¿De dónde surge la idea de este proyecto para instalar un sistema de riego inteligente en los parques de Vitoria?

-Empezamos a trabajar en la idea porque teníamos un sistema americano de telegestión de riego que no nos convencía. Digamos que los sistemas americanos son muy... americanos. No tenía una asistencia técnica en condiciones y no era del todo eficiente. Al final nos enfadamos con ellos y dijimos: ¿por qué no intentar hacer algo a nuestra medida? Presentamos el proyecto a la Comisión Europea y les gustó.

¿Hay muchas ciudades que hayan implantado algo parecido?

-Hay varias que quieren trabajar con este tipo de cosas, pero desarrollar esto si no tienes una financiación detrás es muy difícil. Algunas se están subiendo al carro pero con ideas un poco confundidas, porque las grandes casas de riego son todas americanas y, como te comentaba antes, su filosofía de servicio técnico no es muy adecuada, al contrario que nuestro proyecto que es más abierto.

Con el nuevo sistema se instalan sensores que miden las variaciones climáticas, entre otros datos, y se envían a un ordenador controlado en tiempo real por los técnicos. ¿Funciona así, más o menos?

-Bueno, dicho así suena muy sencillo. Ojalá fuera tan simple (ríe). Ha costado mucho parirlo. Hay muchos parámetros que se entremezclan para dar los resultados. La temperatura, el riesgo de humedad o saber cuánta agua se ha evaporado en el día y cuánta hay que suministrar.

¿En qué punto está ahora mismo el proyecto?

-Tenemos hasta diciembre para instalar el 100% en las cerca de cien hectáreas en las que se va a implantar. El problema es que ahora los riegos están funcionado y trabajar con ellos es un problema por las incidencias que puedan surgir.

¿En qué parques de Vitoria está ya implementado?

-Por ahora en Zabalgana, en Abetxuko y en Jundiz. Estamos en fase de prueba. De hecho el año que viene por estas fechas seguiremos de pruebas todavía. Hay que comprobar muchas cosas y validarlas en los parques, porque una cosa es probarlo en un laboratorio y otra en campo.

Hablando de los parques y jardines de la ciudad, creo que los daños a los aspersores se han convertido en un gran problema para ustedes.

-Hay mucho vandalismo, gente que rompe los aspersores a base de patadas. Eso hace que el sistema tire más agua de lo que debe e inunda las zonas, además de la alarma social que se crea por el agua que se desperdicia. Si un aspersor tira unos 600 litros cada hora, cuando lo rompes echa más de 3.000 litros a la hora.

¿Saben cuántos han resultado dañados este año?

-Ahora mismo no sabría decirte, pero hace poco rompieron cincuenta aspersores en el parque de Molinuevo en una sola noche.

¿Cincuenta en una noche y en un solo parque?

-Sí, alguien que se divierte con ello, aunque hay divertimentos más asequibles. Ese vandalismo al final reporta en gastos para la ciudad.

No parece una forma de diversión muy cívica.

-Es bastante grave que haya gente cuyo divertimento sea romper cosas. Los riegos se activan de noche y los aspersores asoman de la tierra unos quince centímetros. Los ven y se dedican a darles patadas mientras riegan.

¿Está la gente sensibilizada con el uso responsable del agua?

-A todos nos duele ver que se está regando un parque mientras llueve. Eso es como ver las luces del pasillo encendidas cuando no estás pasando.

En Vitoria el consumo de agua de riego adecuado en verano serían 200 litros por metro cuadrado, pero en los últimos años la media ha sido unos 315 litros por metro cuadrado.

-No lo sé. No tengo esos datos, la verdad. No sé si se ha gastado mucha agua, o más de la que debería.

¿Pero se ahorrará el 30% del consumo actual de agua de riego, como asegura el Ayuntamiento?

-Sí, de hecho creo que sobrepasaremos el 30%, aunque nos quedamos con ese porcentaje como objetivo. Lo que sí sabremos es cuánta agua íbamos a usar para regar una zona y cuánta usamos con este nuevo sistema.