El Refor, cada vez más museo
El espacio etnográfico podrá visitarse el día 27 con motivo de la celebración del tercer encuentro de toponimia y etnografía
Ramón Zurimendi y los suyos, la veintena de miembros que integra la asociación etnográfica Aztarna de Amurrio, no paran. En medio de la redacción de revistas, impulso de excavaciones arqueológicas, como las de los montes Babio y San Pedro de Beratza, y la edición de libros propios y ajenos, como el de la Guerra Civil en la comarca de Alto Nervión, que lanzará a finales de diciembre el propio presidente del grupo o las reflexiones sobre la situación social y política que vivimos, que “se llevará a imprenta en las próximas semanas”, también han sacado tiempo para poner un poco de orden al proyecto museístico que, poco a poco, va tomando forma en el Refor.
De hecho, comandados por uno de sus miembros más veteranos (tras el fallecimiento de su fundador, Félix Murga), Jesús Guerra, han reformado la distribución para que en lugar de ser un almacén, el espacio sea más parecido a un museo. “Aunque aún tenemos mucho trabajo por delante, que intentaremos abordar este otoño, en lo referente a la labor menos grata de poner nombre a cada cosa, para explicar la función y procedencia de cada pieza, lo cierto es que se ha avanzado bastante con el tema de los oficios, que se han llevado a la última planta”, explica Zurimendi.
En concreto, la reordenación ha mantenido en el sótano las grandes piezas que recorren el trabajo campesino desde la siembra a la cosecha; mientras que el primer piso sigue acogiendo, como hasta ahora, piezas litúrgicas tales como el curioso maletín-altar empleado por sacerdotes para oficiar misa en plena contienda bélica, un espacio dedicado al lino y otro a la cestería, además de una cocina tradicional de los años 50 y 60 del siglo pasado. Por su parte, la segunda planta está destinada íntegramente al caserío y en ella se puede encontrar desde la tradicional cocina baja con el llar y los muebles rústicos hasta la auténtica joya que supone la colección de tejas.
A su vez, en el último piso, el museo ha ganado espacio para exponer el trabajo de los oficios a los que hacía referencia Zurimendi. Un sinfín de antiguas herramientas de herreros, carpinteros, zapateros o carboneros, que comparten espacio con las áreas dedicadas al mundo del pastoreo y a la rica colección de cerámica que recibe el nombre del fundador de Aztarna, Félix Murga, antaño expuesta en la sala de la calle Aldai que hoy es la sede de la Policía Municipal.
A ellas pronto se unirá todo lo referente a la apicultura. “La zona de la miel aún está abajo, pero la idea es subirla a la planta de los oficios”, adelanta el presidente de Aztarna, que tampoco quiere olvidar que la nueva reorganización ha permitido sacar a la luz algunas piezas que permanecían almacenadas en las salas no visitables, como es el caso de la colección de fósiles “muchos de ellos gigantes”, de cara a lograr un enfoque más museístico del espacio.
Congreso toponimia Para visitarlo habrá una oportunidad de oro el próximo día 27 con motivo de la celebración del tercer encuentro de toponimia y etnografía que ha organizado otro miembro de la asociación, Salvador Velilla, en el mismo edificio, “aunque también tenemos la intención de abrirlo al público el próximo 3 de noviembre, cuando los arqueólogos de la UPV que, del 15 al 31 de octubre, van a llevar a cabo la tercera campaña de excavaciones en las trincheras de San Pedro de Beratza, nos presenten sus conclusiones”, adelanta Zurimendi.
Por lo que respecta a la cita bianual organizada por Velilla, se trata de un congreso rompedor que atrae a autoridades en la materia para debatir acerca del origen de los nombres que terminan desvelando la historia de los parajes y sus gentes. En concreto, la de este año se desarrollará de 9.30 a 14.50 horas, con un descanso a mediodía, y englobará seis ponencias. Por un lado, el abogado y economista, José Ignacio Salazar Arechalde, disertará en torno a las fiestas y santos en la toponimia de Orduña; el aficionado a la etnografía y la lingüística, Aitor Azpiazu Ugalde, ofrecerá la charla en euskera Etnografía eta toponimia. Ikuspegi periferiko bat Aizkorrondotik y el ingeniero Jorge Matey Valderrama hablará de la toponimia actual e histórica del riojano Alto Oja.
Por otro lado, y tras el descanso, el técnico Jesús María Garayo Urruela ofrecerá una conferencia sobre la toponimia de Sierra Salvada baja; Rufino Gómez Villar, del IES La Laboral de Logroño hará lo propio sobre la onomástica geográfica y la etnografía del entorno del burgalés Valle de San Vicente; y las licenciadas en Filología Vasca e Hispánica, Josune Aznarez Alkat y Maitane Baqué Garjón expondrán una recopilación y clasificación sobre las casas del Valle del Roncal.