Puso todo un océano de por medio durante sus vacaciones de este pasado mes de agosto, pero el alavés Iker Santiago Fernández de Pinedo no lo hizo ni por motivos de relax ni de aventura, sino para ayudar. En concreto, en un proyecto de cooperación internacional que se llama ProFuturo, que promueven las fundaciones de Telefónica y La Caixa, en Los Chorrillos, un distrito vulnerable de Lima (Perú), tristemente conocido por sus asentamientos chabolistas construidos sobre un cerro. Allí este alavés, empleado en una oficina de CaixaBank Vitoria, junto a otros cuatro compañeros de esta entidad bancaria llegados de Burgos, Almería, Badajoz y Barcelona, y tras superar las respectivas pruebas de selección para poder ser voluntario, como dice, pasó las vacaciones “más reconfortantes y gratificantes de su vida”, echando una mano en un centro de día con 160 menores, entre 5 y 11 años, en riesgo de exclusión social, que gestiona la ONG Mensajeros de la Paz. Lo hizo “durante dos semanas bastante intensas”. En concreto, desde el 18 hasta el 31 de agosto, “aunque es un proyecto en el que llevábamos trabajando varios meses antes, pero en el terreno como tal es durante esa quincena”, aclara.

El objetivo de esta cooperación internacional, era reducir la brecha en la educación digital de los países que tienen menos acceso a ella. “Pero además de esto, hay otras acciones que también se hacen en el terreno de construcción de infraestructuras, de apoyo escolar, de atención psicológica o alimentaria... Todo ello, al hilo de querer sentar las bases de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para la transformación del mundo”, precisa este alavés de 37 años.

Como añade, “básicamente” ese centro de día intenta que esos niños no estén en la calle durante el tiempo en el que no están en el colegio, “porque están al final en condiciones muy duras, al ser niños huérfanos o que tienen padres en la cárcel...”, así que lo que se intenta es darle a estos pequeños una especie de refugio. “Por eso, sus instalaciones tienen desde aulas escolares de apoyo, comedor, para que lleven una correcta alimentación, ludoteca, aulas digitales... ”, detalla.

Y allí han hecho “de todo”: desde coger el rodillo para pintar las paredes de la ludoteca, a colorear también el suelo del patio, “para que desarrollen otras habilidades”, como el equilibrio, dibujando los círculos del conocido juego de mesa Twister, o el ingenio, con el famoso Tres en Raya, tras dibujar sus marcas.

En definitiva, quince semanas en las que se han empleado a fondo, sobre todo en la biblioteca y en la ludoteca, aunque en ésta última especialmente, ya que “la hemos transformado entera, porque la verdad es que estaba hecha un desastre. Hemos ordenado todo, hemos pintado, hemos limpiado... Estuvimos dos días a pleno rendimiento para que los niños estuvieran en un ambiente más confortable y la pudieran disfrutar más”.

En turnos Dado que el centro de día estaba funcionando desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, los voluntarios se distribuían en dos turnos, de mañana y tarde, para intentar copar todo ese horario. “Por las mañanas les dábamos el desayuno, el apoyo escolar, les acompañamos en el comedor, para vigilar que se comieran todo, tal y como hacen los padres, etc...”, recuerda. Y por la tarde, más, hasta que a las 18.00 horas, ‘La movilidad’, que es como se llama el autobús de Mensajeros de la Paz, llevaba de nuevo a los niños al barrio “y nosotros, hasta las 19.00 horas, hacíamos un pequeño resumen del día”. Los voluntarios terminaban así su jornada de no parar, de la que ya les habían avisado a todos antes de partir que iba a ser dura, durante las sesiones de formación y sensibilización que la fundación La Caixa impartió a todos ellos “porque lo que te encuentras allí sí que escapa de tu realidad. Hay que estar allí para ver las condiciones en las que viven estos niños porque son entornos en los que no tienen ni agua, y verles cómo lo transportan con 5 o 7 años, o ver cómo construyen chabolas... Cuando aterrizas allí, el shock es potente. Por eso nos hicieron esas jornadas para que fuéramos con la mente muy abierta”. Aún así confiesa que no se esperaba que fuera tan impactante el distrito de Los Chorrillos. “Es difícil de digerir, pero cuando atraviesas la puerta del centro, el trato con los niños, te reconforta. Eso ha sido lo mejor: la sonrisa y el cariño que han transmitido”, subraya.

Por eso, al final, no se arrepiente de no haber estado tirado en la playa estas vacaciones. “Es inexplicable que con lo poco que les das, lo mucho que recibes. Recomiendo esta experiencia. Es una de las mejores sensaciones que he tenido nunca y eso que la gente me pregunta: ‘Pero si son tus vacaciones, ¿qué haces allí?’. Pues han sido las más reconfortantes y gratificantes que he tenido nunca, así que si tengo el año que viene la oportunidad, también lo haré”, avisa ese alavés.

Proyecto ‘ProFuturo’. Lo promueven las fundaciones de Telefónica y La Caixa para luchar por reducir la brecha educativa en el mundo proporcionando una educación digital de calidad a los niños que viven en entornos vulnerables de América Latina, África y Asia. En total, 51 trabajadores de La Caixa han participado este verano en proyectos de desarrollo internacional durante sus vacaciones para poner al servicio de la comunidad su experiencia y conocimientos de la materia de la que son especialistas. Este caso es el del alavés Iker Santiago Fernández de Pinedo, que estuvo en el distrito de Los Chorrillos, en Lima (Perú), desde el 18 hasta el 31 de agosto, para colaborar en este proyecto de cooperación internacional junto a varios compañeros de Caixabank de Burgos, Badajoz, Almería y Barcelona.

Los voluntarios. Para participar en él, la fundación La Caixa escogió a los voluntarios tras un proceso de selección en el que se tuvo en cuenta el perfil, la experiencia y las expectativas de cada candidato. Tras ello, los 51 trabajadores elegidos recibieron formación y sensibilización, aprendiendo nociones de cooperación internacional, el contexto político, económico y social del país de destino, las motivaciones y objetivos del proyecto y el trabajo específico que realizarán.