emprender una travesía lejana puede suponer una actividad peligrosa para la salud, que lógicamente también viaja con quien se decide a explorar nuevos mundos. Ya sea por ocio, por aventura, por trabajo o por la mera búsqueda de oportunidades, una realidad ahora tristemente de moda debido a la crisis, la vacunación o la profilaxis para desplazarse a países de riesgo desde el punto de vista epidemiológico experimenta un repunte pronunciado. En el punto de mira se encuentran enfermedades como la fiebre amarilla, la malaria -o paludismo- o la meningitis meningocócica, patologías que conocen muy bien en el Centro de Vacunación Internacional (CVI) de Gasteiz, una infraestructura que sólo el año pasado atendió a 3.894 viajeros de estas características, por los 2.733 de 2012. Un incremento del 29,9% que, eso sí, también se explica con la apertura de este servicio en horario vespertino desde hace unos meses para descongestionarlo.
Marisa Fidalgo, responsable del CVI, constata con los datos en la mano que este importante aumento de atenciones y vacunaciones -de 1.101 en 2012 a 1.473 un año después- se debe al mayor número de personas que salen al extranjero en busca de empleo o para colaborar en proyectos de cooperación, al notable incremento de inmigrantes que vuelven a sus países de origen y que no están en contacto con los gérmenes allí circulantes y también al incremento de mochileros que deciden tomarse una etapa sabática en sus vidas ante la falta de expectativas claras. Un tipo de viajero este último “con riesgos infinitos” y al que “hay que explicar todo”, ya que sus planes no son conocidos ni siquiera por él hasta que se encuentra sobre el terreno. El turismo organizado sí se mantiene estable o incluso desciende, a la vista de las dificultades económicas que siguen sufriendo muchas familias medias que antes sí podían permitirse salir a destinos exóticos en épocas vacacionales.
La vacuna más demandada en el CVI de Gasteiz es contra la fiebre amarilla, una patología común en diversos países sudamericanos y del África subsahariana, atractivos para el turismo como Kenia, Tanzania o Brasil, y que es provocada por un pequeño virus que se transmite por la picadura de mosquitos. Una patología endémica en zonas tropicales y muy grave contra la que, por suerte, existe una vacuna altamente eficaz. Hasta este pasado 25 de junio, 423 personas han sido inmunizadas contra esta peligrosa patología en el CIV de Gasteiz, por las 364 de 2012 y las 461 del año pasado.
La administración de pastillas -quimioprofilaxis- contra la malaria supone otra importante fuente de trabajo para los profesionales del CVI, que orgánicamente depende del Ministerio de Sanidad. Se recomienda, concretamente, para viajar a zonas tropicales y subtropicales de África, Centro y Sudamérica y a áreas del Pacífico con incursiones a zonas de alto riesgo como la selva. No siempre se administra, en muchos casos únicamente se recomienda en función del riesgo del viajero, dados los importantes efectos secundarios que su toma trae de la mano. En lo que va de año se han administrado 68 tratamientos, más del doble que el año pasado (30).
La meningitis meningocócica es otra grave enfermedad cuya vacunación es también una práctica muy habitual en el CVI, sólo superada por la de la fiebre amarilla. Se trata de un tratamiento obligatorio para viajar a algunos países árabes y, entre diciembre y junio, visitar estados encuadrados en el llamado cinturón meníngeo africano, de Senegal a Etiopía. En lo que va de año se han administrado 128 vacunas, por las 135 del año pasado a estas alturas y las 35 de 2012.
Otra grave patología a prevenir cuando el viajero se dirige, sobre todo en verano, a zonas rurales del centro y este de Europa es la llamada encefalitis primavero-estival, provocada por la picadura de garrapatas. En lo que va de año se han administrado cinco vacunas contra esta enfermedad potencialmente mortal, la mitad que en 2012. Otras vacunas recomendadas por el riesgo de transmisión a través del agua o los alimentos son las de la hepatitis A, que está incluida en el calendario oficial de vacunación y por tanto suele administrarse a través del sistema público, el cólera, o la fiebre tifoidea -el tifus-.
con antelación Fidalgo recomienda a cualquier viajero que vaya a visitar un país de riesgo acudir al CVI “con toda la antelación posible” -un mes o un mes y medio antes del viaje- pidiendo cita a través del teléfono, Internet o presencialmente. El asesoramiento médico es fundamental para cada caso particular porque, tal y como insiste la profesional, “no hay dos viajeros iguales ni dos pacientes iguales”. Como es lógico, no es lo mismo desplazarse a un país tropical para adentrarse durante semanas en la selva que realizar un viaje de negocios al mismo Estado moviéndose fundamentalmente por zonas urbanas. “Esto no es como vender zapatos, que basta con pedir la talla”, insiste Fidalgo.
Con todo, las medidas preventivas no sólo se quedan en la administración de una vacuna o de la quimioprofilaxis por vía oral, como sucede en el caso de la malaria. También es aconsejable tener un informe médico preparado antes de salir de viaje siempre que éste sea de larga duración y llevar la cantidad suficiente de medicación repartida en la maleta y el bolso de mano en el caso de las personas sometidas a tratamiento. También conviene informarse sobre el sistema local de asistencia sanitaria, elegir ropa y calzado adecuados, repelente de mosquitos para evitar la transmisión de la malaria o el dengue -otra patología tropical más leve, pero que no tiene tratamiento previo- y llevar un pequeño botiquín con material de cura y fármacos para síntomas menores, como analgésicos o antihistamínicos.
Una vez completado el viaje, en caso de detectarse cualquier síntoma extraño, se recomienda visitar al médico lo más rápido posible para darle a conocer la ruta realizada, que éste pueda evaluar los riesgos adecuadamente y actuar en consecuencia. Con todo, no es la tónica habitual que un paciente que haya seguido todas las recomendaciones regrese de su viaje con alguna de estas graves enfermedades en la maleta, con la excepción de la malaria, cuyo tratamiento no tiene una efectividad plena. Sólo en el año 2012 se declararon ocho casos de paludismo importado a Álava, de los cuales seis no habían tomado las pastillas.
Fiebre amarilla. En lo que va de año se han administrado 423 vacunas en el CVI de Vitoria. La inmunización contra esta grave patología tropical es la más frecuente en los centros de vacunación internacional.
Meningitis meningocócica. 128 inmunizaciones.
Malaria (Paludismo). 68 tratamientos con quimioprofilaxis.
Encefalitis centroeuropea. Cinco vacunaciones.
Encefalitis japonesa. Desde 2011, la vacuna debe adquirirse en las farmacias.