vitoria - Aunque desde todos los ámbitos institucionales se está realizando un llamamiento a la calma en Labastida, las medidas preventivas que se han adoptado en la villa medieval están afectando a la vida normal de sus vecinos, porque su alcance va más allá de los centros cerrados. A la ikastola y a la escuela pública cerradas también se ha sumado, por una decisión de la gerencia, la haurreskola, para seguir con la coherencia de las medidas preventivas, así como varias instalaciones municipales más.
El director de la escuela, Iñigo Beristain, apuntó que el cierre de las aulas por ahora no afecta a la fiesta de la escuela pública, que este año se celebrará en junio en Labastida. Por su parte, Ketxu Bedialauneta, director de la ikastola, confirmó que el profesorado estuvo barajando la posibilidad de encontrar una solución para que los estudiantes no perdieran estas dos semanas. Se estudió, por ejemplo, la alternativa de usar medios telemáticos, pero se comprobó que no iba a ser posible por no disponer de equipos para todos los alumnos.
En el Ayuntamiento, la alcaldesa, Laura Pérez Borinaga, que desde la tarde del domingo ha realizado un seguimiento de la situación, junto con los responsables de los dos centros, celebró ayer una reunión para valorar otras medidas de carácter preventivo. Así, se ha decidido también el cierre tanto del polideportivo municipal, escenario habitual de entrenamientos y competiciones escolares, como del frontón viejo, ya que es el lugar de juego de las niñas y niños de Labastida. En cuanto a la biblioteca, abrirá un par de horas por las tardes para que los lectores puedan realizar el intercambio de libros, pero sin la posibilidad de usar la sala de lectura hasta que finalice la alerta por coronavirus.