A la vuelta de las vacaciones el Consistorio vitoriano deberá hacer frente al pago de 53 millones de euros por diferentes conceptos, una cantidad de la que no dispone porque en sus arcas no estarán los alrededor de 50 millones de euros que cada año recauda la ciudad en concepto de Impuesto de Bienes Inmuebles. Justo antes de las elecciones de mayo, el anterior alcalde, Javier Maroto, anunció el retraso en el cobro del IBI a septiembre, después de que en 2014 lo adelantara a mayo y pillara por sorpresa a buena parte de los ciudadanos, que se quedaron con la cuenta en números rojos.

Habitualmente la tradicional contribución se ha pasado a los gasteiztarras en julio, coincidiendo con el cobro de las pagas extras, y por ello para septiembre el Ayuntamiento tenía el dinero contante y sonante a su disposición para hacer frente a la cuesta de septiembre. Este año no es así. Según explicaba ayer a este diario el concejal de Hacienda, Borja Belandia, son muy diversos los abonos a los que tiene que responder el Ayuntamiento, en lo que es “la evolución normal de los gastos y pagos” de la institución, no hay nada extraordinario a lo que hacer frente. La cuestión es que no hay dinero en la caja, como le ocurrió a las familias que en mayo de 2014 se encontraron con que tenían que pagar el IBI y no tenían con qué, porque esperaban el recibo dos meses después.

En este caso, el problema se debe a un hecho puntual y concreto fruto del traspaso de poderes, pero estas tensiones de tesorería no son nuevas en el Ayuntamiento, y son el síntoma más acuciante y palpable de la mala salud en la que se encuentran las finanzas municipales, tal y como viene advirtiendo desde hace varios meses el interventor. En los últimos tiempos, en líneas generales, en el Consistorio vitoriano se vive al día.

Puede que una empresa o a una familia con recursos, patrimonio y solvencia se quede en un momento dado sin dinero en la cuenta, pero cuando esa situación pasa de coyuntural a estructural refleja un problema de calado. Un problema como el que tiene Vitoria, que debe sacar 68 millones de euros de donde sea para cubrir los gastos previstos este año. El viernes, en la Junta de Portavoces, el equipo de gobierno planteará sus propuestas a los grupos de la oposición para posteriormente someterlas a debate en la comisión municipal de Hacienda.

En una institución que maneja un presupuesto de alrededor de 350 millones de euros puede parecer relativamente sencillo, a primera vista, recortar 68, pero en el Ayuntamiento de Vitoria prácticamente no hay de dónde rascar. El gobierno de Gorka Urtaran trabaja para cuadrar las cuentas de 2015 bajo la premisa de no plantear recortes sociales a la ciudadanía ni mermas laborales a sus trabajadores, lo que aún limita más el margen de maniobra, pues las nóminas y los gastos en coberturas sociales absorben una parte importantísima del presupuesto de la ciudad. Así pues, a la hora de gastar menos, tan sólo queda utilizar el dinero de las partidas no ejecutadas por el PP para destinarlas a otros fines o directamente pasarlas a la columna de ingresos.

En cuanto a las entradas de dinero, hay varias líneas posibles de actuación. El PNV ya ha avanzado que no descapitalizará Amvisa, la sociedad municipal de aguas, de la que el PP pretendía detraer 10 millones de euros para hacer frente al desajuste presupuestario. En lo que sí se trabaja, según ha podido saber este periódico, es en una fórmula para generar ingresos a partir del patrimonio de la sociedad, pero sin tocar sus fondos. Según dijo el lunes Belandia, dada la situación actual, si hay que recurrir a Amvisa “para resolver el problema, se hará”, pero sin olvidar que abusar de sus recursos supone “un fraude al ciudadano”, por cuanto el dinero de la factura del agua debe reinvertirse en el ciclo del agua. Cabe además recurrir a la financiación privada, una medida de urgencia que seguramente habrá que adoptar, al margen del problema puntual de septiembre.

Está además, en el capítulo de ingresos, el Fofel, el fondo de financiación de los municipios alaveses, que el año pasado aportó 127 millones de euros al Consistorio vitoriano, casi la mitad de su presupuesto. La mejora en la recaudación por impuestos hace prever un aumento del reparto de dinero entre los ayuntamientos alaveses, pero en cualquier caso las cantidades que lleguen de la sede de Hacienda de la calle Samaniego no bastarán para tapar el agujero presupuestario en el municipio.

Una parte importante de los ingresos del Ayuntamiento llegan por los impuestos. El IBI, el IAE, las basuras, las piscinas, la OTA, dejan cada año en el Ayuntamiento alrededor de 150 millones de euros. En todo caso, los gravámenes de 2015 fueron congelados por el alcalde Maroto a finales del año pasado, y una modificación extraordinaria requeriría de un amplio consenso y de mucho debate, además de la aprobación de una norma foral específica en las Juntas Generales.

Por el momento el nuevo gobierno de Ramiro González sólo ha movido ficha para bajar los impuestos, en concreto el IAE, el único que subió Maroto, tras pactar con EH Bildu. El PNV prometió en su campaña electoral que frenaría la subida anterior, aunque ello le supusiera la pérdida de más de 4 millones de euros en Vitoria y la crítica del grupo municipal de EH Bildu.

No hay tiempo de buscar los consensos necesarios, en todo caso, para tocar los impuestos. Tuvisa no tiene dinero para comprar gasoil, faltan por pagar 300.000 euros de la campaña de nevadas y no hay fondos para abonar 1,6 millones de euros de la factura de la luz.

Retraso. El equipo de gobierno de Javier Maroto decretó el retraso del cobro del IBI a septiembre justo antes de las elecciones municipales, lo que ha reducido la disposición de dinero del Consistorio tras el verano.

53

Millones de euros tendrá que pagar el Ayuntamiento de la capital alavesa en septiembre, lo que le obligará a adelantar sus líneas de crédito ante la falta de fondos en la tesorería municipal.

68

Millones de euros más de los que ingresará prevé gastar el Ayuntamiento vitoriano en 2015 si no se toman medidas correctoras.

44

Millones de euros recaudó en 2014 el Consistorio gracias al cobro del Impuesto de Bienes Inmuebles.

130

Millones de euros, aproximadamente, recibe el Ayuntamiento cada ejercicio por parte de la Diputación alavesa a través del Fofel.