Vitoria - Los profesionales en mecatrónica son uno de los perfiles que actualmente más se rifa las industria vasca, por lo que el empleo al acabar estos estudios está asegurado, tal y como evidenciaron empresas como Zayer y la cooperativa RPK durante la mesa redonda FP y empresa que ayer la feria de Formación Profesional Avanza dedicó a orientadores y tutores en el Palacio Europa de Vitoria. El objetivo de este debate en el que participaron Josu Etxeberria, presidente de RPK; Elena Izquierdo, responsable de recursos humanos de Zayer; Xabier López, director de FP de Egibide, y Javier Ochoa de Alaiza, presidente de Ikaslan Araba, era ofrecer una visión actualizada de las necesidades concretas del mundo laboral y de las competencias que deben tener los jóvenes. Unos fines más que alcanzados, ya que los ponentes no se iban por las ramas. Así, la responsable de recursos humanos fue tajante a la hora de afirmar cómo “sorprende” la dificultad que tienen las empresas industriales, tanto las del tejido alavés como las del resto de Euskadi y Europa, para contratarlos, ya que “estamos demandando este perfil y no lo hay”, lamentó.
En el caso de esta compañía del polígono de Betoño, busca el grado superior de esta especialidad de mecatrónica, que surge del mix de mecánica y electrónica, dada la evolución constante de la maquinaria con el fin de adaptarse a la era digital. “Buscamos valores y compromiso, con personas que tengan gusto por el detalle y de terminar las cosas que comiencen”, detalló Izquierdo.
A su juicio, es posible que la dificultad para la elección de este camino profesional esté en la propia familia de los estudiantes, “por eso de que la FP sea el hermano menos válido de la formación”. Estereotipos como ésos hacen que la “carencia muy importante para encontrar mecatrónicos se repita en Alemania, donde nuestros representantes nos dicen que a ver si tenemos técnicos nuestros preparados para que se los mandemos”. Por no hablar, como agregó, de lo “masculinizada” que está esta profesión.
Todas estas declaraciones las refrendó su compañero de mesa, el presidente de RPK, quien afirmó que “compartimos una problemática real: falla la incorporación de la mujer a la empresa. Cuando yo estudié mi módulo industrial había una única chica y este patrón hoy día lo seguimos repitiendo”.
Y eso que, la rama industrial de la FP puede llegar al 100% de empleabilidad. Para fomentarla, Etxeberria cree que “la industria vasca tiene que empezar a saber abrir sus puertas porque no todo en ella es gris, oscuro, humo o grasa. La industria vasca es tecnológica. Es en color y no en blanco y negro”.
En el caso del personal de esta cooperativa, un 65-70% se dedica a desarrollar productos y proyectos nuevos con base tecnológica, con los que procura atender la demanda de sus clientes, por lo que, como sucede en Zayer, las necesidades de contratar a expertos en mecatrónica se disparan. “La contratación de personal es vital para nosotros. Necesitamos gente con estas cualidades técnicas, pero también con las competencias necesarias para saber relacionarse y trabajar en equipo (solidaridad, autogestión...)”, destacó Etxeberria.
Unas competencias que ha notado “más desarrolladas” entre los alumnos que se están incorporando a su grupo, frente a los que así lo hacían hace 20 años.
Precisamente, en este último aspecto incidió el presidente de Ikaslan Araba, Javier Ochoa de Alaiza, al señalar que “valores, como los de formación en personas, son los que estamos primando para crear grandes profesionales”.
Por su parte, el director de FP de Egibide, Xabier López, hizo hincapié en la necesidad de desterrar mitos como que “los malos estudiantes van a la FP”. Lo más parecido que encuentra entre sus alumnos son “las experiencias muy negativas en Secundaria, incluso en Bachillerato, pero que gracias a haber encontrado las competencias que les gustan en FP se superan a sí mismos”.
Lo que sí que es un problema es que los alumnos, cuando entran en FP, no saben la especialidad que quieren. “Si el fracaso se da en FP es porque no se ha dado con la especialidad. Ojalá que aquí se pudiera hacer como en otros países, donde tienen tres o cuatro meses para probar y luego decantarse”, desea López.
Al acabar la mesa redonda, y después del café, la directora en Innovación en la fundación Iruaritz-Lezama, Arantxa Garay, impartió la charla Innovación en la orientación a través de la personalización. Y tras ella, el taller Lego serius play, para construir modelos que sirvieran para el intercambio de ideas.