el antiguo colegio de Izarra palidece desde hace 21 años, cuando el centro bajó su persiana y pasó a convertirse en una de las patatas calientes para las sucesivas administraciones que han pasado desde entonces por la Diputación. Con dos incendios de por medio, el último en 2014, el recinto del Izarra International College espera la llegada de algún promotor interesado realmente en asentarse en la zona con un proyecto viable, pero la realidad es que los años pasan y las iniciativas que sobrevuelan el recinto cada cierto tiempo acaban siempre desvaneciéndose.

La mesa de trabajo ideada en su momento por el actual gobierno foral, que entre otros aúna también al Ayuntamiento de Urkabustaiz y la Fundación Hazi, no se reúne desde enero de 2017 porque, como asumió ayer la teniente de diputado general y diputada de Desarrollo Económico y Equilibrio Territorial, desde entonces “no han existido nuevas opciones de proyectos viables”. “Se está detrás de dos proyectos pero tampoco han llegado a concretarse. En cuanto haya algún interés nos reuniremos para analizarlo”, explicó García de Salazar, cuestionada al respecto por un grupo juntero del PP que la legislatura pasada vio cómo se desvanecía el proyecto que acordaron con una empresa dedicada a las simulaciones militares.

Según puso ayer sobre la mesa la diputada, la lista de proyectos e iniciativas que se han tanteado, especialmente entre 2016 y 2017 abarca posibilidades de todo tipo, aunque ninguna acabó por cristalizar. Grupos de boy scout, un centro de hípica, un camping para tiendas de campaña y bungalows, un proyecto de cría de caballos, actividades de la federación alavesa de tiro... Mucho interés, pero poca concreción.

Ni siquiera los Bomberos y la Er-tzaintza han querido utilizar las instalaciones para sus cursos y actividades formativas. Además, en noviembre de 2016 quedaba desierto el concurso para la asistencia técnica y la búsqueda de inversores que ayudaran a desarrollar un proyecto de turismo sostenible.

Ante esta tesitura, con unas instalaciones que suponen para las arcas forales un gasto anual de 350.000 euros -la Diputación está obligada a abonar 200.000 euros al año al Alavés hasta 2023 por los derechos de superficie-, desde el área de Desarrollo Económico han optado de momento por tratar de reducir costes ejecutando las obras de eliminación y recuperación de los residuos del incendio de 2014, que estarán retirados en noviembre y permitirán aliviar parte de los gastos en seguridad, pues la vigilancia del recinto supone 150.000 euros de los 350.000 citados.