la construcción de un embalse en el entorno de Barrón dentro del macroproyecto de regadío de Valles Alaveses continúa su curso entre los recelos de numerosos vecinos de esta zona y la oposición de colectivos como Ekologistak Martxan, que el pasado septiembre presentó alegaciones ante el Ministerio español de Agricultura y Medio Ambiente. El plan , que comenzó su recorrido en 1999 y cuyas obras han ido avanzando en años más recientes desde el entorno de Bóveda al de Espejo, dio un importante paso más este verano con la apertura del periodo de exposición pública del proyecto de Barrón, que acogerá la balsa más grande de todas las que se contemplan, con más de cuatro hectómetros cúbicos. Espejo acogió hace sólo unos días una multitudinaria asamblea vecinal para analizar las implicaciones de la ampliación del regadío, tal y como dio cuenta DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, y en ella salieron a la luz las sospechas que éste ha generado por la falta de información en torno al plan de inversiones o sus promotores.

El revuelo generado durante estos últimos días convirtió ayer este controvertido asunto en motivo de discusión en las Juntas Generales de Álava, donde el grupo de EH Bildu cuestionó a la Diputación sobre su postura en torno al proyecto. La coalición abertzale también criticó el plan de embalse para Barrón, que llegó a tildar de “pelotazo” por su altísimo coste económico, y cuestionó su objetivo, “llevar agua más bien no sabemos a dónde”.

Pero Eduardo Aguinaco, diputado de Agricultura, despejó todas las dudas que pudiese haber sobre la postura foral en relación a la balsa. En resumen, la Diputación entiende que ésta constituye una demanda del sector agrario, que podrá diversificarse en el futuro, que ocupará una ubicación “ideal” dentro de todas las analizadas o que permitirá revitalizar la zona desde el punto de vista social. “Una apuesta por el futuro” de esta comarca, en definitiva. Argumentos a favor del proyecto que Aguinaco también expuso después en conversación con este periódico y que demuestran que con este plan no llueve -o mejor, no se riega- a gusto de todos.

Aguinaco, por un lado, defiende el sistema que emplea el macroproyecto de regadío de Valles Alaveses, por gravedad, como el más sostenible y económico a largo plazo para los agricultores, que en su ausencia deben limitarse al bombeo desde los ríos o a conformarse con el cultivo de secano y de cereales. “Esto es una demanda de todo el sector, y no sólo el de esta zona. Es que tenemos cola. Cualquier territorio que quiere que la agricultura sea importante lo demanda, porque sin agua, sencilla y llanamente, las oportunidades económicas y sociales se reducen. Es exactamente igual que cualquier territorio castellano que no tiene otras posibilidades o alternativas”, expone el diputado de Agricultura.

Poder contar con agua en cualquier época del año, en consecuencia, permitirá a los agricultores del entorno “diversificar” sus cultivos, algo especialmente importante según Aguinaco para esta comarca, “esencialmente agroganadera” y que “no tiene industria”. Se trata, según recuerda el diputado, de una zona calificada de agricultura de montaña, “con especiales dificultades”, y donde el regadío “es una oportunidad”.

ubicación elegida Según advierte Aguinaco, durante el largo proceso de análisis de este proyecto “se han analizado todas las ubicaciones posibles” y se ha demostrado que “ésta es la ideal para captar el agua, almacenarla y poderla distribuir por gravedad”. El proceso ha sido largo, porque una comisión de seguimiento se ha reunido “constantemente” para analizar su evolución, y no será una realidad hasta bien pasada la presente legislatura, según los plazos que maneja el diputado de Agricultura, por su carácter “garantista”. Especialmente desde el punto de vista ambiental, donde Ekologistak Martxan ha puesto el foco de sus dudas. “El proyecto ha pasado todos los proyectos de información, se han recogido todas las aportaciones de las administraciones ambientales y no hay afecciones importantes, porque se va a construir sobre superficies agrarias y está fuera de la Zona de Especial Conservación (ZEC). Es una ubicación adecuada. De hecho, las afecciones son más importantes en el modelo de bombeo, porque se detraen las aguas de los cauces en verano y con concesión”, expone el titular de Agricultura.

Con este proyecto, Aguinaco confía en dar un impulso a una comarca que debido a la progresiva despoblación no pasa precisamente por sus mejores momentos. “Estamos apostando por un futuro mejor, porque esta inversión no se hace para hoy. Dentro de un tiempo se podrán implantar allí nuevos cultivos que ahora no hay. Estamos apostando por crear oportunidades, generar riqueza, y porque la comarca tenga un tejido social. Y todo con el mayor rigor técnico y administrativo”, defiende el responsable foral.

Según sus cálculos, la nueva balsa ayudaría a más de 500 agricultores de Lantarón, Ribera Alta o Ribera Baja, zonas donde se ubican explotaciones “jóvenes y muy bien dimensionadas”, que insistentemente, aunque “en voz baja”, han pedido esta solución. Una demanda que se extiende, según remarca Aguinaco, a “absolutamente todas las comarcas” alavesas, empezando por el entorno de Agurain, que carece de un regadío. El problema es que, como sucede en el caso de Valles Alaveses, se trata de infraestructuras “caras, complejas y que no se pueden hacer de la noche a la mañana”. En el caso de Valles Alaveses, el presupuesto base está fijado en más de 180 millones de euros. Pero con retornos. “Según han ido avanzando las obras, se han incorporado nuevas fincas a los regadíos. Evidentemente, es una oportunidad que genera riqueza” insiste Aguinaco.

El diputado foral también manda un mensaje tranquilizador a los propietarios de explotaciones que se puedan ver afectados por la construcción del nuevo embalse. “Si alguna tuviese riesgo de continuar por ocupación de terrenos, lo valoraríamos y se veríamos las alternativas. Si se nos plantea que la ocupación, con las compensaciones que pudiese tener, genera problemas, lo analizaremos, faltaría más. No quiero que desaparezca ni una sola explotación por este proyecto”, zanja Aguinaco.

Los ‘contras’. Ekologistak Martxan basó sus alegaciones en cinco puntos fundamentales: las “pocas facilidades” del periodo de exposición pública, abierto en agosto; el título del proyecto, que “no refleja su realidad”; la necesidad de la balsa que presenta una “incoherencia significativa” al construirse en tierras de cultivo mediante su expropiación forzosa; el impacto, fundamentalmente sobre una de las quince parejas de águila real existentes en la CAV; y las medidas correctoras, en este caso por su omisión.