Vitoria - Hace algo más de dos años, el 16 de abril de 2016, un terremoto en el que se vieron afectados los territorios donde llevan trabajando los misioneros vascos desde 1948 asoló las tierras de Ecuador. Uno de los destrozos más sentidos, después de la pérdida de vidas humanas y de los hogares de muchas personas, fue la iglesia de Pedernales, el vitral, y especialmente su mosaico, icono y referente de la religiosidad del pueblo, y que es obra del misionero vasco Peli Romarategui. Ahora Misiones Diocesanas Vascas está llevando a cabo una campaña para recaudar fondos que permitan la recuperación y restauración de la iglesia, el vitral y el mosaico.

En estos días se encuentra en tierras vascas José Ramón Echevarría, quien después de 30 años como misionero en Ecuador ha regresado para llevar adelante un proyecto de recuperación de la cultura Montubia y también para hacer un seguimiento de la ayuda destinada desde el País Vasco para la recuperación de las casas, los templos y el mosaico y vidriera de Pedernales.

José Ramón se encontraba en el País Vasco cuando sucedió el terremoto. “Pero pude estar en contacto desde el primer momento. Fueron cincuenta segundos terroríficos. En un instante lo perdieron todo; muchos salieron huyendo en la noche buscando los cerros por miedo al tsunami. Se quedaron sin nada, sin casa, sin luz, sin agua, sin teléfono. A todas las personas con las que hablé, les mostré la cercanía, el interés, la solidaridad de todos los misioneros y misioneras que pasaron años en Manabí. Llegamos en aquellos años a ser una verdadera familia con la gente de aquel pueblo”, describe.

A los casi 700 muertos se sumaron cerca de 5.000 heridos, 80.000 desplazados y 30.000 personas acogidas en albergues. El Gobierno de Ecuador valoró en 3.344 millones de dólares las pérdidas ocasionadas por el terremoto, una cifra que tradujo como el 3% del PIB. Hoy el terremoto ya no es noticia, pero sus consecuencias permanecen. Además, tal y como denuncia Echevarría, las ayudas prometidas por el Gobierno no han llegado aún: “Prometieron 7 millones de dólares que luego se quedaron en cuatro”, censura.

El proyecto de Misiones Diocesanas Vascas en el que se ha implicado no sólo la Iglesia vasca sino instituciones y empresas privadas se fijó en una primera fase la reconstrucción de 110 casas en los cantones de Jama y Pedernales; viviendas de dos plantas, de 54 metros cuadrados y preparadas en su base, consistente en una estructura metálica anclada a plintos de hormigón armado, para aguantar futuras sacudidas sísmicas.

La importancia de recuperar el mural de Pedernales radica, como explica José Ramón, en la simbología que contiene y que inspira a todo un pueblo: “Esa obra consiguió resumir en una pared y en una vidriera los ideales de liberación, de evangelización, de justicia y de fe que vivíamos con ellos. Luego el sacerdote José Mari Muñoz supo trasladar eso a un dibujo que Peli, con la ayuda de algunos muchachos de la comunidad, convertiría en un mosaico y una vidriera. No son simples obras de arte, son parte de la fe y de la vida de aquel pueblo. Es arte al servicio del pueblo”.

también, una empresa de vitoria Las Diócesis Vascas se han sumado a un proyecto de recuperación de la obra de Peli que nace de la misma iglesia de Pedernales y que es avalado por la archidiócesis de Puerto Viejo. Pero a este proyecto concreto de recuperación del mural y la vidriera se han sumado desde la sociedad vasca dos empresas: La fábrica Decoarte, de Vitoria, aportando varias toneladas de teselas para el mural, y una empresa pesquera de Bermeo, que comercializa la marca Isabel, que asumirá los portes y envíos de este material.

El autor de estas obras, Peli Romarategui, está recabando apoyos para la reconstrucción, aunque es consciente de que “las cosas no son para toda la vida”. No obstante, y pensando en el pueblo de Pedernales, cree que la recuperación del mural tiene su sentido. Además, muchos de los que le ayudaron a levantarlo conocen la técnica y están ayudando a la recuperación. Cuando le encargaron hacer estas obras el argumento que le dieron fue que “a los pobres no les podemos ofrecer carísimas obras de arte, pero sí algo digno”, espetó.

Con el tiempo, esas obras han llegado a considerarse, como recibió Echevarría en boca de un obispo, “las mejores obras de arte de la costa ecuatoriana, dignas de estar en una catedral”. Juicios como éste confirman a sus responsables “en haber acertado a colocar dichas obras donde vivían los más pobres entre los pobres, donde no había nada, ni carreteras de acceso cuando se empezó”, concluyó.

Todo el que lo desee puede colaborar con este proyecto a través de Misiones Diocesanas Vascas, en cualquiera de sus delegaciones en Bilbao, San Sebastián y Vitoria. Puede consultarse toda la información en la web http://www.misioak.org/.

Terremoto de 2016. El 16 de abril la iglesia de la localidad ecuatoriana de Pedernales vio cómo el mosaico desaparecía con el movimiento sísmico. Era uno de los referentes religiosos del pueblo, obra de vasco Peli Romarategui.

Ayuda de Euskadi. Desde la diócesis Vasca y con la figura del misionero José Ramón Echevarrçioa se ha puesto en marcha un proyecto de recuperación de la zona afectada y el propio mural.

Teselas de Gasteiz. Las labores para que vuelva a lucir el mural cuentan con el apoyo de la firma Decoarte que aporta varias toneladas de teselas para el visel.