Amurrio - "Lo haremos mejor o peor, pero lo hacemos. Somos mujeres peleonas". Esta fue la contundente carta de presentación con la que recibieron a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA tres mujeres residentes en diversas zonas rurales del Valle de Ayala, con objeto de desgranar las principales ventajas e inconvenientes que les acarrea en su día a día el vivir, precisamente, en pueblos y barrios que un alto porcentaje de la población alavesa, no sabría ni situar en el mapa. "Álava es preciosa, muy diversificada y no se conoce. De hecho, yo comencé a conocer Vitoria por el fútbol de mi hijo, siempre nos ha pillado muy a desmano; y en Gasteiz tampoco se conoce a los pueblos ni se nos tiene en cuenta, las cosas como son. Tengo a una hija trabajando en Murgia y cuando está de mañana la tengo que llevar yo", asegura Marian Yarritu que, a sus 68 años -pese a estar jubilada- sigue siendo madre de acogida. "Ahora mismo estamos ocho en casa, en San Roque", apunta en referencia al famoso barrio rural de Amurrio.
Y es que aunque la Diputación Foral de Álava está reforzando las líneas de transporte, a nivel de conexión interpueblos y con la propia capital, "los márgenes horarios son muy limitados. Yo no puedo prescindir del vehículo. Me hace gracia cuando oigo a los políticos decir que hay que usar más el transporte público. ¡En el centro de Vitoria puede, aquí es imposible!", espeta María Jesús Mendia, vecina de Aguiñiga (un pequeño pueblo en las faldas de Sierra Salvada), y con una hija en edad escolar a la que hay que llevar varias veces al día a Amurrio, no ya al colegio para el que hay autobús, sino a extraescolares.
"Tenemos niños de tres años que afrontan más de dos horas diarias de viaje para ir al colegio y volver a casa, y siempre con incidencias, porque aunque las carreteras están mejorando, son lo que son: estrechas y sinuosas. A eso le sumas la dispersión y que se le mete prisa al conductor€ muchas veces he pensado que nos íbamos al pantano, y con nieve ni te cuento, el ganado que se cruza por la carretera€ pero como somos cuatro vecinos no interesa arreglarlas. Prima todo el dinero y la rentabilidad, y así no se puede", subraya Yarritu, tras 30 años de monitora de autobuses escolares en Ayala.
En la educación a partir de 16 años el panorama empeora. En toda Ayala, a excepción de Amurrio y Llodio, y Luiaondo que está en la línea de tren de cercanías Orduña-Bilbao, "no hay transporte público", señalan, sin olvidar tampoco que las personas mayores suponen un alto porcentaje de la población rural. "¿Cómo va a venir una pareja joven a vivir aquí, si solo con ver la carretera de acceso al pueblo se da la vuelta?", señala Mendia, que ejerce la función de jueza de paz de Ayala.
Ésta también apunta al sistema de reparto de ayudas a las juntas administrativas. "Diputación valora las ayudas otorgadas y la población y así no se puede. Dicen que hay ayudas para obras, pero ¿y el mantenimiento?", matiza, al tiempo que también arremete contra políticas locales tales como no poder construir una vivienda si no dispones de explotación agrícola o ganadera. "Muy bien ahí, sí señor, fomentando que venga a vivir gente. De risa", ironiza. "Eso sí, nos ha llegado la fibra óptica. ¡Menos mal!", aplaude.
Sanidad y cajeros Y es que "las zonas rurales se valoran muy poco, no nos damos cuenta de que comemos gracias a ellas. Si quieren que no desaparezcan los pueblos no solo hay que implementar servicios, sino evitar que se eliminen", apunta Yarritu. "Yo cuando llegué a Luiaondo aluciné con que solo hubiese médico cuatro horas a la semana. Menos mal que ahora, con el nuevo ambulatorio, tenemos todos los días tres horas y media, y la apertura del botiquín ha sido otro avance, porque no tenemos que desplazarnos hasta la farmacia de Respaldiza", apunta Edurne Ruiz, que es enfermera en el hospital de Galdakao. Su profesión, sumada al hecho de ser madre de un niño con una cardiopatía congénita, también le lleva a poner sobre la mesa la escasez de especialidades médicas. "Solo tenemos pediatra en Amurrio y Llodio, y un ginecólogo para toda la comarca. Así que muchas tiramos de privada y no todo el mundo puede, no es ninguna tontería", señala.
Con todo, el transporte o la sanidad no son los únicos sectores a mejorar. "En todo el municipio de Ayala, salvo uno en Luiaondo, los cajeros son inexistentes y, a nivel de comarca, está proliferando el cierre de oficinas bancarias. Estoy por pedir que me paguen en mano y guardarlo en casa. Te cobran por todo, pero luego no te dan servicio", coinciden las tres. A nivel de ocio, "parece que van a hacer un teatro en Llodio, pero en toda la comarca solo existe el de Amurrio", matizan; mientras que a nivel laboral, "quitando quien trabaje en sector primario o de servicios, somos muchos los que salimos fuera, porque cada vez hay menos industria y, últimamente, con mucho accidente, que por algo se protesta", inciden.
"Las zonas rurales se valoran muy poco, no nos damos cuenta de que comemos gracias a ellas"
Marian Yarritu
Madre de acogida