la multiculturalidad forma parte del ADN de Gasteiz desde hace mucho tiempo, pero nunca está de más continuar sembrando los valores de la convivencia intercultural o de la solidaridad internacional en el tejido social de la ciudad, sobre todo entre sus vecinos más jóvenes. Ése es, precisamente, el objetivo más importante que persigue el programa Kidez-Kide, impulsado por el Ayuntamiento en colaboración con el tercer sector y varios centros educativos de la capital alavesa. La iniciativa ha llegado durante el presente curso 2017/18 y en una fase piloto a nueve grupos de alumnos, 61 jóvenes en total, de tres escuelas de muy diferentes perfiles, Federico Baraibar, Koldo Mitxelena y Vera Cruz. Y aunque todavía esté dando sus primeros pasos, ya ha comenzado a producir frutos.
DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA lo ha comprobado tras charlar con varios de sus protagonistas: Estudiantes de tercero y cuarto de ESO y profesorado de estos tres centros, representantes del equipo multidisciplinar que ha implementado el programa a pie de aula y calle -las asociaciones Matiz, Kokuk y Colombia Euskadi- y también del Consistorio, que quiso dar un paso más en el camino hacia la construcción de una juventud más comprometida en este campo. Gasteiz tiene ya una dilatada experiencia en la organización desde el ámbito municipal de iniciativas como la Azoka Txiki, una suerte de rastrillo solidario que ha implicado a miles de niños de la ciudad en los últimos años, pero el Consistorio quiso “dar una vuelta” a sus acciones para llegar a jóvenes algo mayores y con más agentes involucrados. “Se trata de desmontar falsos rumores desde una implicación activa, de conocer los motivos reales que hay detrás de los movimientos migratorios, de que los jóvenes entiendan las grandes diferencias socio-económicas que existen en el mundo, de sensibilizar a la ciudad, de construir una ciudad solidaria y plural... Algo de mayor calado”, contextualiza en este sentido Mertxe Altuna, técnica del servicio de Juventud del Ayuntamiento.
Uno de los “valores” fundamentales de Kidez-Kide, que el próximo curso continuará su labor en los tres mismos centros educativos, es el trabajo “multidisciplinar” que desempeñan los alumnos con los distintos educadores y las diferentes miradas que deben ejercitar en las actividades que llevan a cabo: Una hacia el centro educativo, otra hacia el barrio, otra hacia la ciudad y una cuarta hacia el mundo. Sirva como ejemplo en este último caso el contacto directo que el alumnado ha tenido en los últimos días con dos jóvenes de la localidad colombiana de Ibagué, Francy Torres y Taison Ramírez, desplazados por unos días hasta Vitoria. Ambos son representantes de la Confluencia de Jóvenes del Sur de Ibagué y, por tanto, militantes activos en su tierra.
más ‘feeling’“ El intercambio cultural ha sido muy bonito y enriquecedor. Es una ciudad con muchas oportunidades y también con problemas”, reconoce Taison, que en su comunidad de origen lucha en favor del desarrollo sostenible o de la igualdad de género, entre otras causas. “He visto que a los jóvenes de aquí les falta un poco ese feeling de participar más en la sociedad y de luchar, de pelear por sus ideales, siempre de manera pacífica”, matiza el joven desde un punto de vista más crítico. Taison, eso sí, se muestra al mismo tiempo “encantado” y “agradecido” por haberse empapado tanto de la sociedad como de la cultura vascas. “Es muy grato estar aquí y haber conocido también Donosti y Bilbao”, reconoce el joven.
Las actividades realizadas en el marco de Kidez-Kide han tratado de reconocer y fomentar entre los jóvenes participantes en el programa valores como el altruismo, la empatía y el compromiso, facilitar también que el colectivo joven sea capaz de tomar una conciencia crítica de las desigualdades socio-económicas que arrastra el planeta para desmontar esos falsos rumores tan enraizados en la sociedad -Gasteiz sabe mucho de ello- y potenciar la idea de una cultura de la diversidad, desde el autoconocimiento, el reconocimiento entre personas de distinta procedencia, el respeto mutuo y la colaboración. Todas están documentadas e ilustradas en el blog https://kidezkide.wordpress.com/.
