- Murgia deberá esperar todavía un tiempo para que su nuevo centro de salud deje de ser un proyecto anhelado y se convierta por fin en una realidad física. El equipamiento, que tuvo un impulso a priori definitivo el pasado mes de marzo cuando Osakidetza sacó a concurso su construcción, se encuentra en la actualidad paralizado en los despachos, a la espera de concretar su ubicación definitiva.
El solar donde el nuevo ambulatorio iba a levantarse en un principio, en la calle Aiurdin, cuenta con un conjunto arbolado de “alto valor ambiental”, concretamente cinco ejemplares de roble “de gran porte” mezclados con otras especies, que ha llevado al departamento foral de Medio Ambiente y Urbanismo a emitir un informe desfavorable de impacto ambiental e instar a la “conservación” de esta área. En consecuencia, Osakidetza está analizando la reubicación más idónea para el complejo, que bien podría ser en esa misma parcela, aunque en su parte más alta -junto a la calle Biguillano, donde no hay ejemplares de árboles-, o en otro solar propiedad del Ayuntamiento y que igualmente sería cedido al Servicio vasco de salud. En los terrenos adelaños a la ubicación ya descartada se localizan asimismo, según el informe foral, algún otro ejemplar “excepcional”, como un roble de más de 15 metros de altura y casi dos metros de diámetro de tronco, u otros árboles “de gran porte y belleza”, como varios fresnos “igualmente muy notables”.
El documento firmado por el diputado foral Josean Galera y la directora del área, Amaia Barredo, hace también suyas las conclusiones expresadas en un informe previo de la dirección de Patrimonio natural y Cambio climático del Gobierno Vasco, que considera “imprescindible” que se “replantee” la ubicación del centro de salud para no afectar a esos ejemplares. Medio Ambiente estima que sólo podría eliminarse “algún árbol” de este entorno si se ubica lo “suficientemente separado” de la zona en que se encuentran los robles y su tala resulta “imprescindible” para “encajar el equipamiento proyectado”.
“no tenemos plazos” El parón sufrido por el centro, que de haberse materializado según los plazos previstos habría sido inaugurado este mismo año 2019, ha caído como un jarro de agua fría en Murgia y su entorno, que ya tocaba con la punta de los dedos el inicio de unas obras esperadas desde hace muchos años. Mientras tanto, el vecindario del valle de Zuia tendrá que seguir siendo atendido en el viejo consultorio de la carretera Domaikia, que entre otras deficiencias presenta humedades en algunas de sus paredes y techos, problemas de accesibilidad y estrechez de espacios.
El alcalde de Zuia, Unai Gutiérrez (EH Bildu), anhela en declaraciones a este periódico que el proceso “se resuelva pronto”, aunque asume que a día de hoy “hay que esperar” y que “no hay plazos”, a la espera de que Osakidetza se decante por una ubicación definitiva para el centro de salud y se inicie de nuevo toda la tramitación. El plazo de ejecución de la obra de este equipamiento y su entrega se fijó en la licitación inicial en un plazo máximo de un año, con un presupuesto de 1,42 millones de euros (IVA incluido).
El primer edil lamenta que también que la ubicación inicial, acordada entre el Consistorio y Osakidetza, haya sido rechazada por la Diputación porque, a su juicio, los árboles que habrían sido afectados por la obra “no tienen un valor que imposibilite la construcción de un centro de salud”. “Aquí no está la guerra de quiero arrasar el monte ni nada. Viviendo en el entorno natural en que vivimos, defendemos los árboles al cien por cien, pero esos ejemplares concretamente no tienen tanto valor como para hipotecar este proyecto”, apunta Gutiérrez.