- "De repente, Disney no tiene magia, París ya no es romántico, Nueva York ya no se queda de pie, la muralla china ya no es una fortaleza y La Meca está vacía. Nos dormimos en un mundo y nos hemos despertado en otro", arranca una carta de este mes de abril que definitivamente nos han robado. "Abrazos y besos se convierten en armas y no visitar a padres y amigos se convierte en un acto de amor. De repente, te das cuenta de que el poder, la belleza, el dinero no valían nada y no podían conseguir el oxígeno por el que luchabas", asegura una de las misivas enviadas, de autor anónimo.

La carta que Mirian dedica a su madre no puede ser más emotiva. "Mi madre es incapaz de ver una película sin comentarla como si fuese una youtuber. Al Telediario le sigue llamando El Parte. No tiene ni idea de si la Cope es más de derechas que la SER. Mi madre lleva ochenta años menos seis meses sin clases. Escribe boquerones con v, pero te los limpia como si sus manos fuesen las de un carterista. Eso sí, tiene una curiosidad tan insaciable como sus ganas de que repitamos plato cuando comemos en su cocina".

"Mi madre repite 38.674 veces cuando no escucha bien el teléfono que es porque se está quedando sin batería, no porque apenas tenga cobertura. Jamás ha encendido un ordenador, pero guarda toda las letras que pagó para que yo sí tuviese uno cuando empecé la carrera". "Mi madre dice que no sirve para nada porque eso es lo que le repetía mi padre, torta va, torta viene. Pero un poco lista debe ser cuando ha criado a cuatro hijos sola y cuando es la única que consigue ahorrar en la familia, pese a que tiene una pensión no contributiva". "Mi madre, la tuya, la de muchos, pertenece a esa generación que no sabe quejarse, ni criticar ni engañar. Porque hace muchas cuarentenas que ya aprendieron lo que de verdad importa, que se quitaron las pamplinas con la vacuna de la viruela y la ansiedad, limpiando de rodillas". "Mamá, cuídate, aguanta por favor, que necesitamos tus abrazos para agarrarnos a la vida".

"Con las palabras sientes que no estás solo, que hay una red de personas unidas"

Experta en Bioética