amurrio - La kultur etxea de Amurrio va a acoger a las 19.00 horas de hoy la presentación del libro Datos históricos y curiosidades en la Sierra Salvada del vecino Alberto Luengas Otaola. Se trata del sexto libro que edita este amurrioarra de 88 años. “Esta sierra me ha dado muchas alegrías pero también muchas desgracias. Me quitó a mis dos hijos mientras practicaban deporte. Su propia historia está plagada de conflictos, como aquel de 1436 en el que hubo varias prendadas de ganado por parte de losinos, al extremo sangriento de perecer y morir varias personas de la tierra de Ayala”, señala el autor. De hecho, ha dedicado la primera parte de su nuevo libro a plasmar sentencias y ejecutorias sobre discrepancias por los derechos de pasto, los límites jurisdiccionales o el reglamento que rige el aprovechamiento de los recursos de esta sierra entre los pueblos que la circundan. Se trata de una cordillera situada al noreste de Burgos, en el valle de Losa, formando parte también de Álava y de Orduña.

La segunda, en cambio, se centra más en flora, fauna y curiosidades como “el fenómeno meteorológico de el bollo, los colchones de brezo en los que dormían los pastores o que fue en la fiesta de la Petronila de Llorengoz en 1943 la primera vez que ondeó la ikurriña en Losa, subida por un grupo de chicos y chicas de Belandia, Aguiñiga y Maroño, pero se la mandaron retirar tildándola de símbolo provocativo”, subraya.

Décadas de observación Con todo, como bien apunta Gontzal Oribe Bárcena en el prólogo, “donde Alberto pone más el acento es en el estudio contemplativo de las aves y anfibios de la sierra a través de sus propias vivencias”. Y es que, efectivamente, por este trabajo desfilan ardillas, ranas, sapos, chovas, cuervos, cornejas, alcaravanes, lechuzas, búhos, mirlos, chochines, petirrojos, pinzones, carboneros, milanos, aguiluchos, buitres, halcones, alimoches, alondras y hasta tejones. “Me encontré una madriguera de estos mustélidos en 1980, que luego fue recogida como cueva de los Tasugos en el libro Estudios del grupo espeleológico alavés 1984, que publicó la Diputación de Álava. En el libro no figura ningún animal que no haya visto u oído”, indica Luengas. El autor espera que sus indicaciones geográficas “vengan bien a pastores y ornitólogos”. También adjunta un mapa toponímico de 1984 para que sirva de orientación a los montañeros. “Cuando muera me reencarnaré en vencejo real”, apunta. Un ave, de unos 22 centímetros de longitud y 60 de envergadura alar, muy común en los picos de Sierra Salvada, que cría en grietas y huecos de los riscos o acantilados. “Luego si queréis verme, ya sabéis, en las rocosas cumbres del Aro, Eskutxi, Ungino o Tologorri”, sentencia Luengas que cierra sus sexto libro con una serie de proverbios ayaleses de cosecha propia como su ya famoso “el mayor logro del ser humano es vencer sus propias debilidades”. - Araceli Oiarzabal