Por ejemplo, los grupos de Veracruz han realizado durante el presente curso una gymkhana con preguntas sobre países de los cinco continentes, han llevado hasta la residencia de mayores Goizalde un bingo intercultural para sensibilizar a sus usuarios sobre la realidad socioeconómica de distintos países asiáticos y africanos y han promovido un taller de atrapa-sueños y mandalas dirigido a toda la ciudadanía de Gasteiz.
Josean Manzanos, profesor de este centro concertado, describe que para su alumnado tomar parte en Kidez-Kide ha sido “una experiencia muy interesante”, que ha entroncado a la perfección con los “valores” del colegio. “Incidimos mucho en la convivencia entre diferentes, pero ésta no se puede dar si no conocemos a los demás”, expone el docente, que destaca la “participación activa” del alumnado en las distintas actividades del proyecto. “Siempre hay trabajo que hacer, pero es fundamental que estas cosas se introduzcan en el currículum”, valora Manzanos. Una de las alumnas de Veracruz que han tomado parte en el programa es Gabriela Aceña, quien reconoce que ha aprendido “mucho” gracias a esta experiencia. “Existen muchos prejuicios sobre la gente que viene de fuera, pero luego te das cuenta de que la mezcla de culturas da riqueza”, valora la joven.
Entretanto, el alumnado de Federico Baraibar, un centro público caracterizado por la diversidad de procedencias, ha puesto en marcha en los últimos meses un espacio virtual en forma de blog que indaga en la diversidad cultural con la que cuenta el instituto -https://forobabeliaintercultural2018.wordpress.com/-, ha impulsado un proceso de sensibilización sobre esa misma diversidad cultural, aunque en el ámbito de Adurza, con las personas mayores de este barrio, y también un taller de hena y una bolsa antirrumores en el ámbito de la mirada a la ciudad. “Lo que más me ha gustado ha sido el trabajo en equipo y compartir nuestras creencias. En mi instituto hay gente de muchos sitios, gente muy diversa, y ha sido muy bonito”, describe Jetmira Etishovska, una de las jóvenes partícipes de Kidez-Kide.
En cuanto a Koldo Mitxelena, un centro también público aunque con un altísimo porcentaje de alumnado autóctono, la participación en el programa se ha traducido en el diseño de un mural para mostrar y reivindicar la diversidad, la realización de un campeonato deportivo intercultural en Zaramaga, donde se practicó desde pelota mano a criquet y voleibol, y el impulso a la iniciativa munduan jolasten kulturan nahasten, que llevó a la calle también numerosas actividades y juegos multiculturales. “Al principio era un tema que no me interesaba mucho, pero al final he visto que sí. He aprendido bastantes cosas y he conocido a gente”, valora por su parte Iker García, alumno de Koldo Mitxelena.
La satisfacción es compartida también por Sara Maza, integrante de la asociación Matiz, que habla en representación del equipo que ha implementado el programa con la colaboración de Kokuk y Colombia Euskadi: “La primera fase del programa se ha desarrollado muy bien, conforme a lo previsto, y vamos a seguir por este camino”, avanza.
¿Qué es? Kidez-Kide es un programa impulsado por los servicios de Cooperación al Desarrollo y de Juventud del Ayuntamiento de Gasteiz que busca fomentar la solidaridad internacional y la convivencia intercultural entre personas jóvenes de 14 a 18 años, tanto en el ámbito escolar como en el tiempo libre. Para ello, educa mediante procesos participativos y cuenta con la implicación de diferentes agentes educativos y sociales: Profesorado, alumnado, las AMPAS, instituciones, ONGS, asociaciones y la ciudadanía en general.
Fase piloto. Nueve grupos repartidos en tres aulas de Koldo Mitxelena (3ºB de ESO), Veracruz (4ºB de ESO) y Federico Baraibar (4ºB de ESO) han sido los primeros en participar en el programa, todavía en fase piloto, durante el reciente curso 2017/18. Las asociaciones Matiz, Kokuk y Colombia-Euskadi han dado soporte a pie de aula. El programa regresará a partir del próximo septiembre a los mismos centros, aunque sus protagonistas serán nuevos alumnos. En adelante, se abrirá a otros nuevos.