amurrio afrontó ayer su quinta y penúltima jornada festiva en honor a San Roque, que tuvo su pistoletazo de salida a las diez de la mañana con la tradicional subida al Santo, organizada por la Cofradía de la Santa Vera Cruz, desde la parroquia Santa María hasta la ermita del patrón, a la que llegaron alrededor de las 11.15 horas, tras una larga caminata. Y es que en las campas y aledaños de este templo se iba a centrar el principal acto festivo de la jornada: la ya popular feria ganadera del día de San Roque, que ayer cumplió su XXXV edición.
Desde primeras horas de la mañana, una decena de puestos artesanos y de productos caseros daban la bienvenida a los fieles que se disponían a acudir a la misa cantada por la coral Mariaka. Ajenos a estos menesteres y bajo la atenta mirada de los 25 ganaderos participantes en la feria, se encontraban los en torno a 150 animales que, entre vacas, caballos, ovejas, cabras, bueyes y gallinas, conformaban la muestra ganadera del municipio. Todos ellos eran de una calidad insuperable, ya que “al ser exposición, el ganado viene seleccionado de antemano y no hay concurso, sino que sus dueños -tras intentar buscar el mejor lote de cada raza- reciben un recuerdo y dietas de transporte por participar”, explicaba Aitziber, técnica del área municipal de Ganadería de Amurrio, quien lamentó que este año “no hemos encontrado una maquera con sus lechones y no hemos tenido colmena de abejas ni expositores de burros, ni de frisonas”, matizó en relación a las vacas lecheras por excelencia.
400 apuestas Con todo, el sector bovino estuvo más que bien representado por dos parejas de bueyes de arrastre (una de raza terreña y la otra Alistano Sanabrés), acercadas desde Llodio por Juan Ortiz y Galder Bolaño, así como por ejemplares de las razas Limusina, Pirenaica, Terreña y las semi-salvajes Betizu, además de Charolesa. De la mano de los siete ejemplares de esta voluminosa raza cárnica que presentó el ganadero de Saratxo, Joseba Ibarrola, llegó la actividad de más éxito de la cita ganadera: apuestas para ver quién acertaba el peso de Tranquilo. Un toro de veinte meses que fue paseado por la feria, una hora antes de subirlo a una báscula, cuyo marcador digital arrojó la friolera de 826 kilos. No hubo ningún acertante de la cifra exacta, pero sí tres personas que atinaron anotando un 825 en sus quinielas, y entra ellas se repartieron los 200 euros que se recaudaron en un total de 400 apuestas.
Además, dentro del capítulo vacuno también llegaron por primera vez a San Roque ejemplares de cachenas asturianas de enormes cuernos, de la mano de una ganadería de Olabezar en Ayala. No en vano “todo el ganado procede de nuestro entorno, las que han venido de más lejos son las Betizu, que las ha traído un ganadero de Zaratamo en Bizkaia”, matizó la responsable municipal del evento.
Otras especies a destacar fueron el ganado equino, con doce hermosos caballos de carne y ocho pottokas; y el caprino, con cuatro lotes de las autóctonas azpigorris y otro de unas poco vistas cabras azules; así como seis lotes de ovino de raza Latxa y otro de Berrinchona, provenientes de la comarca ayalesa y su entorno. Tampoco faltaron los capones que acercó a la exposición la asociación Euskal Oilozaleen Elkartea, que informó a los presentes sobre las variedades de gallináceas de Euskal Herria: gorriak, beltzak, leposoilak, zilarrak y marradunak, así como la llodiana o rubia alavesa, que hicieron las delicias, sobre todo de los más pequeños.
cuidado animal Todos ellos contaron, a lo largo de la feria, con agua y comida dentro de sus boxes. Y es que “hemos querido incidir en el respeto y bienestar a los animales. De ahí las dobles barreras y los carteles de no tocarles”, detallaron desde el Ayuntamiento. Con todo, el que supuso toda una novedad en esta cita fue el espectáculo de magia de cerca, de la Red Natura 2000, a cargo de los magos Asier Kidam y David Blanco. Se trata de la primera fase de la campaña No es Magia, es Álava, con la que la Diputación Foral de Álava difunde los valores de los 29 espacios naturales protegidos del territorio; así como compartir el privilegio y la responsabilidad que supone para Álava contar con 85.000 hectáreas de espacios naturales protegidos. No en vano, más de la mitad de la Red Natura 2000 de Euskadi está en Álava, que cuenta con ocho ríos, cuatro humedales, dos bosques isla y más de una decena de parques naturales, montanos, bosques y pastos medioambientalmente protegidos. Así, los principales valores de esta red fueron ayer los protagonistas de los trucos de magia que entretuvieron al público, de cara a implicar a la ciudadanía en la conservación del medio ambiente.
La feria también contó con la presencia de artesanos y baserritarras que ofrecían sus productos como frutas, hortalizas, queso, pastel vasco o miel. En las cercanías una txosna expedía bocadillos y bebida fresca, mientras que en el exterior de la ermita se desarrolló el LII Concurso de Aurresku y Jotas que organizó la asociación amurrioarra Aiara Dantza Taldea, y al cual concurrieron cinco parejas en fandango y arin arin, y siete dantzaris en aurresku.
Esta medianoche tocará despedir a Iguarrako entre bengalas y disparo de baterías pirotécnicas, pero antes queda toda una mañana de disfrute entre familia y amigos, en las campas del patrón, tomando parte en los concursos de tortilla de patatas y bacalao al pil pil que organiza el club de montaña Mendiko Lagunak. Para hacer más entretenida la espera a las puntuaciones del jurado, el enclave albergará una novedosa demostración de esquileo tradicional.