Vitoria - La carta que Pedro María Manzanares Cortés y su esposa Natividad Cortés Cortés -hija de María, matriarca de los bartolos y según muchos la persona llamada a sucederla en el cargo de líder del clan vitoriano- dirigieron al fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro, dibuja una situación de desamparo y acoso que contrasta con la realidad expuesta por el resto de los vecinos de Abetxuko. Aseguran sentirse perseguidos y afectados en su estado de salud debido a la presión que sobre ellos ejercen los residentes para que se marchen. De forma paralela, un escrito publicado ayer por el portavoz de SOS Racismo Araba, Fede García, defiende la legitimidad de la manifestación celebrada por los vecinos el sábado, pero compara su forma de actuar con la de los somatenes, cuerpos armados de protección civil que vivieron su máximo apogeo bajo el amparo de la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
La misiva dirigida a Calparsoro explica que el matrimonio vive en Abetxuko con dos menores de seis y dos años, su yerno, la compañera de éste, embarazada de ocho meses, y otro hijo del matrimonio junto a su compañera, igualmente embarazada de cinco meses. Afirman que una de las mujeres se ha visto obligada a abandonar Vitoria por problemas de ansiedad, lamentan no poder escolarizar a la niña de seis años por falta de padrón municipal y aseguran que sólo quieren vivir en paz. “No molestamos a nadie, somos unos vecinos como otros cualquiera y necesitamos ayuda”, demandan a Calparsoro. “Tenemos mucho miedo”, refieren, al tiempo que explican cómo el pasado domingo 23 de octubre, cuando regresaban de hacer la compra, se encontraron con una manifestación integrada por 1.500 vecinos. “Se nos echaron encima, algunos amenazando con matarnos”, manifiestan. “La Ertzaintza lo evitó, no podemos aguantar más”, añaden.
somatenes vecinales, no También el portavoz de SOS Racismo Araba difundió ayer un comunicado para valorar la respuesta de los vecinos a la ocupación de la vivienda de la calle de El Cristo por parte de miembros de los pichis y de los bartolos. Si bien arranca defendiendo la legitimidad de la manifestación celebrada el sábado, insiste en que el “objetivo central” de la misma es “pichis fuera”, “por ser responsables de la ocupación de una infravivienda de modo pacífico en Abetxuko”.
García lamenta que el clan sea estigmatizado por “el sambenito de familia conflictiva”. Una carga que, afirma, “es, al parecer, un antecedente social que no prescribe jamás”. Como réplica, asevera que “Pedro Mari y Natividad, y sus dos menores a cargo, son tan ciudadanos como todos los demás, con los mismos derechos y obligaciones”. “No son, desde luego, la franquicia de los Corleone en Abetxuko” manifiesta.
El representante de SOS Racismo arremete contra el esfuerzo informativo “desmesurado” que amplifica la ocupación de una vivienda y critica la actuación de los vecinos, a quienes tilda de “especie de somatén”. Un grupo que, según censura García, “día tras día se arroga el derecho a decidir sobre la condena al ostracismo social de una familia tan vasca como las demás”. - DNA