazo no sabemos si nuestra forma de relacionarnos va a tener que cambiar más allá de estos meses. ¿Temen que las fiestas vayan a cambiar para siempre, tal y como las hemos conocido?

-No sabemos qué vamos a hacer este año, como para saber cómo será 2021. Confiamos en que todo esto se solucione, entre comillas, para 2021, que haya salido la famosa vacuna, estemos todos bien de salud y podamos disfrutar en la calle. Evidentemente esto va a ser un golpe muy duro para todos económica y socialmente. Lo vemos ya en las calles, cuando estás paseando y viene alguien de frente te alejas un poquito para no tener contacto. Esperaremos, pero lo que está claro es que en septiembre la comisión se va reunir, si se puede, y nos pondremos a trabajar y en contacto con el Ayuntamiento, porque se nos presenta un tiempo nuevo en todos los sentidos.

"Sería extraño hacer un concurso en la plaza del Arca y vallarlo; si la gente no puede disfrutar no tiene sentido hacer actos de esa magnitud"

"El txupinazo es viable si cierras la plaza, pero la imagen sería lamentable. Me preocupa qué idea tienen los políticos con este acto"

"En septiembre la comisión se pondrá otra vez a trabajar, porque se nos presenta un tiempo nuevo en todos los sentidos"