Vitoria - Violaciones, asesinatos... El equipo de Carlos Cubero, formado por más de 120 profesionales de los cuales 54 son médicos forenses, trabaja todos los días del año para resolver los casos, principalmente, a través de las autopsias y de la valoración de los detenidos y las víctimas. No es un trabajo sencillo; de hecho, de sus informes puede depender la condena del imputado.

Mujeres asesinadas por sus maridos, violaciones... ustedes son una clave fundamental para resolver estos casos.

-Sí, somos un equipo muy amplio que trabaja en diferentes áreas. Los médicos forenses en la Comunidad Autónoma del País vasco están adscritos al Instituto Vasco de Medicina Legal (IVML). Dentro del IVML tenemos una dirección con sede en Bilbao donde yo soy su director. Y en cada territorio historio y/o provincias hay tres subdirecciones. Una en Álava, Gipuzkoa y Bizkaia. En cada subdirección tenemos una jefatura de servicio de Patología y otra de Clínica. En los servicios de Patología se hacen las identificaciones cadavéricas y autopsias. En el área de Clínica hay tres secciones, Clínica General, Traumatología y Psiquiatría.

Un amplio equipo que juntos realizan un informe que resulta esencial para imputar a un asesino.

-Eso es. En un homicidio, aparte de la investigación policial y la recogida de ciertas muestras que recoja la Policía Científica, nosotros tenemos la competencia en la recogida de los restos biológicos entre ellos la sangre o semen, en el caso de una violación.

¿Cómo actúan ante una violación?

-En una agresión sexual lo tenemos todo protocolarizado como en el resto de actuaciones forenses: vamos al hospital, el forense de guardia junto con el ginecólogo/a, hace la explotación ginecológica y una exploración de lesiones traumáticas, a nivel del cuerpo en general y en el área peri genital. Además, recogemos con isopos restos de semen. Si la Ertzaintza ya tiene un sospechoso a él también se le recogen células mucosas de la cavidad bucal y si coincide el ADN del semen que hemos recogido en la víctima, ya hay un prueba fehaciente de que él es el supuesto violador.

¿Cuántas agresiones sexuales se han cometido en Álava y Euskadi el último año?

-En la actividad global de todo el Instituto Vasco de Medicina Legal en el 2017 intervenimos en 397 expedientes judiciales de agresiones sexuales en Euskadi y en el 2018 aumentó a 405 agresiones sexuales. De ellas, en el 2017 en Álava se registraron 72 y un año después 55. El territorio que más agresiones ha registrado es Bizkaia; que duplica a Gipuzkoa, y Gipuzkoa a Álava.

Otra gran lacra de la sociedad que golpea también a la mujer es la violencia de género.

-Efectivamente. En nuestra actividad global en el 2017 se registraron 1.341 casos en Euskadi, 160 de ellos en el territorio alavés. En el 2018 se disminuyó un 13,75% llegando a los 1.238 casos, 138 de ellos en Álava.

Respecto a asesinatos y/o homicidios. ¿Cuántos se han cometido?

-En el apartado de muertes violentas nosotros incluimos los homicidios y asesinatos, los accidentes de tráfico, el accidente laboral y el suicidio. Incluso añadimos muertes naturales como la muerte súbita, por ejemplo el infarto de miocardio, si es una muerte inesperada sin síntoma premonitorios se puede incluir en el contexto de sospecha de criminalidad. En este apartado hemos registrado en 2017, 449 casos, 71 de ellos en Álava. Y en el 2018 397 casos, 70 en el territorio alavés. En Bizkaia se registran muchísimas más muertes naturales, de las cuales algunas podían haber sido certificadas.

Datos elevados y negativos, en los tres casos. ¿Cuál es la primera causa de mortalidad en Álava y en Euskadi?

-La mayor causa de mortalidad dentro de la muerte natural es la patología cardiaca y de las muertes violentas sigue siendo el accidente casual, la caída.

En las caídas, ¿siguen siendo las personas mayores las más castigadas en estas estadísticas?

-Sí. Las personas mayores son las más vulnerables a sufrir caídas aunque los datos reflejan una paulatina disminución. En 2017 realizamos 201 autopsias por caídas y un año después 168.

Hay una muerte, silenciosa dicen, de la que no se habla pero existe, gente que sufre y no ve salida más allá del suicidio.

-Después de ciertas muertes naturales, la mayoría de origen cardiaco y de las caídas fortuitas o casuales, el suicidio sigue siendo una de las muertes más frecuentes. En nuestra actividad global en el 2017, 161 personas se quitaron la vida en Euskadi y en el 2018 un total de 143.

¿Se puede detectar de alguna manera cuando alguien quiere quitarse la vida, se podrían evitar?

