VITORIA - La programación carnavalera tiene por delante un único evento por celebrar para dar carpetazo a las jornadas de desenfreno que comenzaron, el martes, con la presentación de las 26 comparsas y llevan en ebullición desde el jueves de Lardero. La caravana de retirada de las 26 carrozas a su cuartel general de Gamarra, abre un periodo de tregua antes de la última batalla carnavalera.
Tras dejar reposar los cuerpos y disfraces en la jornada de mañana, los últimos gramos de fuerza se quemarán en la tarde noche del martes. Nunca mejor empleado ese adjetivo de dar fuego. La Plaza Nueva albergará una verbena desde las seis de la tarde a cargo de las canciones y sones que Lisker se encargará de airear desde el escenario. Los irreductibles de las máscaras y la sátira ejercerán de anfitriones para recibir en el centro de la plaza al último paseo de la sardina.
A las ocho de la tarde y entre una tristeza generalizada, llegará el momento de dar fuego a este popular pescado y abrir una nueva etapa. Con los últimos fuegos y rescoldos que dejen las cenizas de la sardina, se pasará página a una jornadas presididas por la alegría que siempre generan don Carnal y doñaCuaresma. Todo ello sirve para dar paso a una etapa de recogimiento espiritual como la Cuaresma, otrora más respetada y secundada. Pocos serán los que en la jornada del miércoles reciban la imposición de la ceniza en su frente y, por el contrario, una inmensa mayoría empezará a descontar en las hojas del calendario las jornadas que restan por delante para los días de asueto que supone la Semana Santa y la posterior de Pascua con la escapada a otros lares.