- El confinamiento obligado por la crisis del coronavirus ha aislado en sus domicilios a muchas personas que en estos momentos necesitan cuidados y compañía, y no solamente en situación de dependencia. Se trata de mayores autónomos, pero también adultos y jóvenes solos, que han visto alteradas sus rutinas habituales drásticamente y quizá estén echando en falta una mano o una voz amiga que les dé un impulso para seguir adelante. Es una de las preocupaciones que asaltan estos días a Vivir con voz propia, un colectivo gasteiztarra integrado por vecinos de ámbitos diversos que viene trabajando desde hace años en la construcción de una ciudad compasiva.

Con el objetivo de dar respuesta a esa inquietud, esta comunidad ha abierto un canal de comunicación online, en la dirección vivirconvozpropia@agruparte.com, para captar a personas voluntarias que quieran involucrarse en su entorno más cercano, en su comunidad, para ayudar a quienes más lo estén necesitando durante esta cuarentena global. Ofreciéndose, por ejemplo, a hacer la compra a personas vulnerables o a contactar telefónicamente con quienes estén sufriendo un mayor aislamiento. "Si cada persona se presta a ofrecer un servicio ya estaremos cubriendo algo necesario e inmediato. Esto no requiere grandes desplazamientos y, casi sin querer, estaremos tejiendo también algo de futuro. A veces, con una llamada es suficiente", explica Patxi del Campo, uno de los impulsores de Vivir con voz propia, en declaraciones a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.

Hasta la fecha, el colectivo ha recibido más de 50 propuestas de personas diferentes decididas a implicarse en esta red cuidadora que quiere extenderse más a allá de la capital alavesa, a unos pueblos donde ese aislamiento puede ser incluso más crudo. "Tenemos gente con formación en acompañamientos con los que hemos tenido contactos anteriores, también en la zona rural€ Lo importante es que los voluntarios estén un poco preparados para hacer las tareas que quieren realizar", apunta Del Campo.

El impulsor de Vivir con voz propia celebra la puesta en marcha en el contexto de esta crisis de iniciativas "muy interesantes", también enmarcadas en los cuidados comunitarios, como pueden ser la red ciudadana Batera, que ha logrado reunir ya a cerca de 2.000 voluntarios, o Guztion Artean, impulsada por el Gobierno Vasco para ayudar a personas vulnerables en sus tareas básicas. "Estamos promoviendo un vecindario compasivo y todo lo que se está haciendo es genial", valora Del Campo. A su juicio, la voluntad ciudadana por ayudar a los demás, sobre todo a las personas más vulnerables, está siendo "brutal" estos días. "Las personas necesitamos a las personas y hoy, más que nunca", contextualiza. Del Campo insta a que "cada persona tome conciencia de qué puede hacer en su red cercana, en su comunidad, y que haga lo que está capacitado para hacer o se sume a grupos que sepan hacer".

El impulsor de Vivir con voz propia pone el foco en uno de los grandes "problemas" que se están dando estos días, la dificultad para "detectar las necesidades" de tantas personas a las que no se está llegando, quizá porque en su rutina habitual no requieren de un soporte adicional. "Hay un grupo de gente con el que estamos volcados en ayudar, las personas más frágiles, pero también hay muchas más que de verdad lo están necesitando". Del Campo pone como ejemplos a aquellos mayores a los que les han quitado el comedor, el centro social, las actividades€ Pero también adultos o incluso adolescentes. "Esto es nuevo y tenemos que ser sensibles, poner el radar, para detectar estos perfiles. Tenemos que recordar nombres, personas€ Y llamarles para preguntar si necesitan algo. Hagámoslo. Puedo llenar Vitoria de carteles, pero igual tampoco llegamos así a estas personas, porque ni siquiera salen por el miedo, porque están bloqueadas", argumenta Del Campo. Son, lamentablemente, invisibles.

Vivir con voz propia ha activado también estos días un segundo espacio virtual dedicado a otro aspecto que el colectivo considera vital en crisis como ésta, el autocuidado. Se trata de una versión online de su espacio sobre compasión a través de la meditación donde sus participantes trabajan "la calma o la atención al presente y los sentimientos", según Del Campo. Alrededor de 40 personas están participando en esta dinámica, muchas de ellas profesionales "en primera línea de humanidad" -de la medicina, la enfermería o los servicios sociales-, y que está abierta al público, ahora, todos los días de la semana. "Se trata de trabajar cómo nos podemos proteger ante lo que estamos viviendo. No sólo del coronavirus, sino de todo lo que trae de la mano", apunta Del Campo.

Acompañar. Vivir con voz propia ha abierto un canal de comunicación online (vivirconvozpropia@agruparte.com) para captar a personas voluntarias que quieran involucrarse en su comunidad y ayudar a quienes más lo estén necesitando durante esta cuarentena global. Ofreciéndose, por ejemplo, a hacer la compra a personas vulnerables o a contactar telefónicamente con quienes estén sufriendo un mayor aislamiento.

Autocuidarse. El colectivo ha activado también estos días un segundo espacio virtual dedicado a otro aspecto que considera vital en crisis como ésta, el autocuidado.