-El Instituto Vasco de Medicina Legal, en colaboración con Osakidetza, está realizando un estudio sobre la prevención del suicidio para ver los parámetros que hay que tener en cuenta a la hora de valorar el grado de riesgo que pudiera existir para que una persona pueda llegar a suicidarse. Es un estudio muy complejo, en el cual se está trabajando. Se denomina La prevención del suicidio en Euskadi y en este estudio estamos analizando en qué zonas hay más casos de suicidio, qué factores pueden influir, etc...

Cuando una persona se suicida la familia es fuertemente golpeada porque, en ocasiones, despierta un sentimiento de culpabilidad. ¿Qué mensaje le mandaría a estas personas?

-Que en general no son culpables para nada. Es cierto que nace ese sentimiento pero la familia en absoluto tiene culpa de ello. Cuando una persona está deprimida y se conoce el motivo, hay que abordar el problema, la causa, a veces es una depresión mayor y sin un motivo concreto, el problema es mucho mayor y la solución más difícil. En el suicidio la persona está deprimida, vacía, triste y sufriendo un día sí y al otro también, llega a pensar que al no ser ni mínimamente feliz y no encontrar el camino para serlo, acaba pensando en el suicidio. Primero piensan en él, luego en la manera de hacerlo y en el momento que menos te lo esperas van y lo realizan. Son muertes silenciosas de esas que poca gente se entera pero que son más frecuentes de lo que uno piensa.

Lleva cerca de 15 años como director de este instituto... usted habrá visto de todo, pero sigue siendo de carne y hueso. ¿Qué es lo que más le afecta?

-Para mí lo más duro, lo que me supera en ocasiones, es la agresión sexual. Aunque intervengas profesionalmente, en está ocasión puede llegar a predominar el factor humano; ver a una mujer que ha sido maltratada y agredida sexualmente lo llevo francamente mal y me impresiona muy negativamente. Evidentemente somos profesionales e intentamos hacer todo lo posible por ayudar y llegar al agresor, pero reconozco que es una intervención dura. Lo segundo que no llevo muy bien, y aun siendo experto en Patología, es hacer la autopsia a un recién nacido o a un niño.

No me extraña, prefiero no pensar en ello. Tiene que ser algo terrible.

-Es desgarrador. Además, hemos de hablar con la familia que llega destrozada, no se me ocurre una palabra que incluya todo lo mal que se encuentran y tienes que hablar con ellos y actuar con mucha sensibilidad para hacerles el menos daño posible porque, sinceramente, es una situación dura, muy dura.

¿Qué es lo que le aporta esta profesión para soportar su lado malo?

-Para mí lo más gratificante de mi trabajo es, por ejemplo, en un asesinato o una agresión sexual, hemos hecho una buena labor pericial y queda reflejado en el juicio oral. Es muy positivo ver en un juicio, cuando tenemos al asesino al lado, escuchándonos, si hemos realizado una buena labor pericial, aclarando todas las dudas a preguntas del fiscal y las partes. En estos casos siempre salimos satisfechos de los juicios, porque sabes que el asesino o violador, probablemente vaya a ir a la cárcel y en definitiva hemos contribuido en que se haga justicia. Porque de eso se trata: De que se haga justicia.

Siendo el director, ¿usted sigue realizando autopsias o su labor exclusiva es la dirección?

-Sigo y seguiré realizando autopsias. De hecho hoy -por el día de la entrevista- estoy de guardia de 24 horas.

Agresiones sexuales. En la actividad global de todo el IVML en el año 2017 intervino en 397 expedientes judiciales de agresiones sexuales en Euskadi y en 2018 aumentó a 405. De ellas, en 2017 en Álava se registraron 72 y en 2018 bajó a 55.

Suicidio. Después de ciertas muertes naturales, la mayoría de origen cardiaco y de las caídas fortuitas o casuales, el suicidio sigue siendo una de las muertes más frecuentes. En la actividad global del IVML, en 2017 hasta 161 personas se quitaron la vida y en 2018 un total de 143.

“Para mi lo más duro, lo que me supera en ocasiones, es la agresión sexual. Aunque intervengas profesionalmente, en esta ocasión puede llegar a predominar el factor humano”.

“Lo más gratificante de mi trabajo es cuando en un asesinato o una agresión sexual, hemos hecho una buena labor pericial y queda reflejado en el juicio oral: salimos satisfechos de los juicios porque sabes que el asesino o violador, probablemente, irá a la cárcel”

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En la actividad global del Instituto Vasco de Medicina Legal en el 2017 se registraron 1.341 casos de Violencia de Género en Euskadi, 160 de ellos en el territorio alavés. En el 2018 bajó a 1.238 casos, 138 de ellos en Álava.