hartazgo vecinal. Las movilizaciones vecinales en contra de la ocupación de una vivienda por parte de los pichis en Abetxuko aumentan de tono, al igual que la tensión en el barrio gasteiztarra. Tras protagonizar una larga serie de pacíficos paseos-protesta ante la casa que los integrantes del clan gitano hasta ahora afincado en Bilbao han tomado de forma irregular, los residentes en el barrio convocaron ayer una cacerolada para hacer más patente y sonoro su hartazgo, iniciativa para la que pidieron el apoyo del resto de los ciudadanos de la capital alavesa a través de las redes sociales. Durante toda la jornada de ayer se vivió una mayor presencia policial en la zona, que muchos de los vecinos relacionaron con la llegada desde Bilbao de nuevos miembros del clan, posiblemente con la intención de localizar más domicilios vacíos en los que instalarse. Al tiempo que la crispación va en aumento, el proceso legal que demanda el desalojo de los okupas avanza en los juzgados. Los responsables de la asociación vecinal Uribe Nogales prefieren no pecar de optimistas, aunque esperan que la resolución judicial llegue en breve y se pueda producir el lanzamiento legal de los pichis en cuestión de semanas. Mientras tanto, confían en que la situación no se descontrole en Abetxuko, ya que el domingo se escuchó a los miembros del clan asegurar que no están dispuestos “a pasar ni una más”, lo que ha elevado, aún más si cabe, la presión. Foto: Jorge Muñoz