labastida - La alcaldesa de Labastida, Laura Pérez Borinaga se convirtió ayer en mujer del alcalde en el transcurso de la evocación histórica de la concesión del Fuero a la villa, donde este fin de semana retroceden un año más en el tiempo hasta la época medieval. En realidad, el guión marcaba que la alcaldesa asumiera el papel de reina, pero la nueva edil de esta localidad alavesa optó por un papel menos monárquico en un acto sencillo y ágil, en el que un grupo de vecinos de la localidad escenificó la entrega de los Fueros por parte de los reyes de Nájera-Pamplona, el gobierno que reinaba durante aquellos años.
Para Laura Pérez su primer mercado como alcaldesa fue “muy emocionante”, sobre todo por “la preparación de todo, que es muy complicado pero que se hace fácil porque la gente está muy implicada”, además de relatar que estos días pasados habían mantenido una frenética actividad y varias reuniones “para que estuviera todo listo y la gente se animara a venir a Labastida”.
De esta forma, la localidad amaneció transformada en una villa que ahora mira hacia el tercer milenio pero muestra orgullosa su espacio medieval, tanto por los stands colocados en numerosos lugares de su término, como por el decorado, con calzadas llenas de paja, balcones adornados con estandartes y vecinos y visitantes sumándose a esa complicidad al disfrazarse de época. Organizado por la Asociación de Comercio de Labastida (Acobasa), y el Ayuntamiento, el mercado medieval continuará hoy ofreciendo todos los tópicos de aquellos tiempos, pero en un ambiente cálido y agradable.
La inauguración de ayer fue una representación que se repetirá nuevamente hoy y que sirvió de recordatorio de los días en los que el rey Fernando II otorgó la Carta de Fueros a Labastida, garantizando a sus vecinos las libertades y a sus instituciones la autonomía local. La asociación de comerciantes, que lleva poco más de cuatro años funcionando, tenía muy claro desde el principio que no se quería dormir en los laureles, algo que ha ido demostrando con el tiempo con ésta y otras sorpresas que suelen desarrollar durante los veranos para dinamizar el comercio y atraer visitantes a la villa.
Y lo logran, porque pocos espacios estaban ayer vacíos en la calle Fortín y adyacentes. Los puestos se sucedían interminablemente por diferentes zonas mostrando productos artesanales. El comercio local se disfrazó y sacó sus productos a la calzada engalanando sus establecimientos con un espíritu emprendedor que no pasó desapercibido. Así, un grupo de niñas y niños instalaron un puesto de collares de cuentas, que realizaban allí mismo con tanta simpatía que algunos les dijeron que a buen seguro serían quienes hicieran las mejores ventas del día. Algo que, por cierto, el año pasado ya hizo otro grupo de amigos.
La oficina de turismo también se implicó a fondo y al mismo tiempo que repartía folletos de la localidad vendía recuerdos de la misma. Quienes ayer visitaron la villa se encontraron, además, con juegos de magia, malabares, grupos de música, panaderos y artesanos trabajando como se hacía antiguamente. Por su parte, la hostelería local sumó fuerzas parea ofrecer un amplio panorama de pintxos para acompañar a los vinos de Rioja Alavesa, así como menús temáticos relacionados con el medievo a precios muy asequibles. De esta forma, el poteo del mediodía tuvo como protagonistas a los bares Hogar del Jubilado, Hasierra, Venerik, Bodegón Z1, Jatorrena, Petralanda, Bola-Leku, Géminis y Jai Alai, mientras que las comidas tuvieron cartas especiales en El Bodegón, Jatorrena y Petralanda.
El mercado medieval de Labastida continuará hoy con una programación prácticamente idéntica a la de ayer, a excepción de los juegos nocturnos con fuego y pirotecnia. En su lugar habrá un programa de poteo por la localidad “hasta que el cuerpo aguante” como reza el programa festivo, ya que a última hora de la tarde se clausurará para no volver hasta el año que viene, cuando seguro que se repetirá la experiencia gracias a sus excelente resultados.