vitoria - Un vecino de Zabalgana que prefiere guardar el anonimato acudió este pasado lunes al centro de salud del barrio en compañía de su hijo, de seis años, que sufría síntomas compatibles con una bronquiolitis, una enfermedad potencialmente grave provocada por una infección que afecta a las vías respiratorias. Lo hizo sin comunicarse previamente con el ambulatorio, al tratarse de una situación urgente e imprevista, y con la intención de que el pequeño fuese atendido in situ, como en otras muchas ocasiones anteriores, bien por un pediatra o por personal de enfermería.
Sin embargo, el personal del centro informó a este padre de que su pequeño no podía ser asistido allí al carecer de cita médica previa y le animó a dirigirse al Punto de Atención Continuada (PAC) del centro de salud de Olaguíbel o al servicio de Urgencias del HUA-Txagorrixu. Para su sorpresa, ambos tuvieron que abandonar el ambulatorio sin ser despachados por un especialista.
“Les dije que me estaban denegando la atención médica, que es un derecho que nos asiste a todos, pero no hubo manera”, asegura este vecino en declaraciones a este periódico. El padre pidió una justificación escrita en el área administrativa del centro de salud, pero sólo obtuvo como respuesta la posibilidad de presentar él mismo una queja por escrito, algo que declinó porque “en otras ocasiones no ha servido para nada”. Finalmente, tuvieron que dirigirse a Urgencias de Txagorritxu, donde el pequeño fue atendido “correctamente”. Ayer seguía recuperándose de su dolencia en casa.
Enrique Gutiérrez Fraile, director médico de la Organización Sanitaria Integrada (OSI) Araba, justificó ayer en un escrito a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que el servicio de Pediatría del centro de salud ha sido sometido a una “reorganización” que ha derivado en “algunos cambios”, pero que “en ningún caso se dejará de atender a los niños y niñas del centro de salud de Zabalgana, ya que la atención pediátrica está siempre garantizada”. Otras fuentes no oficiales del centro de salud apuntan a que desde hace unos días hay un profesional menos de Pediatría trabajando en Zabalgana, lo que ha obligado a una redistribución al alza de los cupos de pacientes que corresponden a cada profesional y, en consecuencia, a que sus agendas estén “repletas”.
Los “problemas” no son además exclusivos de Zabalgana, según asegura una representante sindical de atención primaria, y también se han reproducido en otros centros de salud como el de Salburua, otro barrio con una alta concentración de población pediátrica. “Al final, ésta es una de las consecuencias de que faltan médicos. Otra es que muchos profesionales están estirando sus jornadas laborales más allá de sus horarios para atender todo lo que les llega”, apunta la misma fuente.
En otros centros de salud donde la atención de Pediatría es mucho más residual y, por tanto, también hay menos profesionales de esta especialidad, el protocolo a seguir en situaciones de emergencia y agendas cerradas pasa por ofrecer a los padres que sus hijos sean atendidos por médicos de familia. “Jamás hemos denegado la asistencia a nadie. Aquí vemos todo, hasta con calzador”, remarca en este sentido, por su parte, una veterana enfermera del centro de salud de Gazalbide. Gutiérrez explicó que, con el objetivo de respuesta a situaciones como la padecida por este vecino de Zabalgana, Osakidetza ha coordinado un sistema de derivación directa con el servicio de Urgencias pediátricas -centralizado en Txagorritxu- y el PAC de la OSI Araba “para atender a aquellos niños y niñas que acuden al centro de salud y que por su patología no deban esperar a ser atendidos, como puede ser en este caso en cuestión”. En su escrito, el director médico de la OSI pidió también disculpas a este padre “por las molestias ocasionadas” y puso a su disposición el servicio de atención al paciente y usuario “para cualquier cuestión que estime oportuna”.
Con el susto y la “frustración” del día ya superados, este vecino deseó ayer que situaciones como la que él tuvo que padecer el lunes no vuelvan a producirse, y menos en un sistema con el prestigio de Osakidetza. “La salud es un derecho, pero en el caso de los niños debe ser una obligación”, remarcó.