Amurrio - Cuando un monumento natural de innegable atractivo turístico, como es el caso de la cascada de 270 metros de altura conocida como Salto del Nervión, se encuentra en plena línea fronteriza de dos comunidades autónomas, cualquier cambio o novedad que le afecte hace saltar las alarmas. Así al menos ha ocurrido esta semana, a raíz de una noticia en un medio burgalés que informaba del proyecto de nuevo mirador que tiene previsto instalar antes de 2019 en este punto la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, con el objetivo de elevar los visitantes al espacio natural de Monte Santiago, en la zona oriental y burgalesa de Sierra Salvada.

“Las redes sociales están que arden. En cuestiones estéticas te puede gustar más o menos, pero otra cosa es que se invada nuestro espacio o que incumpla las normativas ambientales que rigen en la zona, como la Red Natura 2000 o el ZEPA de protección de aves, en cuyo caso no sólo este Ayuntamiento sino también la Diputación de Álava tendríamos mucho qué decir”, explica a DIARIO de NOTICIAS de ÁLAVA la alcaldesa de Amurrio, Josune Irabien, siempre desde la prudencia previa a tener en sus manos un informe detallado de la afección que pueda traer consigo el que, de momento, no pasa de estudio y anteproyecto.

Y es que, desde las infografías que acompañan esta noticia (simulaciones del futuro mirador, facilitadas desde la Fundación de Patrimonio Natural de la Junta de Castilla y León) “no se pueden hacer juicios, por lo que habrá qué esperar a tener los datos y medidas reales para hacer una valoración y decidir cómo actuar, en caso de que el mirador ocupe espacio aéreo alavés”, subraya Irabien. La duda no es infundada, ya que en base a los metros que la infraestructura se adentre en el vacío estaríamos o no hablando de sobrevolar el Valle de Arrastaria, en Delika. Junta administrativa perteneciente al municipio de Amurrio en la cual desemboca la imponente cascada, tras casi trescientos metros de caída vertical. Y que, justo al otro lado del barranco y e frente del actual y obsoleto balcón que mira a la cascada desde tierras burgalesas, limita con la también sierra alavesa de Gibijo entre Urkabustaiz y Kuartango, en cuya cueva de Urieta está el nacedero del río. En aras de obtener esta información, el Ayuntamiento de Amurrio ya está preparando una carta que remitirá a la junta castellanoleonesa de cara a que ésta les proporcione un informe detallado del proyecto que, según explican sus autores, “pretende sustituir el modesto mirador actual por una infraestructura más emblemática, que permita admirar con emoción la cascada”.

El mirador que se propone (una especie de caja de cristal sostenida por unas costillas de acero, a la que podrá acceder el visitante a través de un pasillo anclado al borde del desfiladero) permite observar sin obstáculos el enclave paisajístico singular y dirige al visitante, con sutileza, a que su vista se fije en el salto de agua. Además, “es muy cómodo y hace grata la visita al usuario, incluso cuando el caudal del río no es muy grande”, matizan. De hecho, la cascada sólo se puede disfrutar en momentos puntuales, especialmente durante el deshielo de la primavera y en períodos de abundante lluvia; pero, cuando esta seca, el protagonismo lo adquiere el planear de los buitres y las rapaces que anidan en las cavidades del barranco que constituye el salto de agua más alto de la Península, así como la comunidad de anfibios que se desarrolla en el nacimiento del río Nervión.

Integrado pero diferenciado Con todo, lo que más se ha buscado en el diseño es “la integración en el paisaje, pero sin confundirse con él”, explican. Así, el resultado es una construcción que comienza horadando el borde del relieve para hacer volar un balcón de cristal y de tramex que se sostiene gracias a unas costillas de acero corten. En definitiva, “un artefacto que conjuga la espectacularidad formal con la emoción que siente el usuario al verse suspendido en el vacío”, detallan sus diseñadores que, no obstante, no lo consideran “atrevido, sino de una forma tectónica, que se identifica con claridad en la distancia (para evitar accidentes con las aves) y que tiene la virtud de integrase en el paisaje con el proceso de envejecimiento de los materiales”, aclaran. En este aspecto destaca el uso del acero corten. El proyecto se engloba, junto a otros 42, en el programa de infraestructuras turísticas en espacios naturales que pretende abordar Castilla en los próximos años, por una inversión de 26 millones. La principal fuente de financiación esta previsto llegue de instituciones europeas. En su desarrollo constructivo “se establecerá un riguroso control para garantizar la sostenibilidad de los materiales, la eficiencia energética y el respeto exquisito al entorno natural en el que se implanta”, asegura la Junta.