gasteiz - La Red Natura 2000 ha culminado su proceso de creación e implantación en el País Vasco con la designación de la ZEC del lago de Arreo, en Álava, y las de Aralar y Aizkorri-Aratz -ésta, también discurre en parte por el territorio histórico-, los tres últimos de los 55 espacios que la componen. Así lo explicó ayer la consejera de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno Vasco, Ana Oregi, tras el simbólico Consejo de Gobierno celebrado en el centro de Biodiversidad de Euskadi en Urdaibai coincidiendo con la European Green Week y el Día Internacional de la Naturaleza.
“El Gobierno Vasco y las diputaciones forales realizamos un trabajo común de definición y gestión de estos espacios”, añadió la gestora. En total, la citada red está formada en la CAV por 47 Zonas Especiales de Conservación (ZEC), cuatro Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y otros cuatro espacios que son a la vez ZEC y ZEPA, 55 en total. Este entramado se configura como el principal instrumento para frenar la pérdida de biodiversidad y como la herramienta básica elegida por Europa para la conservación de la naturaleza.
Para Ana Oregi, “la Red Natura supone una alianza entre las personas y la naturaleza, una oportunidad para fomentar el desarrollo sostenible de las poblaciones humanas directamente relacionadas con ella, ya que estimula el equilibrio entre las actividades de la sociedad y la naturaleza con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas que la habitan”. A su juicio, “en este reto de conservar la biodiversidad no estamos solos”.
De hecho, la red ambiental está constituida en la Unión Europea por 27.384 espacios y abarca el 18% del territorio, una superficie de 1,1 millones de kilómetros cuadrados. Esos datos, en el caso de Euskadi, se traducen en 55 espacios, que se extienden por una superficie aproximada de 1.500 kilómetros cuadrados, lo que supone en torno al 20,5% del territorio. En estos espacios se encuentran ecosistemas que incluyen mar, bosques, marismas, zonas húmedas, prados de siega, pastos de montaña, brezales y otros matorrales, ríos, turberas o acantilados. Es más, los espacios recogidos en la Red Natura 2000 “son la mayor aportación de la sociedad vasca a la protección y mejora de la naturaleza en Europa”, añadió la consejera.
La selección de los espacios fue propuesta tras los acuerdos de Consejo de Gobierno en diciembre de 1997, diciembre de 2000 y junio de 2003. El valor de estos lugares fue reconocido por la Comisión Europea al incluir la totalidad de los espacios propuestos por Euskadi en las primeras listas que publicó de Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) de sus respectivas regiones biogeográficas, atlántica y mediterránea en las que se encuentra el territorio.
En ese sentido, Oregi insistió en que “la designación de los espacios de la Red Natura 2000 que se realiza desde entonces no garantiza automáticamente el mantenimiento o restauración de su estado de conservación favorable. Se precisa, además, una gestión adecuada para garantizar la consecución de los objetivos de la conservación y de los beneficios de tipo socioeconómico asociados. Por ello tenemos todavía un camino y mucho trabajo por delante”.
Declaración de espacios Sea como fuere, y una vez aprobada por la Comisión Europea la lista de lugares que pasaban a conformar la red, el reto para el Gobierno Vasco ha sido llevar a cabo la protección oficial de los espacios Natura 2000, declarando todos los Lugares de Interés Comunitario (LIC) como Zonas Especiales de Conservación (ZEC), además de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), previo procedimiento de información pública. En este sentido, según Oregi, ha sido vital fijar las normas de protección y mejoras necesarias que responden a las exigencias ecológicas de los tipos de hábitats naturales y de las especies de flora y fauna presentes en estas áreas. “La designación de los 55 espacios es un hito, que no se entiende sin un instrumento de gestión operativo, con medidas decididas conjuntamente con la gente que vive en esos lugares, el Gobierno Vasco y con las diputaciones forales, y con un programa de seguimiento para verificar que realmente estamos obteniendo los resultados previstos y necesarios”. “La conservación y restauración de la biodiversidad a través de la Red Natura 2000 es una decisión europea. Un reto común que también hemos asumido en Euskadi y en el que nos jugamos nuestro bienestar y el de las próximas generaciones”, concluyó Oregi. - DNA / Foto: DNA