izarra - El agro volvió a mostrar ayer la riqueza de sus actividades, a través de la VIII Feria de Urkabustaiz que se celebró en Izarra convirtiendo a la villa en una gran fiesta con un amplio programa de actividades, mercadillos y degustaciones y con la presencia de numeroso público, especialmente desde el mediodía.

Organizada por el Ayuntamiento, con la colaboración de los ganaderos de la zona, la escuela de música, la Fundación Vital, la Diputación de Álava y DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, la cita contó con una coordinación muy bien planificada, con aparcamientos cercanos, vecinos y voluntarios al pie de sus responsabilidades durante toda la jornada y con espacios diferenciados, ya que el mercadillo de ropas y juguetes quedó relegado a un espacio diferente y apartado del artesano.

Pendiente de todo y actuando, como él mismo se autodenominó, speaker, Gorka Iturriaga, concejal de Cultura, Euskera y Deportes del Ayuntamiento de Urkabustaiz, fue el responsable, micrófono en mano, de ir facilitando información, y avances del programa.

De esta forma, contó que esta era la octava edición de la feria y en esta ocasión se contaba con unas 140 cabezas de ganado, todas ellas de Urkabustaiz, que es uno de los requisitos que establecían las normas del evento y “aunque tenemos alguna invitación, siempre son personas de Urkabustaiz, que pueden tener el ganado en Kuartango o en pueblos limítrofes”.

También se contó con 45 puestos artesanos en los que había desde productos de alimentación o joyas en una muestra suficientemente variada, así como otros con productos para degustar en la parte exterior del frontón. “Lo que queremos con todo ello es primar a los artesanos, a todos aquellos productores que hay en la zona y que son bastantes, principalmente de queso de Idiazabal, de pastel vasco, panadería y otros, aunque también tenemos huecos para la solidaridad. Por eso, tenemos a nuestros chavales que van de viaje de estudios, así como a la asociación de apoyo al Sáhara y un pequeño stand para impulsar la venta de productos de Araba Euskaraz 2018 que, este año, organiza la ikastola de La Puebla de Arganzón”, especificó Iturriaga.

Como balance, estimaba que había sido “muy variada y además el tiempo nos ha acompañado. El resultado ha sido positivo porque los artesanos han vendidos y los ganaderos han disfrutado”.

En cuanto al público, detalló que la gente llegó, sobre todo, desde la zona de Kuartango, Pobes y Ribera Alta. De Vitoria también acudió mucha gente, muchos de ellos con txikis para disfrutar con los animales, así como de las zonas de Arrastaria, de Orduña? “aunque este año ha coincidido también con la primera feria en Llodio y eso ha restado algo de público de esa zona”.

Precisamente, sobre la abundancia de eventos de este tipo explicaba que “estas ferias van en alza, aunque muchas veces no sabemos si también vamos a acabar aburriendo al público. Pero en todos los municipios lo que queremos es que nuestros productores sean capaces de enseñar lo que tienen. Son un gran sacrificio de trabajo para el ayuntamiento y las asociaciones de los municipios, pero merece la pena porque si están dispuestos a recorrer muchos kilómetros para vender sus productos o su ganado, ¿cómo no lo van a hacer en su pueblo? Por eso, esta fiesta es como un homenaje a las personas que nos mantienen el entorno, porque sin ganaderos nuestra cultura y nuestro entorno estaría cuidado de diferente manera”, resaltó Iturriaga.

Visitantes txikis Los que disfrutaron de lo lindo fueron los visitantes txikis, que no pararon de revolotear alrededor de los rediles de los animales, llamándoles la atención o dando de comer a los más dóciles la misma paja que les habían colocado en los corrales como cobertura. Sin embargo, el momento de los mayores llegó cuando se celebró el sorteo del peso de un carnero y una vaca, en la que padres y abuelos se arremolinaron para realizar sus apuestas con los voluntarios.

Mientras tanto, en el interior del frontón, se celebraba la feria artesana, con numerosos productos. Junto a los quesos, los pasteles vascos o las cervezas artesanales había otros puestos, como el del Araba Euskaraz 2018, atendido por varias voluntarias de La Puebla de Arganzón, que ya han estado en otros eventos como los de Salvatierra, Amurrio, Pobes o Mungia y dentro de unos días en Santa Cruz de Campezo.

Otro de los elementos que llamaba la atención era la presencia de la marca Gorbeia, que impulsa la Asociación de Desarrollo Rural y que aparecía en todos los puestos con productos de esa zona junto a otros datos identificativos del productor.

Atenta a que todo estuviera correcto, la alcaldesa, Begoña Ganzábal Zurbitu, atendía a los invitados que habían acudido a Izarra, como el Diputado de Agricultura, Eduardo Aguinaco, o el director de Equilibrio Territorial, Iñaki Guillerna, entre otros regidores.

Ganzábal señalaba que “el sector Primario necesita cuidados. En la situación en la que viven y lo necesarios que son, todo lo que se pueda hacer por apoyarles hay que realizarlo”. Según ella, esta feria no es una feria al uso, sino “una en la que compartimos lo que tenemos. Traemos nuestro ganado, y son los ganaderos los que organizan toda la feria en su globalidad seleccionando qué ganado traer o las actividades que quieren realizar”.

Un porcentaje alto de la ganadería de la comarca está en ese municipio y, en concreto en Urkabustaiz, es una actividad económica fundamental. Son negocios familiares porque “es una actividad de dedicación absoluta, de sol a sol, los 365 días del año y hasta la vida familiar se resiente”. Por esa razón, contaba, “los ganaderos no solo esperan ayudas económicas, sino también el reconocimiento de lo que suponen, porque a veces no pensamos en qué pasaría si no estuvieran, no nos damos cuenta del alcance que puede tener en nuestra comunidad el perder el sector Primario. Y realizar un reconocimiento, reflexionar sobre lo que supone, nos ayudaría como sociedad y como comunidad a valorarlo”.

Junto a ello, en la plaza del Ayuntamiento se sucedieron los bertsos, las actuaciones de la Escuela de Música de Urkabustaiz y una amplia muestra de juegos de madera tradicionales para txikis y abuelos.