vitoria - Hay matrimonios mucho menos duraderos e intensos que la relación de amor festivo que arrancó hace diez años entre la cuadrilla de blusas y neskas Martinikos y la charanga Ojayo, que cada año carga sus instrumentos en la furgoneta para acercarse a Vitoria desde Aranda de Duero y acompañarles musicalmente día y noche con las canciones más animadas del momento.

Y es que a la charanga Ojayo no hay canción que se le resista. Desde la mítica La chica del Batzoki de Doctor Deseo hasta el Basket Case con el que Green Day se dio a conocer. Desde el Sarri Sarri de Kortatu hasta el Duele el Corazón de Enrique Iglesias, todo sin olvidar los clásicos temas de La Blanca.

Entre todos los integrantes de Ojayo es imposible no poner el ojo en Diego Alonso, que sousafón al hombro -un gran instrumento de diez kilogramos de peso similar a la tuba- se deja la espalda y los pulmones para tocar los sones que mueven no sólo los cuerpos de los blusas y neskas de Martinikos, sino de todos los gasteiztarras que se paran a escucharlos por la calle.

Si se cruzan con ellos no reparen en bailes, pues puede que la cámara GoPro que Diego ha acoplado en lo alto de su instrumento inmortalice en un vídeo sus movimientos. “Se consiguen vídeos curiosos con la cámara ahí arriba, y luego los colgamos en las redes sociales de la charanga”, explica.

Disculpe la ignorancia. ¿Cómo se llama el instrumento que toca?

-Es un sousafón.

¿Pesa tanto como parece?

-La verdad es que sí, es un poco pesado. El instrumento pesa alrededor de diez kilos.

¿Su espalda no le pide una tregua de vez en cuando?

-Cuando vas acumulando muchos días seguidos tocando lo acabas notando sí, y realmente se te resiente la espalda.

Pero disfruta.

-Por supuesto, se lleva bien.

¿Cuántas horas puede llegar a tocar en un día como hoy?

-Pues hoy (por ayer) es junto al Día del Blusa, el 25 de julio, los dos días que más tiempo pasamos tocando por la calle. Hoy por ejemplo estaremos tocando por lo menos unas diez horas durante todo el día, entre mañana, tarde y noche.

Su charanga vuelve a Vitoria un año más para acompañar a los Martinikos.

-Sí, estas fiestas cumplimos diez años con Martinikos, y cada año venimos desde Aranda de Duero con la misma o más alegría que el anterior.

¿Y cómo es la gente en Vitoria estos días? ¿Alguna diferencia frente a otras fiestas?

-En Vitoria la gente siempre es muy agradecida. En cuanto te ven venir por la calle se acercan, se mueven, bailan, nos rodean... La gente está muy pendiente de lo que tocamos, nos piden canciones... Siempre tenemos muchas ganas de venir a tocar para la gente de Vitoria, nos reciben muy bien a todas las charangas y creo que se lo pasan bien con nosotros.

¿Qué canciones os piden por aquí?

-Nos piden todo tipo de canciones. Desde las más clásicas que hay en Euskadi y que tocamos habitualmente, porque a la gente siempre le gusta, hasta canciones más modernas y las típicas canciones del verano, que realmente son las que a las charangas no nos hace mucha gracia tocar.

¿Cuál es el ‘hit’ que os reclaman estas fiestas de La Blanca?

-La última de Enrique Iglesias, la de Duele el corazón. Pero bueno, son las que al final también gustan mucho a la gente porque la conocen y les gusta para bailar.

Supongo que el repertorio cambiará entre el día y la noche.

-Sí, por el día a la gente le gusta los temas un poco más clásicos, pero por la noche todos se animan más cuando tocas las canciones modernas, las que están de moda. Además de noche, con las calles más concurridas, siempre bailan más.

¿Tu favorita?

-No tengo una en concreto. A mí las que más me gustan, con las que más disfruto tocando, son con las canciones de rock español clásico.

Veo que ha colocado una cámara ‘GoPro’ en lo alto del instrumento.

-Sí, la he acoplado para grabar vídeos desde ahí arriba y subirlos luego a las redes sociales de nuestra charanga. Estas cosas modernas vienen bien. Los vídeos quedan curiosos. - DNA / Foto: José Ramón Gómez