amurrio - Los portavoces de la sociedad micológica Arriola de Amurrio estaban ayer contentos, y no era para menos. De hecho, pese a la “pésima” temporada que, en cuanto a recogida de setas y hongos, están padeciendo los aficionados de toda la comarca ayalesa y el Alto Nervión por la ausencia de lluvias, lograron acercar a la cancha del frontón municipal una heterogénea muestra de 448 especies, que supuso poner un auténtico broche de oro a la décimo primera edición del Mikoturismo Egunak, que ha estado acogiendo el municipio desde el pasado 18 de octubre.

“No esperábamos conseguir ni la mitad ni tan variado, pero al final tenemos 57 especies más que el año pasado, aunque sólo la mitad son de nuestra zona. El resto las hemos recolectado en áreas con más humedad de 50 kilómetros a la redonda como Espejo, Legutio y la zona de Ubidea en Bizkaia. Incluso nos han traído ejemplares de hongo Gyroporus Castaneus de Piedrahita en Ávila, que aquí no se da”, explicó a este periódico Fernando Eguiluz, presidente de la entidad.

No fue la única curiosidad presente en la muestra, ya que a las archiconocidas y comestibles especies de la zona, como los boletus edulis, pinícola y reticulatus en cuanto a hongos, o las galanpernas, cantharellus cibarius y tricholoma portentosum, por citar alguna exquisita seta, se les sumaron un raro ejemplar de hongo “que sale de un trozo de madera vieja y descompuesta”, morchelas conservadas en seco de la primavera, y una nutrida representación de la mortal amanita phalloides. “Cuarenta gramos de ésta y te vas al otro barrio”, aseguraron.

En la exposición primaba ayer la tarjeta roja. “Es la que utilizamos para señalar las especies no comestibles e incluso tóxicas y mortales”, señalaron los organizadores. Para clasificar las especies, los micólogos amurrioarras volvieron a contar con la ayuda del experto Alberto Villanueva Zarama, que en esta ocasión se volvió “imprescindible”, subrayó Eguiluz. Y es que a la escasez de especies de este otoño se le ha sumado el problema añadido de terminar de etiquetarlas de forma correcta.

“Desde que hace dos años y medio cambiaron la nomenclatura en latín de las diferentes familias de setas hemos estado abordando la actualización de las más de 1.500 fichas de especies que tenemos en nuestro fondo documental. Ha sido una tarea titánica. Tres semanas antes de la exposición nos faltaba una quinta parte, pero ha sido llegar Alberto y en dos horas ha hecho lo que nosotros en dos años”, agradecían ayer. “Clasificar las 800 más comunes es sencillo, el problema vino con las que restaban, pues un fallo te puede dar al traste con todo el trabajo ya realizado”, matizaron.

un nuevo local La sociedad micológica Arriola aprovechó la jornada para recordar uno de sus grandes caballos de batalla: tener una sede propia. Y es que a día de hoy siguen compartiendo local en la casa de cultura con la asociación de mujeres Aurreraka, y “para reunirnos nos vale de sobra, ya que, aunque somos 250 socios, activos somos una veintena si llega, pero buena parte de nuestro material bibliográfico y similar lo tenemos en nuestras casas particulares y andamos siempre a salto de mata”, explicaron. Por ello, esta misma semana “volveremos a cursar una instancia en el Ayuntamiento para que nos concedan un local que nos sirva de almacén, porque de verdad que lo necesitamos”, adelantaron.