Agurain honra con su ritual de fuego a San Juan Degollado
El centro del pueblo acogió un año más una gran hoguera, que sólo los más osados saltaron
agurain - Ancestralmente, en todas las culturas, al fuego se le han atribuido cualidades mágicas, medicinales y renovadoras. Un mito que, por tradición, muchas localidades han mantenido con el prendido de hogueras enla víspera del 24 de junio. Agurain, sin embargo, celebra el sosticio de verano con la plantación de un chopo y es con la muerte por degollamiento de San Juan Bautista cuando danza en torno a las llamas, como hizo la noche del viernes.
Desde la mañana, en el centro de la plaza de San Juan, un montón de cajas de cartón, de madera, periódicos y otros materiales inflamables esperaba la llegada del gran momento. Atrás quedan los años en los que los niños recogían trastos viejos y toda clase de objetos que en las casas se arrinconan por gastados o pasados de moda para quemarlos, los pellejos de vino que el botero y el jefe de la alhóndiga les suministraban o las ulagas que con un carro recogían por las eras y barrios. Este año, los bailables previos al encendido de la hoguera concitaron un buen número de público, especialmente padres y madres con niños pequeños. A las diez de la noche, las notas musicales cesaron ante la impaciencia del respetable.
Los minutos fueron pasando y la intranquilidad iba creciendo entre el público hasta que, alrededor de las diez y media de la noche, desde el kiosco de la música informaron que “la hoguera no se prenderá hasta que llegue la ambulancia”. La aparición del vehículo médico fue recibida entre aplausos y pitidos por parte de los presentes. La espera se prolongó hasta las once de la noche y, en poco más de diez minutos, la pila de cajas y papeles en llamas, de cerca de metro y medio de altura al principio, adquirió el tamaño justo para que los primeros valientes probaran suerte con sus saltos. Cristian fue el primero en tomar impulso y volar, literalmente, sobre el fuego purificador animado por su cuadrilla de amigos y el resto de vecinos. Endika, el Portu o Tirze fueron algunos de los otros saltadores que hicieron las delicias de los presentes que, móvil en mano, captaron las piruetas de los más osados.- E.S.P.