Vitoria - El eguzkilore goza de una especial relevancia y significación dentro de la cultura y mitología vasca como la flor que, ubicada en la puerta de cada caserío, tenía el influjo de frenar la entrada de los genios, brujas, lamiak y todo tipo de espíritus malignos. Con el adelanto y revolución tecnológica se ha avanzado también en las técnicas que hacen posible el cultivo de los eguzkilores. La población alavesa de Elosu cuenta con una productora, Marga Pesos, que junto a su marido inició hace ya dos años el cultivo de la flor y la producción de otros productos derivados del mismo.

Afrontan en estas fechas una de las etapas claves que marcan el rendimiento de lo que será ya su tercera cosecha de eguzkilores. “Hace 12 años que nos vinimos a vivir a Elosu y con la casa que compramos iba anexo un terreno en el que siempre tuvimos en mente hacer algo”, rememora Marga Pesos, metida ahora a productora de eguzkilores. Tras varios años de “buscar algo atractivo y que nos convenciera”, dieron con la opción de acometer la producción controlada y reglada de una flor como el eguzkilore. “Siempre queríamos tener una flor como esa en nuestra casa”, confiesa Pesos, en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, como motivo que le llevó a decantarse por su cultivo.

iniciativa pionera La localidad de Elosu es, desde hace dos años, el lugar en el que “vamos aprendiendo, a medida que llegan las cosechas, los pasos idóneos a seguir para el cultivo de la flor”, admite Pesos. Adentrarse en una cuestión como la producción de los eguzkilores “fue algo totalmente novedoso porque al comienzo no conocíamos a nadie que también se ocupara en esto”, indica con sorpresa la agricultora. Dos temporadas después han podido establecer contacto con una plantación en Navarra que tiene el mismo fin, “aunque se trata de una pareja que realiza los cultivos en macetas e invernaderos”, especifica Pesos como rasgo diferenciador respecto a su plantación.

El cultivo del eguzkilore es una tarea artesana y que requiere de mucho tiempo y paciencia para asistir a las distintas fases por las que pasa la planta y la flor hasta que se seca y queda en el estado en el que es más reconocible, admirada y deseada. “Todo ese ciclo completo asciende a un total de 19 meses, que transcurren entre el momento de la plantación de las semillas hasta que la flor queda completamente seca y lista para su recolección”.

La plantación que llevó a cabo a mediados del pasado mes de febrero estará en condiciones de ser recogida en septiembre del año que viene, todo ello contando con una notable pérdida de las semillas que se quedan por el camino en los trasplantes que se llevan a cabo durante el proceso. “Es un cultivo de lenta producción y bastante caprichoso en cuanto a que solo se llega a recolectar entre un 50 y 60% de las semillas plantadas inicialmente”, reconoce con cierto aire de resignación esta emprendedora agricultora.

El calendario de cultivo se pone en marcha “en los primeros días de febrero con la plantación en los semilleros”, puntualiza Pesos. Los dos agricultores alaveses hacen esta primera fase en los semilleros, para pasarlo después a su propio terreno que disponen ubicado junto a su residencia habitual en Elosu. “En esta primera etapa es muy importante la humedad de la tierra, lo que requiere un riego continuado durante los diez primeros días”. Superado este tiempo “empiezan a verse los primeros brotes y hojas de la planta”, concreta Pesos. Es una plantación que no garantiza el pleno éxito “debido a que hay ocasiones en las que solo llega a salir el 65% de las semillas inicialmente sembradas”.

En los semilleros permanece el eguzkilore hasta el mes de mayo, cuando se acomete “el trasplante definitivo a la parcela en la que va a estar hasta su recogida”, concreta. De nuevo las dos primeras semanas son “vitales” para asegurar el éxito y tener una numerosa recolecta. “De nuevo son diez días de intenso riego y después ya basta con dejarlo a expensas de las condiciones climatológicas del resto del año. es también otro periodo crítico porque otro 50% de las flores pueden llegar a perderse en ese trasplante”, concreta Pesos.

desarrollo de la flor Asentado ya en su terreno definitivo, el eguzkilore pasa por diferentes fases durante 16 meses, hasta que llega el momento de convertirse en elemento de decoración. Desde mayo hasta octubre es característico el verdor de la planta. Con la llegada del otoño, empieza a perder las hojas y su color “hasta el punto de que parece que se seca, pero sigue conservando su fuerza”, indica la agricultora. Rebasado el frío invierno, es de nuevo en primavera cuando el eguzkilore renace con fuerza, “brota y se recupera el verdor, y durante junio y julio saca la flor”, concreta Pesos. A partir de ahí es cuando ya el eguzkilore se queda de la forma y manera por todos conocida y se puede acometer su recolección “a lo largo de agosto o septiembre” para pasar a la cadena comercial que esta innovadora agricultora ha puesto en marcha en la localidad alavesa de Elosu.

En semilleros. La plantación ubicada en Elosu comienza con los eguzkilores plantados en un semillero, durante los meses de febrero a mayo. Las primeras dos semanas son importantes para mantener a la flor con mucha humedad. Hay que esperar después hasta el mes de mayo para proceder a su trasplante al terreno definitivo.

Lento proceso. Una vez que se trasplanta a lo que va a ser el terreno definitivo hasta su recolección, se atraviesa por una de las fases críticas, en la que hay una sensible pérdida de semillas que no llegan a agarrar y convertirse en eguzkilores. Tras el trasplante de mayo, la flor luce un color verde hasta que, en octubre, pierde las hojas. Parece que ya se ha secado, pero para el arranque de la primavera, en marzo, vuelve a brotar con fuerza, y en junio y julio luce su mejor estampa con la característica flor. A partir de mediados de agosto y durante septiembre alcanza el nivel óptimo para su recogida y comenzar la venta o diferentes etapas que le llevan a generar una crema o un licor de 30 grados.

La productora de Elosu reconoce la “paciencia y lento proceso” en el que se convierte la obtención de la flor.

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Meses desde la plantación en el semillero hasta que se produce el momento de la recolección de la flor del eguzkilore. Las semillas que Marga Pesos puso en los recipientes el pasado mes de febrero atravesarán diferentes fases hasta que en septiembre del año que viene estén listas.