vitoria - La llegada a Álava de Melchor, Gaspar y Baltasar volverá a repetir mañana en los hogares uno de los momentos más mágicos del año: ver cómo a primera hora los reyes de la casa se desperezan con la mayor ilusión del mundo para ver qué les han dejado bajo el árbol. Los peques alaveses que mejor se han portado en 2018 comprobarán, entre nervios, si tras los envoltorios de los regalos se esconden lo que pidieron en sus cartas o, si por el contrario, sus deseos, finalmente, se han perdido en el largo camino que han tenido los monarcas desde Oriente, por muy claro que se lo hubieran expresado en la misiva que les escribieron. Y es que, por muchas artes adivinatorias que tengan sus majestades, difícilmente pondrán traer en sus sacas algunos de los presentes más demandados, puesto que una Navidad más, los txikis parecen haberse puesto de acuerdo en pedir lo mismo: los Bellies, unos bebés que hablan y a los que se les puede escuchar el corazón, que desde hace semanas han volado de las estanterías, y lo mismo ha pasado con el libro Los secretos de YouTube, basado en las reflexiones de The Grefg, con más de 6,5 millones de suscriptores en el canal que este joven tiene en esta plataforma de Internet.
Según cuenta Arantza Oyarzábal, dependienta de la juguetería Jostamendi-Toy Planet Vitoria, “los Bellies están agotados desde hace 15 o 20 días”. Su furor se explica porque “si se juntan dos, se comunican entre ellos”, detalla esta dependienta mientras señala la imagen en el catálogo en la que aparecen estos bebés de ojos saltones que combinan los cuidados de un muñeco interactivo con tecnología online. Un sistema muy parecido al de los extraterrestres Ksi-Meritos, de origen mexicano, que, pese a su gran éxito internacional, de momento, apenas han entrado en el mercado estatal, tal y como cuentan desde esta juguetería familiar de Cercas Bajas, con más de 40 años de experiencia, donde también arrasan los recién nacidos realistas de Antonio Juan, “ahora quedan un par de ellos, pero se venden muy bien” y los bebés llorones Lágrimas mágicas. “Las muñecas, en general, han sido un éxito durante esta Navidad”, precisa Oyarzábal.
Aparte de ello, también han triunfado clásicos como los carritos con capota y los juegos de mesa, “sobre todo, el Monopoly tramposo, el Antón zampón y el Gavitrax (de construcción)”. Además, como añade, el proyector para hacer dibujos, Smart sketcher, y Slime factory, la máquina para hacer el blandiblú de toda la vida que arrasó la pasada Navidad, también están agotados.
Y, entre los dispositivos electrónicos, los relojes inteligentes Kidizoom, un “8 en 1, que al tener cámara integrada permite hacer fotografías y vídeos”, también han sido muy demandados en esta tienda.
Otro establecimiento que no para de despachar juguetes estos días es Juguettos, de la calle Fueros de Gasteiz. Su encargada, Silvia Zabala, destaca que siempre en cada Navidad hay dos tipos de juguetes: “los rompe stock”, como ha sido el caso de los Bellies, “que se encuentran agotados desde noviembre” y el resto de artículos, que también son muy vendidos estos días, puesto que, como recuerda, Olentzero y Reyes es la época de mayor facturación del año. Una campaña marcada esta vez por “el repunte en general que han tenido todas las muñecas esta Navidad”, matiza Zabala.
Así, en Juguettos también “se han vendido muy bien los bebés llorones, aunque todavía se les puede encontrar, así como todos los relacionados con Disney, además de juego de mesa, como el Monopoly o el Trivial”, agrega esta encargada.
En cambio, en esta temporada no sobresale la venta de merchandising relacionada con alguna película en especial, si bien, “todo lo de Star wars siempre triunfa entre adultos y niños”. Más difícil de precisar es el presupuesto que cada persona destina para la compra de juguetes en Reyes. “Es difícil saberlo porque puede que compren para un niño o para tres” pero, en cualquier caso, para los peques no se escatima porque son “los reyes de la casa”.
Educativos Prueba de ello son las colas que estos días abarrotan las librerías infantiles de Astrolibros, como las de su local de la calle Landazuri. Un ir y venir de clientela que ha hecho, como asegura su propietario Carlos Villar, que ya no esté disponible Los secretos de YouTube, “agotadísimo desde Olentzero”. Y lo mismo sucede con Destroza este diario o con los juguetes de lógica de una “casa que funciona muy bien: Smart game”. Los best-seller, para los más peques, son “los libros con sonido de música clásica y La casa de Tomasa, un superventas, agotado, sobre todo en euskera”.