Es la zona más próxima a la capital alavesa y la que, en teoría, menos problemas tendría que tener para llegar a ella debido a la privilegiada situación justo en medio del territorio histórico. Sin embargo, la práctica ha enseñado a esta zona, denominada Álava central, que es la que más dista de serlo, puesto que la progresiva despoblación de muchos de sus núcleos ha provocado que las comunicaciones en autobús en vez de ser las más rápidas y directas sean peores que en otras zonas más alejadas de la provincia, como es el caso de los valles de Ayala y Rioja Alavesa.

A la vista están los recorridos tediosos, con las inevitables paradas por los pueblos, que cada habitante de las cuadrillas de Estribaciones del Gorbea, Llanada Alavesa, Añana y Montaña Alavesa se veía obligado a hacer cada vez que quería ir a la ciudad. Montarse hasta hace poco en uno de estos autocares significaba transportarse a un escenario en blanco y negro, más propio de los años 60-70, la época en la que hunde sus raíces en estos lares el transporte interurbano. Quedaban en un segundo plano la inmediatez, la comodidad y la eficacia que debiera presuponerse a una red de transporte público propia del siglo XXI. De ahí que el objetivo de la Diputación se ha centrado en convertir las viejas líneas de autocares en verdaderos vehículos hacia la movilidad, la sostenibilidad y la cohesión social para que los vecinos del territorio no se sientan habitantes de segunda.

Cuando en los años 2012 y 2013 finalizó el plazo de vigencia de la mayor parte de las concesiones de este tipo de líneas, la Diputación alavesa vio el momento idóneo para empezar a planificar esta visión metropolitana de interconexión de la capital con su zona de influencia. Y, así, ésta dio sus primeros pasos el pasado 26 de octubre, cuando la flamante nueva flota de Álava central, compuesta por nueve autobuses, con una capacidad de entre 30 y 40 pasajeros, comenzó a operar los cambios en sus siete líneas, que dan servicio a localidades y municipios como Iruña de Oca, Legutiano, Aramaio, Dulantzi, Araia o Santa Cruz de Campezo. El incremento de nuevas frecuencias, las nuevas mejoras para las personas con movilidad reducida y la posibilidad de pagar los desplazamientos con la tarjeta BAT, figuran entre las principales novedades de esta red, adjudicada a la compañía Hermanos Arriaga por un plazo de diez años.

Pasadas estas tres semanas de rodaje, llega el momento de saber si estas modificaciones además de haberse puesto en marcha, realmente funcionan. A falta de que acabe el mes para tener los registros más fiables de número de usuarios y hacer comparaciones con periodos anteriores, parece que, según las primeras estimaciones, vuelve a ser verdad eso de que la alegría va por barrios. “Los técnicos tienen la impresión de que la línea Vitoria-Alegría/Dulantzi-Araia está funcionando bien con una buena respuesta frente al incremento de la oferta, mientras que en la línea de Vitoria-Campezo-Estella, van a tener que hacerse algunos ajustes de horarios y solventar algunos problemas que están generando los pupitres, el sistema físico donde se cobra con la tarjeta BAT, en determinados autobuses de esa misma línea”, explican desde el Departamento de Infraestructuras Viarias y Movilidad de la Diputación alavesa.

Este diario también ha podido constatar que entre los viajeros más felices con los cambios se encuentran los de la línea Vitoria-Dulantzi-Araia, que ha pasado de tener siete a once servicios por sentido en jornada laboral. Un ejemplo de ello es María Luisa López, una vecina de Dulantzi que está tan a gusto con las modificaciones introducidas que no haría ninguna más al respecto. “Ahora está mejor el servicio, con más frecuencias y encima puedo usar la BAT, con un 14% de descuento”, relata esta mujer que suele venir una o dos veces por semana a Vitoria para visitar a la familia.

Otro de los pasajeros habituales de esta línea, aunque en su caso por motivos escolares, es Jon Fernández, un joven residente en Dulantzi, quien aunque está de acuerdo con las nuevas medidas, cree que las mismas podrían ser mejores. “Es verdad que ahora hay más autobuses, aunque yo los de las 13.00 horas no los pondría tan pegados porque hay dos servicios casi seguidos y luego a las 14.00 horas no pasan con tanta frecuencia”, dice este estudiante mientras apura las últimas caladas de su cigarrillo antes de subirse al reluciente autobús.

Otro alavés que pide una mejora en los horarios, aunque en su caso para los de la línea Vitoria-Langraiz/Nanclares-Villanueva-Bóveda, es César, un vecino de Tuesta. “El de la mañana está mal para venir al trabajo porque se llega a Vitoria a las 8.15 horas. Tendría que haber uno que llegue a las 7.30 horas, por lo menos. Lo mismo pasa con el último autobús que sale de Vitoria a las 19.20 horas. Muy pronto”, demanda este hombre, quien recuerda que en su pueblo aún no tienen una marquesina. “Será cosa del Ayuntamiento de allí, pero siempre viene bien tenerla para los días de frío y sobre todo para que los niños no esperen a la intemperie”, agrega.

Sin embargo, para Blanca Larretxi, residente en Nanclares, usuaria también de esa misma línea, las novedades introducidas han sido para mejor. “Hay horarios que no había antes y me viene bien coger el que sale a las 11.00 horas de Nanclares, que antes no tenía, y que viene estupendo tenerlo a esas horas en medio de la mañana”, puntualiza.

Más descuentos La disparidad de opiniones también se repite en la línea de Vitoria/Santa Cruz de Campezo-Lizarra/Estella. Uno de los que está satisfecho con las mejoras de los nuevos interurbanos es Eduardo Abaigar, habitante de Santa Cruz de Campezo, a quien no le queda otra que trasladarse hasta la capital alavesa por problemas de médico. “Ahora hay más frecuencias y me he sacado la tarjeta BAT para que me hagan un descuento y se me quede el billete en 3,35 euros, en lugar de los 3,95 euros”, explica encantado mientras aguarda su turno para subirse al autocar.

Otro de los que ha querido aprovecharse de este nuevo sistema de pago con sus correspondientes ventajas es Julio, quien al estar jubilado puede disfrutar de hasta un 35% de descuento en su viaje. “Me acabo de sacar la tarjeta y hoy es el primer día que voy a pagar con ella”, matiza mientras enseña orgulloso su flamante nueva txartela con foto incluida. Menos contento está con las paradas que hace al llegar a Vitoria. “Al venir de Maeztu a Vitoria el autobús debería parar en un sitio más cercano a la calle Santiago porque ahora lo tengo que coger en la estación de Lakua y me deja en la otra punta de la ciudad”, añade. Su amiga Rosa, quien también suele ir con frecuencia a Maeztu, también reclama “un poquito más de frecuencia” para hacer más llevaderos sus desplazamientos hacia la capital.

Poner más frecuencias de paso en los servicios de la línea de Vitoria-Zigoitia, a juicio de Alice Diallo, también sería de lo más recomendable para esta mujer residente en la capital alavesa que se ve obliga a coger de lunes a sábado por motivos laborales ese autobús que la deja en el centro comercial Gorbeia. “Ahora hay más servicios a diario y también el fin de semana, pero no estaría de más que los aumentaran para las personas que van a ese centro para hacer sus compras”, reclama.

Con propuestas como éstos se podrá conseguir que la última parada que ha realizado la Diputación alavesa con el objeto de reordenar el sistema de transporte entre comarcas sea la definitiva en lograr una verdadera conexión con la capital gasteiztarra.