vitoria - Disponen de GPS integrado y mensajería instantánea, así que era cuestión de tiempo que los smartphones se convirtieran en el gadget perfecto para crear una comunidad de conductores que se alertaran mutuamente de la presencia de controles policiales y radares de tráfico, amén de otras incidencias. Los grupos de Whatsapp y Telegram, amén de las aplicaciones específicas como Social Drive o Waze, se han convertido en el aliado ideal de quienes desean evitar incómodos encuentros con las autoridades. Las incorporaciones de particulares a estas comunidades digitales de información que abrazan el concepto del crowdsourcing, crecen a un ritmo vertiginoso y sus promotores garantizan que son legales al 100%, pero los cuerpos policiales competentes en materia de tráfico no ocultan su preocupación por lo que, consideran, puede ser una herramienta al servicio de la infracción. Algunas agrupaciones de conductores ponen, por su parte, el acento en la cuestión de la seguridad y se preguntan si quizás quienes emplean estas vías puedan acabar teniendo la mala suerte de ser arrollados por una persona que nunca debió meter la llave en el contacto. Un punto de vista que contrasta con el del 87% de los conductores, quienes piensan que el fin primordial de los actuales radares y controles no es el de incrementar la protección de los automovilistas sino el de recaudar.

Uno de los motores más potentes de estas iniciativas, Controles y Radares, más conocida como CyR, nació hace algo más de cinco años en Vitoria. Su origen se localiza en una página de Facebook en la que un pequeño grupo de personas, todos desconocidos entre sí, contribuía con información de forma colaborativa y altruista. Su leit motiv, “contra el afán recaudatorio”. Poco a poco el grupo fue creciendo y dio el salto a Whatsapp. Rápidamente, la idea se extendió como una mancha de aceite por toda la CAV y las vías de comunicación se multiplicaron: Twitter, Telegram, Spotbros... Se comprobó si contravenían alguna norma, pero tal y como reconocen las autoridades, mientras sus contenidos no incurran en alguna ilegalidad, son “tan legales como cualquier otro grupo de Whatsapp”. También los responsables de CyR aclaran este punto. “No hay ninguna ley que prohiba a las personas hablar entre ellas de lo que han visto. Estamos hablando claramente de libertad de expresión”, aclaran.

Por ahora no existe confirmación de que ningún usuario haya sido arrestado o sancionado por hacer uso de estas herramientas. Únicamente se tiene constancia de un conductor que fue multado por motivos relacionados, si bien en su caso hay que aclarar que posiblemente difundió fotografías en las que se identificaba a los agentes o las matrículas de los coches camuflados, hechos que sí se recogen como irregulares en la ley. Los expertos en leyes apuntan en la misma dirección. Explican que cuando un conductor avisa a otro acerca de un control que acaba de ver no infringe ningún supuesto legal ni puede ser sancionado. O, al menos, por ahora. Sucede como hace años, cuando los automovilistas se avisaban entre sí de la presencia policial a través de ráfagas de luz y las autoridades se vieron obligadas a modificar el Reglamento General de Circulación y la Ley de Seguridad Vial para poder penalizar esta conducta.

El grupo de Telegram cuenta con una virtud sobre el resto, y es que no fija un límite de seguidores. Sólo en Álava suma ya más de 3.100 miembros, aunque es posible que cuando lean estas líneas la cifra haya quedado desfasada. La cifra global de todas las cuentas de CyR entre todas sus plataformas marea: Los usuarios informan de manera puntual y constante de cuantas incidencias hallan en la calzada, desde accidentes de tráfico a retenciones pasando, cómo no, por la ubicación de controles de alcohol y drogas y radares de velocidad. El volumen de crecimiento de CyR es tan espectacular que ya han absorbido otros grupos similares. A modo de alternativa, existen cuentas como @EvitemosRadares, con más de 18.000 seguidores, o @47Radares, centrada en Castilla y León, con más de 21.000 followers.

Tal y como detallan los responsables de CyR, el grupo está a punto de dar un salto cualitativo desarrollando una aplicación propia, con lo que aspiran a convertirse en una red social en sí mismos. Se accederá con nombre de usuario anónimo, y se podrán comentar los mensajes dentro de los mensajes. El volumen de servicios se multiplicará, automatizando el cambio de provincia, incrementando notablemente el número de notificaciones o incluyendo noticias del mundo del motor e información legal práctica, entre otras novedades. Incluso promete facilitar las localizaciones de los radares móviles y del helicóptero de vigilancia Pegasus de la Dirección General de Tráfico. También afinarán el único punto que puede resultar conflictivo desde el punto de vista legal, pixelando automáticamente las caras de todas las fotografías y borrando las matrículas, ya que la difusión de identidades de agentes de la ley o coches patrulla -o camuflados- puede acarrear problemas. Tampoco se podrán anunciar controles o radares antes de que se instalen. Actualmente, el proyecto se encuentra en fase de beta cerrada con mil usuarios, aunque en breve se abrirá al gran público. Cubrirá todo el territorio estatal, por lo cual tienen previsto ampliar su cifra de administradores y moderadores hasta afianzar el estatus de empresa. Como broche, las siglas CyR pasarán de aludir a controles y radares para referirse a conductores y red social.

Otras iniciativas que ya cuentan con app propia, como Social Drive, ofrecen mapas con emplazamientos marcados por GPS y un listado de mensajes que muestran diferentes estatus en función de la fiabilidad. Si un conductor informa de una incidencia, inicialmente se muestra como “sin verificar”. Cuando otros usuarios comprueban que los datos son correctos, ya aparece como “verificado”. En enero de 2015, esta app, que se promociona como “la red social para compartir información de tráfico en tiempo real”, contaba con un millón de usuarios en el estado. Actualmente, ha superado los dos millones de instalaciones entre Android e iOS.

Tanto Social Drive como CyR colaboran con las autoridades, como por ejemplo con la Policía Foral de Navarra o con la Dirección General de Tráfico. Lo hacen difundiendo las incidencias viales que afectan directamente a la circulación, como los accidentes, lo cual, manifiestan, mejora la seguridad en la carretera.

Otras apps, como Waze, con más de 100 millones de descargas, propiedad de Google y con mayor implantación en el mercado americano, ofrecen una imagen más dulce, con iconos suaves y una información fundamentalmente dirigida, en principio, a evitar atascos provocados por accidentes o por retenciones. No obstante, entre sus atractivos la app destaca los avisos por presencia policial o por cualquier otra incidencia, “como un aviso personal de unos cuantos millones de amigos”.