El cielo sobre los concejos de Hueto Arriba y Mártioda, donde se ubica el campo de vuelo del club Vitoria de aeromodelismo, disfruta este fin de semana de las maniobras y las acrobacias de algunas de las más importantes figuras de esta especialidad a nivel europeo. Se trata de la segunda etapa de la Champions Aerobatic Cup, un torneo con formato triangular que en mayo hizo su primera escala en la localidad francesa de Lectoure. Participan 29 pilotos de tres países distintos y en seis categorías diferentes. La Vitoria Aerobatic Cup, que así ha sido bautizada en esta segunda entrega, es abierta al público, que ayer disfrutó de las primeras exhibiciones.

“Espero que todo salga bien”, reconocía hace unos días a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el gasteiztarra Jon Caldito, actual y doce veces campeón de España, que a su vez representa a su club organizador, el propio Vitoria. Caldito, que logró el hito de convertirse en campeón estatal cuando sólo tenía once años, suma ya 23 pilotando este tipo de aeroplanos preparados para volar sin tripulación, fabricados con fibra de vidrio, de carbono y madera, dotados de un motor bicilíndrico de gasolina con 200 centímetros cúbicos y de cerca de tres metros de envergadura si se cuenta la distancia entre las dos puntas de sus alas. Prodigios de la aerodinámica, el diseño y la mecánica, cuyo manejo requiere de muchísimas horas de entrenamiento y que hoy también surcarán el cielo de Vitoria.

La competición empezó alrededor de las 9.00 horas hasta bien entrada la tarde, y continuará hoy, hasta las 13.30 horas. El torneo está dividido en seis categorías: básica, sport, intermedia, avanzada, ilimitada y libre, también conocida como freestyle, y la más espectacular y vistosa para el espectador por el empleo de la música y todo tipo de efectos especiales durante el vuelo. “Es algo así como hacer gimnasia rítmica en el aire”, comparaba Caldito. Los pilotos deben enfrentarse en todas las categorías, salvo en la básica, y en la libre a dos tandas de vuelo, uno conocido y otro desconocido.

Un reportaje de M. F./C.M.O. Fotografía Jorge Muñoz