Vitoria - Pasear ayer por la Plaza de la Virgen Blanca con el estómago vacío fue todo un reto. El ambiente, además de música y fiesta, se llenó con el sabroso olor de la comida recién hecha. Pequeños bocados preparados por los más pequeños, niños y niñas de entre 6 y 12 años listos para recibir las críticas culinarias del improvisado jurado de la cuadrilla Gasteizko Margolariak, organizadora de este Margotxef. El premio, un curso de cocina gratuito para los ganadores.
Con palabras de ánimo, José Vicente Rodríguez, padre alavés de una de las niñas que concursó en la actividad, Suhaila Rodríguez, no dejó de motivar a su hija. “El nivel es muy alto. Son todos muy creativos”, aseguró el padre, mientras la pareja de concursantes elaborada las recetas familiares de ensalada con pasta y tomate. Por otro lado, la madrileña Esther Ávila, psicóloga, observaba cada paso que daba su hija María, compañera de equipo de Suhaila. “Venimos todos los años, no nos perdemos ninguna de las fiestas de La Blanca. Mi hija tiene incluso su traje de neska, le gusta mucho venir a Vitoria, nos aceptáis muy bien todos”, comentó la madre con una sonrisa. Las actividades culturales, a ojos de Ávila, están perfectamente organizadas. “Están todas en el centro. Es muy cómodo y nos parece muy bien que existan cosas así para los críos”, agregó sin apartar la vista de la ensalada con nueces y gulas que preparaban las dos pequeñas frente al monumento de la plaza.
Junto a las casetas del concurso gastronómico para niños y niñas se encontraba un puesto de pintxo-pote solidario en el cual, por dos euros, se podía conseguir un aperitivo acompañado de una bebida refrescante. Marta Yabar, una joven con más de cinco años en la cuadrilla Gasteizko Margolariak, animó el ambiente de forma constante. “Los niños se lo pasan muy bien, muchos repiten cada año y nosotros vemos que funciona súper bien”, aseguró a la vez que se anunciaba el vino blanco y la chistorra como los productos más solicitados del pintxo-pote Edgar García, alavés que lleva en la cuadrilla desde su fundación, no se explicaba por qué algunos padres tienen temor a dejar a sus hijos realizar una actividad de ese estilo en solitario. “Es un concurso pequeño a base de creatividad. A algunos padres parece que les cuesta dejar a sus hijos que hagan ciertas cosas por sí solos, es el único problemilla como tal que hemos tenido”, subrayó.
En cuanto a la recaudación de fondos del evento, Araiz Zarain, quien también lleva cinco años en la cuadrilla, informó de que el dinero recaudado irá a parar a actividades relacionadas con el feminismo. “El año pasado lo dedicamos a los colectivos LGTBI. Aún no tenemos muy claro a qué ONG enviar el dinero este año, pero sabemos que debe de ser algo relacionado con el feminismo”, destacó tras mencionar los tres criterios de valoración del jurado, formado por miembros de la propia cuadrilla, para elegir a la pareja ganadora: limpieza, originalidad y sabor.
Además, la Plaza de la Provincia contó con su tradicional concurso de baile para mayores organizado por Nekazariak, El Meneíto Veterano, en el que jubilados alaveses compitieron bajo el sol moviendo el esqueleto al ritmo de una orquesta. Otras actividades imprescindibles ayer en La Blanca fueron el tercer campeonato mundial de lanzamiento de Bota de Vino Celedón (organizado por la cuadrilla Bereziak), la 25ª edición del concurso gastronómico para cuadrillas y la fiesta txiki de la espuma, dispuesta por la cuadrilla Batasuna.
A mover el esqueleto. Más de 19 parejas de jubilados compitieron en el concurso de baile para mayores de la plaza de La Provincia, organizado por Nekazariak. Entre los premios, el trofeo a la pareja más patosa y a la más querida por el público.
Margotxef. El sabor, el orden al cocinar y la creatividad jugaron un papel fundamental en el concurso gastronómico para niños y niñas organizado ayer por la cuadrilla Gasteizko Margolariak en la Plaza de la Virgen Blanca.