orbiso - Al final se confirmaron los pronósticos más pesimistas y Mario Laurino, el espeleólogo vitoriano de 75 años desaparecido en la zona del barranco de Istora, en Orbiso, cerca de Santa Cruz de Campezo, fue encontrado muerto en la mañana de ayer por los equipos de rescate, según confirmaron los servicios de emergencia del Gobierno vasco.
La localización se produjo horas después de reanudarse la búsqueda con las primeras luces del amanecer de ayer. El cadáver fue encontrado alrededor de las 11.30 horas, aunque no pudo ser rescatado hasta varias horas después debido a que el lugar donde se encontraba era especialmente inaccesible. En esos rastreos ha participado medio centenar de efectivos de Emergencias, Cruz Roja, Ertzaintza, Miñones y voluntarios tanto de la zona como compañeros espeleólogos del Grupo de Espeleología de Álava al que pertenecía el hombre fallecido.
La denuncia por la desaparición de Laurino se puso en la comisaría de la Ertzaintza de la capital alavesa el pasado miércoles, pero la desaparición se pudo producir incluso el domingo día 5, según sospechan los equipos que se han encargado de la búsqueda de Laurino.
Fue el domingo, día 12 de octubre, cuando un cazador de la zona observó que el coche que había visto aparcado en el interior del barranco el domingo anterior continuaba allí, sin que se hubiera movido del lugar. El asunto llamó la atención de esta persona, que lo comunicó a la Ertzaintza. Fue entonces cuando se cruzaron las bases de datos y se comprobó que el miércoles se había puesto la denuncia por la presunta falta de su domicilio del espeleólogo vitoriano.
Las labores de búsqueda de Mario Laurino comenzaron el jueves y uno de los primeros espacios donde se rastreó fue una conocida sima que hay en aquella zona y en las cuevas de los alrededores. Posteriormente se extendió el perímetro de búsqueda a los montes e incluso se desarrolló un operativo desde San Vicente de Arana hasta Orbiso, por si se hubiera perdido por la zona.
consumado deportista Los datos de la localización no se han hecho públicos, pero si se conoce que Mario Laurino, aunque tenía 75 años de edad, era un consumado deportista y dedicó buena parte de vida a la paleontología. Más de la mitad de su vida la consagró a estudiar el interior de los más de dos mil cuevas y simas que hay censadas en Álava y llegó a encontrar el esqueleto de un oso gigante del Pleistoceno, en el interior de una cueva cerca del río Zubialde, uno de los escasísimos restos de ese enorme animal localizados en Europa. Durante su vida reunió una importante colección de restos del Cuaternario en Álava, que dejó documentados.