zambrana - El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha puesto punto final a la prolongada polémica que arrastran las piscinas de la localidad alavesa de Zambrana, que desde el mismo momento de su inauguración, en julio de 2008, empezaron a perder agua de forma continua por defectos en su construcción, provocando un notable agujero económico en las arcas del Ayuntamiento. En una sentencia “firme y contra la que no cabe recurso alguno”, la sección primera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo desestima la demanda del Ayuntamiento de Zambrana contra los responsables de la obra de las piscinas, cuyos vasos se agrietaron por un mal asentamiento del terreno.
El Tribunal Superior de Justicia confirma así el fallo previo del Juzgado de Vitoria, en el que la sentencia censura entre otras cuestiones la decisión del Consistorio, con su alcalde Aitor Abecia a la cabeza, de inaugurar las piscinas en el verano de 2008 obviando un informe geotécnico en el que se advertía de los peligros que corrían las instalaciones si no se acometían las medidas necesarias, según se recoge en la sentencia, a la que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. El primer edil de Zambrana, que inauguró las piscinas en julio de 2008, justo un año después de llegar al cargo, señala al arquitecto como responsable de que la obra se pusiera en marcha. “El arquitecto hizo caso omiso al estudio geotécnico que le recomendaba micropilotar los vasos al 100%. No se hizo y cuando metimos el agua, se agrietaron”, apunta Abecia.
En el citado informe, fechado el 29 de agosto de 2007, se recogía la situación de inestabilidad del suelo sobre el que se asentaban las piscinas y la obligación de tomar medidas para evitar agrietamientos en sus vasos, con la consiguiente pérdida de agua. Según la sentencia, el equipo de gobierno descartó tomar las medidas necesarias, argumentando que el Ayuntamiento no tenía dinero para llevarlas a cabo.
Tras una década de contratiempos y litigios, el Tribunal Superior ha obligado a Zambrana a abonar, según Abecia, “185.000 euros”. La suma total era mayor, unos 220.000 euros, pero la hemos suavizado negociando con Onaindia -la constructora-”, asegura. En la sentencia se recogen que los gastos del proceso han sido, por un lado 174.453 euros por el coste de las reparaciones, 113.146 euros por las obras específicas en el vaso grande de las piscinas y 3.477 euros por los expedientes. En el dictamen del Juzgado de Vitoria se reprende de hecho al Ayuntamiento por dejar pasar los tres meses de caducidad para la presentación del expediente administrativo. En este caso, Abecia también señala a otra persona, la anterior secretaria municipal, como responsable. “Se nos caduca porque la secretaria no localizó en los tres meses que tenía de tiempo al aparejador, que casualmente es su hijo”, mantiene Abecia.
relato de los hechos Según el extenso relato de los hechos que forma parte de la sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo Número 1 de Vitoria, el proceso para la construcción de las problemáticas piscinas se inició hace una década. El 15 de enero de 2007, el por entonces gobierno municipal jeltzale decide adjudicar mediante un acuerdo del Pleno el contrato para la redacción del proyecto de ejecución de las obras de las piscinas al arquitecto Iñigo Melero, por un total de 65.000 euros. En junio de ese año, el Consistorio adjudica la construcción del complejo municipal deportivo-cultural y de ocio de Zambrana a la empresa Onaindia, por un importe de 1,2 millones de euros y un plazo de ejecución de un año.
Apenas dos meses después, el 29 de agosto, el Ayuntamiento recibe un estudio geotécnico elaborado por la firma Ingecim en el que se alerta del estado del suelo donde se ubican las instalaciones. El informe recomienda acometer una serie de actuaciones para proteger los vasos de las piscinas y evitar problemas futuros, pero se opta por no hacer caso a las recomendaciones. El 21 de julio de 2008, Aitor Abecia toma la decisión de inaugurar las piscinas sin disponer siquiera, se señala en la documentación de la sentencia judicial, del certificado oficial de final de obra, y el documento pericial recoge explícitamente cómo lo que sucede es, precisamente, lo que habían advertido los técnicos en el informe geotécnico.
“Seguidamente al llenado de ambos vasos, el pequeño con 18 metros cúbicos de agua y el grande con 484 metros cúbicos, el vaso pequeño se inclina por asentamiento apareciendo unas grietas que empiezan a originar una gran pérdida de agua, y a su vez el vaso grande sufre unos agrietamientos que afectan al rebosadero perimetral y a la parte superior del muro del vaso en la zona central de la piscina”, expone.
La apertura prematura provocó “una pérdida de agua diaria y un deterioro progresivo, un continuo goteo económico” que fue “agravándose cada vez más siendo un gran problema económico continuo para paliar por parte del Ayuntamiento de Zambrana”, se señala en la sentencia antes de subrayar que “pese a todo”, las piscinas permanecieron “abiertas durante todo el verano, aportando diariamente grandes cantidades de agua para poder mantener los niveles de ambos vasos, perjudicando la economía del Ayuntamiento de Zambrana”.
“No sé por qué el anterior equipo de gobierno permitió a la constructora sacar firmes sin documentación justo donde se iban a ubicar las piscinas”, explica sobre el problemático terreno. Ante esta situación, el primer edil de la localidad encargó un informe para conocer el estado real de las piscinas y la forma de solventar los problemas, un estudio que elaboró la ingeniería Unigest y que Abecia recibió el 26 de mayo de 2009. En él, los expertos plantearon que la mejor solución para acabar con los problemas en las instalaciones era, precisamente, llevar a cabo las mismas actuaciones que el alcalde había obviado en su momento en el informe geotécnico. Un mes después, en junio de 2009, dan comienzo las obras de reforma de las piscinas. No hubo que esperar mucho para que los problemas regresaran. Menos de un año después, en septiembre de 2010, aparecen nuevas grietas en el vaso grande, y en abril de 2012 la arquitecta municipal, en un nuevo informe, constata de nuevo las deficiencias.
El Ayuntamiento decide presentar la demanda, ahora desestimada en segunda instancia, en mayo de 2012. “Las piscinas son un agujero enorme que nos supone un déficit anual de unos 24.000 euros, pero estamos contentos con ellas porque han cambiado el panorama cultural de Zambrana en verano. De todas formas, en 2018 solicitaremos a la Diputación una subvención para reformar el 50% del vaso grande, que es lo que no se hizo en la última actuación”, concluye.