Vitoria, 18 abr (EFE).- La Diputación Foral de Álava, la Unión de Agricultores y Ganaderos de Álava (UAGA) y el Servicio Vasco de Empleo-Lanbide están trabajando para dar respuesta a la necesidad de trabajadores temporeros de cara al inicio de varias campañas en el sector agrícola alavés.

La idea surgió ante el cierre de fronteras y las limitaciones de movimiento provocadas por la COVID-19 que han provocado que los agricultores de Álava no vayan a poder contar con la mano de obra habitual.

Para hacer frente a ello, la Diputación, UAGA y Lanbide están ultimando la puesta en marcha de un proceso de selección entre las personas del entorno más cercano, ya que muchos de los trabajadores que llegan a Rioja Alavesa son contratados en origen, fundamentalmente en Marruecos.

Hasta ahora, la UAGA ejercía como principal proveedor de temporeros con una media anual de 300 personas por campaña, mientras que el resto de contrataciones se llevaba a cabo de manera privada. En esta ocasión, con las complicaciones que se prevén en la contratación directa, las primeras estimaciones dicen que serán más de 500 las personas que serán necesarias en esta temporada.

Así, los tres agentes implicados buscan captar trabajadores locales de la mano de Lanbide y con ello, evitar grandes desplazamientos de temporeros. La Diputación alavesa ha recordado que en este momento se permite compatibilizar la prestación por desempleo o demás prestaciones sociales o laborales como la RGI con el desempeño de tareas agrarias.

Mientras se ultiman los detalles, la Diputación Foral de Álava, UAGA y Lanbide trabajan, junto con Hazi, en el diseño de una rápida formación, al estar suspendida cualquier actividad educativa presencial. Esta formación consistirá en videos cortos o "píldoras" a través de móvil, incluso en árabe. Además, se están preparando EPI que garanticen la seguridad del trabajador en el campo.

En las próximas semanas Rioja Alavesa y Ayala comenzarán las labores de poda verde, unos trabajos que durarán hasta aproximadamente finales de junio y que habitualmente se llevan a cabo con grupos de jornaleros profesionales que se mueven por toda España y por países limítrofes de campaña en campaña.

La poda verde es una fase clave en el proceso de la vid, con una primera tala en la que se suelen eliminar los brotes improductivos que reducen el vigor de la planta para potenciar los brotes más adecuados para su floración.

Además, como la poda en verde supone eliminar vegetación de la plantas, favorece la sanidad, la aireación e insolación, y, en consecuencia, la óptima maduración de los racimos y por tanto la calidad.