la villa de Labastida se encuentra disfrutando desde ayer del recuerdo de su pasado medieval a través de un mercado artesano y de numerosas actividades, muchas de ellas convertidas en evocaciones teatrales de la vida cotidiana de esa época histórica.

Organizado por el Ayuntamiento del pueblo, el Mercado Medieval se está desarrollando durante estos dos días ofreciendo todos los tópicos de aquellos tiempos, pero en un ambiente cálido y agradable con el que disfrutar de Labastida. La inauguración, realizada ayer, fue una representación en la que participaron la alcaldesa, Laura Pérez Borinaga, así como otros miembros de la corporación, ataviados todos con ropajes de corte medieval. Una representación que se repite nuevamente hoy y que sirve de recordatorio de cuando el rey Fernando III, el Santo, rey de Castilla, otorgó la Carta de Fueros, o los Fueros, a Labastida, en 1242, garantizando a sus vecinos las libertades y a sus instituciones la autonomía local.

Pero la celebración tenía otros muchos componentes lúdicos. Así, algunos de los más llamativos fueron el puesto con las aves rapaces, que se convirtió en el lugar más fotografiado de la jornada. También en la misma plaza se pudo disfrutar del trabajo de una pareja de panaderos, que además llevaron un horno, con el que no han parado estos dos días de mostrar cómo se elaboraba ese alimento.

El inmenso mercado medieval recorría la calle Mayor, la plaza de la Paz, la calle Fortín y la calle La Florida con puestos de juguetes artesanales, magia, bisutería, productos agroalimentarios y un sinfín de otras cosas, mientras que en la plaza de la Escuela se instalaba un carrusel artesano, para que los niños disfrutaran de ese tiovivo junto a otros juegos infantiles.

Otro de los argumentos para animarse a acudir a este Mercado Medieval de Labastida es la implicación de los vecinos en su fiesta. No solo salen para disfrutar de los actos programados, sino que además lo hacen de manera mayoritaria ataviados con trajes de corte medieval, también las niñas y los niños, ellas de princesas y hadas y muchos de ellos de espadachines. Para completar este divertido espectáculo, un grupo de trovadores paseó por las calles del pueblo interpretando canciones tradicionales con unos llamativos instrumentos musicales.

Otro de los momentos más esperados fue el tradicional espectáculo de fuego, a las nueve de la noche, que hoy se repetirá pero más tarde. Por su parte, la hostelería local sumó fuerzas para ofrecer un amplio panorama de pintxos para acompañar a los vinos de Rioja Alavesa, así como menús temáticos relacionados con el medievo y a precios muy asequibles. De esta forma, el poteo del mediodía tuvo, y tiene también hoy, como protagonistas a los bares Hogar del Jubilado, Hasierra, Venerik, Bodegón Z1, Jatorrena, Petralanda, Bola-Leku, Géminis y Jai Alai, mientras que las comidas ofrecieron y ofrecen cartas especiales en El Bodegón, Jatorrena y Petralanda, como han venido haciendo en los últimos años.