vitoria - La prórroga presupuestaria “no va a dificultar” la gestión diaria de los servicios públicos ni va a afectar a los proyectos o las obras más importantes ya en marcha, gracias a una redistribución de partidas “legal, habitual y de sentido común”. El alcalde de Gasteiz, Gorka Urtaran, resumió ayer así ante los grupos municipales el futuro que divisa para la ciudad en este recién iniciado 2018, penúltimo de una legislatura que, sin embargo, se presenta convulsa en su recta final. Así se desprende al menos de las fuertes críticas acaparadas por el primer edil durante la comisión de Hacienda en la que compareció a petición del Partido Popular y EH Bildu para dar cuenta del nuevo escenario presupuestario surgido de la falta de mayorías.

Las dos principales fuerzas de la oposición acusaron al alcalde, respectivamente, de “no tener proyecto” para Vitoria y de recurrir a los “recortes” en planes estratégicos tanto pactados con la oposición como propios. Urtaran, en su réplica, defendió que Gasteiz es una ciudad “en marcha”, ofreció “diálogo y acuerdos” a los grupos y calificó a populares y soberanistas como “la nueva coalición del no”. “Desistan de ir por el no y trabajen por Vitoria, que es lo que pide la ciudadanía”, exigió el alcalde.

Urtaran remarcó que, aunque le hubiera “gustado” tener un presupuesto este año, la redistribución de las anualidades contempladas en los créditos de compromiso de las Cuentas anteriores tras ser prorrogadas ha permitido a su gobierno “adaptar” el plan económico “a la realidad de la ejecución de las diferentes inversiones”. Y se refirió, por ejemplo, a la reforma de la plaza Santa Bárbara, la ampliación del tranvía al campus universitario, el parking en silo de Arana o la mejora de la accesibilidad del palacio Etxanobe, donde el gobierno municipal sigue apostando por ubicar Emakumeen Etxea. Obras ya en marcha y cuyas partidas se han reajustado “al coste real”, lo que va a aportar al ejecutivo local remanentes para destinar “a otras actividades”.

Las explicaciones no convencieron a una oposición que llegó a definir esta legislatura como “finiquitada” -en el caso del PP- y a acusar reiteradamente al primer edil de “incumplir” su palabra, en el caso de las formaciones de izquierda que le auparon a la Alcaldía. “Reconozca que aparte de reasignar partidas hay una patada hacia delante, de arrastrar proyectos a años posteriores”, censuró el popular Manu Uriarte, quien vaticinó que al actual ejecutivo “se le va a hacer muy largo hasta 2019”.

Por su parte, Miren Larrion (EH Bildu) criticó al alcalde por “recortar sistemáticamente” las partidas destinadas a “proyectos clave” acordados con su formación -citó Gasteiz Antzokia, Emakumeen Etxea o el Plan de Energías Renovables-, aunque la portavoz abertzale remarcó que Urtaran “sobre todo, ha incumplido con la ciudadanía” y “ha tirado la toalla del cambio”.

Incumplimientos a los que también aludieron Jorge Hinojal (Podemos), quien recordó al alcalde que “es importante pactar, pero es igual de importante cumplir con lo que se pacta”, y Óscar Fernández (Irabazi): “No disfrace los cambios presupuestarios de procedimiento legal, porque es una renuncia a ejecutar proyectos”. Añadió Fernández a esa lista, por ejemplo, el Plan Agroalimentario, la movilidad ciclista o las huertas de Basaldea.